Dice el jefe que, salvando Chile y Portugal, aquí se juntan
todos los poetas que pueden soñarse. Tiene razón desde Lope de Vega. Madrid es
así. La acumulación de actos, leedores y lugares continúa creciendo. Un nuevo
lugar para las Jam´s, El Dinosaurio de Lavapiés8, y otro nuevo espacio:; un subterráneo en calle Reina37, se unen al Palacio de Cibeles. Hay poetas para todo, para todos.
Veamos. Este año tampoco habrá rescate para la poesía. Goza de mejor salud que
la banca. Y no necesita caja B. Por cierto, qué buen nombre sería Bárcenas para
un buen poeta.
Martes 15
Ricardo Fernández Moyano, es de Albacete, reside en Zaragoza
y vino a leer a Madrid. Estuvieron sus editores A. Huerga y C. Fierro. Escribe
delgado y corto, algunos poemas se reducen a un verso. Sirva éste de ejemplo: Es
larga la noche sin luna. Ricardo apenas leyó. Leyeron por él
María Monjas, Laura G. Recas y Marisa Peña. También Ángel Guinda. En la
presentación, dijo Pepe Cereijo a los 30 oidores: el libro es el testimonio
de que el poeta ha descubierto que la vida iba en serio. La poesía también debe ir.
Estuvo animado el coloquio. El poeta José Luis Morales insistió en la lateralidad frugal del
yo poético, Manolo López Azorín defendió el valor del poema independiente de la
persona desde donde se aborda. Cereijo recordó el viejo tema del poema como
objeto, como producto distinto al poeta y el recurso del tú autorreferencial
para establecer una cierta distancia. Luego, entre vinos, y más socarronamente,
se abordó el tema de los poetas de tracción y los poetas de madriguera, tema
sobre el que tiempo habrá.
Miércoles 15
|
Miguel A. Yusta, Marisa Peña, Laura Gómez Recas y Rafael Soler |
La FNAC se vistió de fiesta, de guirnaldas, de alegría. Este
redactor entró al ajetreo con Jesús Arroyo y formaron parte del centenar de
personas que se agolparon, sedentes y erectos, para concelebrar la presentación
de dos libros. Quadrivium, una editorial catalana e iniciática, lanzaba los
libros de dos madrileñas, de Marisa Peña y de Laura Gómez Recas. Dos poetas
orales, que han roto sus horas leyendo en locales y convocatorias por toda
España y en Bruselas. Para Marisa es su tercer libro, para Laura el primero. En
la mesa estuvieron flanqueadas por el aragonés Miguel A. Yusta y por Rafael
Soler. Dos primeros espadas, sin duda. Me conmovió Marisa al citar a Ángela
Figuera para presentar su libro. Leyó maravillosamente. Yusta dijo de ella que
es una poesía de lo inconforme, de lo vital, del afán y las ansias, de la
necesidad. Soler dijo de Laura que entiende el lenguaje como lugar de
encuentro, como emoción. Habló de la tensión perfeccionista que la anima. Y
Laura, que leyó maravillosamente, habló de la concepción del libro como un
conjunto de poemas que la explican, donde lo rojo, donde la amapola, roja y
débil, es el símbolo del existir. Algo dijo de sus dudas para dar el sí a la
edición. Ambas, cosa curiosa, dieron las gracias a sus familias, desde abuelos
a hijas fotógrafas, por haberles permitido el hacer poético. La sala llena. Un
inmenso murmullo. Una enorme fila esperando la firma. Ana Montojo, María Sigüenza, Isabel Miguel, José María Garrido, Juana Vázquez, Hilario M. Nebreda,
José Miguel Arranz, Ana Galán, Antonio Capilla, José Cereijo, Ángel Guinda, Ana
Garrido, Fernando Fiestas, Jesús Arroyo, Ángeles Fernangómez, Rosa Jimena, José
Luis Gracia Mosteo, Gonzalo Melgar, Guadalupe Covadonga, Silvia Cuevas, Rosa Silveiro…
llenaban los corrillos de las conversaciones. Una fiesta.
Jueves 16
|
Concha García |
No termina de arrancar lo del ciclo
Favorables en el
Palacio de Cibeles Y es un ciclo ambicioso. Escaso público, unas 27 personas, en la lectura de una de
las primeras damas de la poesía en España, la barcelonesa, la cordobesa,
Concha
García. Causas: ¿falta divulgación? ¿el formato? ¿el conductor?
Juan
Carlos Suñén presenta al invitado/a por medio de una larga entrevista no siempre
entretenida ni afortunada. En esta ocasión, con poco fruto y extendida en el
tiempo. 45 minutos son demasiados. Cuando la poeta comienza a leer la atención
está agarrotada, si no muerta. Leyó Concha de sus últimos libros. Me
interesaron los inéditos, donde su poesía discursiva y observadora se acerca a
la descripción del instante: intuición, rapidez de registros. Fugacidad en
fondo y forma. Me sorprendió la presencia de la ventana en tantos de sus
poemas. La insistencia de la mirada escrutadora sobre la calle, la presencia de
la poeta como testigo oculto de la vida, de la sorpresa de la vida. Y la mujer
siempre. El ciclo, que se ocupa de poetas nacidos en los 50, anuncia para
febrero la presencia de
María Antonia Ortega. Entrevista y lectura. Tiempo más tiempo.
Viernes 17
|
Elena Medel y Sergio Gaspar |
A la misma hora
Sabina y
García Montero presentaban, a sala
repleta,
Las Identidades, el libro de
Benítez Reyes en la colección pija de
Visor. Media sala en el Círculo para el Homenaje que
Manuel Rico y
Javier
Lostalé habían ideado para
Sergio Gaspar. Necesario. Unas 70 personas, en su
mayoría poetas. En las últimas filas
Juan Carlos Mestre y
Julieta Valero.
Mantuvo Sergio un gesto adusto (
para cuando me ves tengo compuesto) durante
todo el acto, que fue largo. Se trataba de glosar, valorar y agradecer el
riesgo editorial de
DVD, el empeño surgido a mediados de los 90 como alternativa
a lo que apestaba a establecido y convenido. Se trataba de decir que era
entendible el final de la apuesta, por valiente. Habló Lostalé, centrando el
acto, habló
Eduardo Moga sobre la identidad del proyecto clausurado, habló
Jordi Doce, componiendo un
centón exquisito con versos y títulos de la
editorial, habló
Juan Manuel Macías y habló
Manuel Rico que leyó un poema de
Sergio de corte gilbiedma sobre la fugacidad de los goces, sobre la vida en
serio. Y habló Sergio Gaspar. Simplemente, dijo, para dar las gracias, para
decir que DVD mereció la pena, para señalar que la rica creación
española está herida, abandonada por los lectores, la sociedad civil y la
institucional. Y que no se arrepiente de haber intentado defenderla.
|
Tres checanos. Tomás, Antonio y Sergio |
Se emocionó
cuando vio en la sala la presencia de sus paisanos de
Checa que acompañaban a
este redactor, léase
Antonio M. Mansilla y
Tomás Mansilla Arrazola, dijo que esperaba en el acto a
poetas y editores, pero no a checanos. Y señaló con fuerza que “
al igual
que su padre, cuando deje de ser todo lo que es, lo último que le quedará será ser de Checa”. Lo que dicho por alguien que llegó a Cataluña con un año de edad
es decir mucho de su persona. Leyó luego el poema
Algunos metros de infinito (ver aquí vídeo) de su libro
Estancia, conmoción de la madre reducida. Y otros poemas
que hablaban de ruinas, de derrumbes, y de la necesidad de reconocerse en
ellos.
María Fortuny, su mujer, escuchaba. Poetas de la casa pasaron luego por
la mesa para agradecer y/o leer.
Pablo García Casado, García Román, Martín
Vega, Elena Medel, Antonio Lucas y
Fernández Mallo entre ellos. No fue lo
mejor, aunque sí necesario.
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Dos poemas
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(II)
Se nos quebró la luz y la esperanza
en el último instante del abrazo.
Yo envolví tu recuerdo con silencios
para que se durmiera, sin pudor,
en mi regazo oscuro.
Allí estará por siempre,
indemne a la derrota,
a salvo de ese mundo y de esa niebla,
herida por la luz de lo perdido.
Marisa Peña
Derrota
Demora de mis dedos en tu cuello
en tu perfil clavado en mi mejilla,
demora de mi cuerpo entre tus brazos,
de mi piel elevada a tus pupilas.
Acércame a la altura que no encuentro;
prendida estoy. Y
estoy casi vencida,
a rama de tu amor, casi hoja muerta,
en pleamar, adiós, casi ceniza.
Laura Gómez Recas