domingo, 28 de noviembre de 2010

Conceden a Francisco Caro el XXI premio de poesía “José Hierro” de San Sebastián de los Reyes.

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Un comunicado de la Agencia de noticias Efe, fechado el pasado 19 de noviembre dice:

Francisco Caro Sierra (Piedrabuena, Ciudad Real, 1947), con el poemario titulado 'Paisaje (en tercera persona)' ha resultado ganador del XXI Premio Nacional de Poesía 'José Hierro' que había convocado el ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes (Madrid) y que está dotado con 15.000 euros.

El jurado, presidido por Pablo García Baena y compuesto por Joaquín Benito de Lucas, Antonio Hernández, Ángel García López, Pureza Canelo y Luisa Castro, hizo público hace unos días el fallo del premio, que será entregado el próximo lunes, día 13 de diciembre.

El poeta manchego, en declaraciones a Efe, ha mostrado su satisfacción por el hecho de que su poemario haya logrado el reconocimiento del jurado del premio que, en la actualidad, es uno de los más prestigiosos que se entregan en España, no sólo por su dotación económica, sino también por su consideración literaria.

Francisco Caro ha explicado que el poemario titulado 'Paisaje (en tercera persona)' es un trabajo muy madurado que fue escrito a lo largo de los seis últimos años, entre 2005 y 2010, y se editará en la Colección Literaria de la Universidad Popular de San Sebastián de los Reyes.

El poemario, ha comentado, "es un intento de escribir la mirada del hombre sobre los instantes, sobre los espacios. La mirada de un viajero teñida por esa memoria colectiva que las lecturas de otros han ido forjando en el poeta e impregnada por el descreimiento que nace de la lejanía de la juventud, aunque ausente todavía del desencanto o la devastación".

En 'Paisaje (en tercera persona)', ha dicho, "podemos encontrar poemas que nacen de la melancolía, no tanto del tiempo ido, sino de la complicidad fugitiva del hombre con las cosas".

Caro ha reconocido que sus poemas están escritos con el mismo lenguaje "enjuto y limpio" que ha mostrado en las entregas de sus anteriores poemarios, aunque, ha ampliado, "siempre abierto a la pausa y necesitado de la complicidad del lector".

El poeta manchego, a pesar de su tardía incorporación al mundo de la poesía, cuenta con varios poemarios ya publicados y el reconocimiento de algún certamen poético.

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jueves, 25 de noviembre de 2010

Madrid en brasas, La Mancha es líquida

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Dicen por altavoces, por blogs y las esquinas que el ambiente poético en la capital de España está encendido. Encarbonado. Lo dicen entre otros EGT y Leo Zelada, que saben algo de esto. Me contradicen, yo lo notaba frío. Pero debe ser cierto. Lo de ellos, digo. Hace días Angelito Guinda se iba furioso, sin tomar un vino, a terminar un texto sobre poetas aragoneses, venía de la India ¿lectura x Cervantes? y acudirá raspado de tiempo a la presentación del número dos de El Alambique. Para él hay trabajo, excitación. Y para Porras y Cereijo, agobiados con la revista citada. Lavapiés, dicen, es el nuevo París literario, lleno de tabernas donde poetas de medio mundo se entrechocan. Leo Zelada ofrece a compradores un libro en donde los idiomas fluyen de verso a verso. La releche es esto. Por si faltaba algo, David Coll aventa un catálogo de métricas y rimas históricas, ejemplarizadas en poemas de su creación. ¡Qué falta hacía! Coll es el nuevo fenómeno creado por la generosidad de Basilio Sial. Verá presentada su rotunda propuesta por la ironía de LAdCuenca. Será el lunes 29, en lo que queda del XIX en Leganitos. Si puedo iré. La portada es antológica. No me resisto a incluirla. El momento puede que también.

Si Madrid es el fragor, la madre de todas las batallas, allí, en el mismísimo frente, estuvo hace unos días Isabel Miguel, poeta con quien quiero, leyendo poco, escueto, limpio, haciéndonos viajar hasta los interiores con su mirada. Sin estridencias y búsquedas subterráneas, sencillamente pasando, viendo, contando. Qué placer. Por oírla me perdí lecturas hernandianas de Soledad Serrano y Enrique Gracia ¿novedosas? Madrid es un verso encendido que diría Esperancita (perdón, ella dice suelto). Otras llamas fueron Pere Rovira y Luis Muñoz leyendo versos –catalanes y traducidos- de Marius Torres en Blanquerna. Marius también nació en 910 y murió solo y en la tuberculosis antes de publicar. De ahí su leyenda en su tierra natal, la lleidatana. O la lectura suicida y piconera de Pedro A. González Moreno en el hogar jovial de los Montesinos, con la sala a reventar y Marisa luchando por avivar la lumbre. Voto para que halle la leña suficiente con que mantenerla. Haces, auténticos haces, son los que amontona en su leñera Julio Mas, haces americanos, astillas de madera traducida, prontamente repartida por Calambur.
Madrid es una brasa. La Mancha líquida. El sábado 20 en Torralba de Calatrava, en su reciente Patio de Comedias surgido de la imaginación y de la voluntad de su alcaldesa, quince gotas poéticas se reunieron para celebrar el agua pasada y su esperanza. Luis Díaz-Cacho, solanero y Julio Criado, fomentan estas rogativas poéticas, necesarias, desbordadas. ¿Lloverá? La Mancha, bajo los pies, esconde el corazón del agua, el frescor de las voces. Muy cerquita, en Daimiel preparan un homenaje a su poeta. Y Matías Barchino, quijote del Juan Alcaide, manchego y madrileño, agua y brasa, pelea - siempre desde el sosiego– porque la lluvia no apague el más decano y prestigioso premio de la poesía ciudadrealeña. Este año atizó la lumbre con José Luis Herrera y su Cuaderno de Britania. Arde todavía.

En fin, la temporada, que dicen que se anima. . Noticias últimas: ya no es el lunes lo del libro de David Coll. Será cuando el fuego del futbol lo permita.

Del encuentro poético "Gotas de Esperanza" celebrado en Torralba de Calatrava.

De izquierda a derecha. En pie: Eugenio Arce Lérida, Juana Pinés, David de la Sierra, Teresa (alcalde de Torralba), Pedro A. González Moreno, Natividad Cepeda, Julio Criado (editor), Pilar Serrano Menchén, Juan José Guardia Polaino, Diana Rodrigo y Nicolás del Hierro. Agachados: Luis Romero de Avila, Francisco Caro, Luis Díaz-Cacho, Elisabeth Porrero, Santiago Romero de Ávila y Luis García Pérez.
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domingo, 21 de noviembre de 2010

Un nuevo libro de Federico Gallego Ripoll

Federico Gallego Ripoll (con bufanda) rodeado de amigos

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Escribe y vive frente al mar de Mallorca. Mirando las gaviotas trenzar o destrenzar la luz. Añorando algún río que resucita cuando él lo nombra. Es poeta. Escribe y vive. Relee. Lee a otros, en otros. Escribe. Algunos de sus poemas han deseado juntarse. ¿Cómo tantos? No, como únicamente él es capaz de entregarse a la poesía. Se llama Federico Gallego Ripoll y ha venido a veces a estas páginas por lo descrito.

Forma parte de una legión de poetas invisibles para las anticuadas tinta y papel o para las modernas pantallas de led. Resiste. Escribe palabras de análisis, de calma y aliento para devolver aquellas que le envían los amigos. En sus poemas se palpa la piel del aire, su guardada ternura. La nueva entrega, que se titulará "Dentro del día, acaso", se compone de ocho textos, demorados y calmos, en torno al desapego, a esa turbia lengua que a veces nos rodea sin advertirlo. Serán editados por Algaida: han sido señalados con el premio Ciudad de Badajoz.

Estamos a la espera. Mientras, es bueno revivir el que ofrecemos y que hemos extraído de su último libro “Los poetas invisibles” Premio Alarcos Llorach 2006.
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Autorretrato absorto

Quien oye el griterío de los pájaros
en este alba nublada, si no soy yo.

Para quién ven mis ojos
la luz desaliñada que se duerme
sobre los que regresan,
si no soy yo.

Y quien huele, quien toca, quien
saborea el humo dulce
que trae la brisa,
si no soy yo.

Ese que fui, el que escribió, no dura.
Tan sólo permanece lo escrito, en tu mirada:
el que ahora lee “quien oye, quien ve,
quien huele…”
Quien eres tú leyéndome:
quien soy, si no soy yo.
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miércoles, 10 de noviembre de 2010

Temporada en crisis

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La verdad fetén es que está un poco triste la temporada poética en la endeudada villa. Como la gente. Tres años de crisis se van notando. Apabullan. Tiempos más elegíacos que hímnicos, por buscar un dicho muy común entre los obligados presentadores de poetas amigos. Un poco triste. O tal vez sea yo. El caso es que la asistencia a la tertulia de los Prometeos, en Trovador el 5 del 11, confirmó el análisis. Fue antológico el debate propuesto sobre qué término es el más indicado para las narraciones breves. ¿Cuento, historia, relato? Ruiz de Torres, animoso y feliz, lanzó un guante que nadie quiso recoger, si no fue escondiéndose de tan inútil enigma. Alguien dijo, tal vez, algo sensato mientras todos esperaban que el tiempo pasase misericordiosamente. La llama de la voz de Carmina Casala, leyendo poemas ajenos, trajo la calma. Era bonito contemplar el fuego.

Hubo después lecturas de textos de un libro colectivo y producido por prometeístas ilustres. Se leyeron tres. Tres obras de misericordia. La primera trataba de vaquerizos asturianos e incitaba a la huida. Otra fue un diálogo entre la araña de Soledad Serrano y el poeta Enrique Gracia: Aracne pensaba que los poetas son gente rara, pequeña, llamada a la depravación de ser ignorada, no comida. Para terminar, Enrique leyó solo un solo texto. Lectura rápida, texto ocurrente y bien tramado.

Tras la puerta, llegados a la calle, poetas asistentes daban la razón a la tejedora.

La verdad fetén es que está un poco sosa la temporada. Unos días antes, Jesús Hilario, tierno, humilde y sugerente, repito: tierno, humilde, sugerente, daba noticia a otro grupo de oyentes ¿o era el mismo? de su último libro. El de Calambur. En el grupo, unos habían asistido ya a la convocatoria del Bellas Artes; otros, yo, no. Me comentaron la ración de un Barja petulante, amigo de la autoescucha. Y sin duda lejano de la poesía sonora, cercana y bien construida del zamorano.

Lástima de pseudogeneración frustrada esta del sesenta; formada por buenos poetas que no han podido imponerse en la conciencia colectiva, carente de una voz crítica que la haya levantado y ofrecido a la lectura múltiple, perennemente laminada entre los anteriores y los siguientes. Joaquín Benito, Ángel García López, Antonio Hernández y Jesús Hilario, entre otros, han visto recompensada su obra este 2010 con la edición de sus completas o sus elegidas -que a su edad es cuestión solemne. Pues bien, un esmerado crítico, un tal de Paula, los despachó con una reseña colectiva en la que tras negarles la posibilidad siquiera de grupo, le bastaba con un parrafito para cada uno, limitadísimo y lleno de lugares comunes, para lidiarlos. Y en pleno agosto. Hay amigos que matan.

Dentro de poco sale El Alambique: un nuevo intento, en compañía de otros, de Porras, Agustín. Le dedican, han anunciado, espacio y tiempo a Crespo, Ángel. Otro sin generación. Veremos si algo se anima. Blanquerna le organiza unas jornadas a la poesía de Marius Torres, leridano traducido.

Las buenas gentes, mientras tanto, viven en los blogs. En donde se acometen y desafían.

La foto que acompaña es de Antonio Banderas, que expone en el Cervantes. (Por animar con algo castizo, de almanaque, ya que hemos hablado de lidia y temporada).
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