miércoles, 21 de septiembre de 2022

Fe de ausencia

 


      Septiembre y su final. Viernes. Lunes. Miércoles. 23/26/28. Tres poetas amigos hacen lectura y presentación de sus libros en Madrid. Miguel Galanes. Manuel Juliá. Rafael Soler. (Tres mocitos sevillanos tituló Díaz-Cañabate una crónica taurina en ABC por Puerta, Camino y Romero, allá en los sesenta). No son mocitos ni sevillanos estos, sí tres poetas que me importan. Ida y vuelta entre Madrid y La Mancha. No estaré en ninguno de los tres actos. No es mi costumbre faltar de donde debo y quiero, y me duele, por eso escribo. Se anuncian en Madrid y yo estaré lejos, físicamente. Pero animo a los lectores de Mientras la luz que puedan asistir a que deseen asistir. Y asistan. Yo iré con ellos.


      Miguel Galanes, fiel a Vitruvio, edita una nueva trilogía La vida ante todo en un solo volumen. Ya lo hizo con la anterior en 2019, estuve entonces. Desea por tanto repetir modos, camino a sus lectores. José Luis Morales hará, y lo hará bien, de presentador del triple texto. El mundo, la vida, la muerte. Será viernes y en el Centro Riojano. Buen lugar para seguir luego con el copeo y el tapeo celebrativo.


      Manuel Juliá abre la semana en la Alberti y arropado. Por Benjamín Prado como introductor y con las voces de Carlos Hipólito y Manuel Galiana para escuchar a su través poemas de El corazón de la muerte. Fiel a Hiperión, bajo su sello viaja esta antología que firma Jesús Barrajón, profesor de la UCLM, y en donde por algún sopié aparece mi nombre. Hay tabernas cerca que cierran tarde.


      Rafael Soler elige clásico: Libertad8 y 28 miércoles. Recupera en edición exenta el libro venero de su voz, Los sitios interiores, que publicó Adonais cuando Adonais. Fiel a sus amigos, lugar sin duda, Cuadernos de la Errantía, la editora unianual de Raúl Nieto de la Torre, se encarga de darle luz. Quiere celebrar con los mismos de entonces y los mismos de hoy, el renovado aroma de la tinta en flor. Aconsejo el Mercado de San Antón.

      A los tres poetas en trance les reitero desde aquí mi no presencia. A los amigos que ignoren este texto, se extrañen de la situación y pregunten -alguno habrá- por mí y las causas, aclárenles que no hubo falta de voluntad, por favor, por favor, por favor. Y que me duele desde ya.

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