martes, 19 de septiembre de 2023








 Hay como un ruido sordo (Mercadoma)

 

Ser comprado y comprar,

lo sé (conozco esa certeza).

Ser sólo multitud y vigilado, metamorfosis,

un soldado de ruinas

en el instante en ruinas de la Historia.

 

¿Se cegaron las sábanas carmines

de mis altos desvanes veinteañeros,

territorios en armas, escenarios

donde a veces logré ––barbado Carlos Marx––

enfrentar a conciencia y existencia?

¿Me resigno

a saberme en lo anónimo, oculto viejo topo

que evita las batallas?

¿un domado inocente en procesión

que recorre pasillos, mercancías?

 

Miro bien cuánto cuesta lo que el amo me ofrece,

soy tan solo un disfraz

empujando el carrito.

 

¿Qué me queda

de los sueños morados, de ser otro con otros?

¿tal vez sólo ese gesto

en los días de feria y en las redes

de exhibir colgaduras, los púrpuras colores,

banderolas,

los antiguos tesones derrotados?

jueves, 14 de septiembre de 2023

Carta pública a y un poema de SALVADOR GARCÍA RAMÍREZ

 


 


“Nadie vendrá a buscarte”, dices para comenzar uno de tus poemas, Salvador. Desde esa horaciana conformidad con la soledad y la vida escribes tu poemario Sobreviene el olvido, desde esa sabiduría parva y poderosa del que sabe que la contemplación es el germen del sosiego interior, tan necesario para vivir cuando ya se ha vivido. Sospechas que todo consiste en esperar el portazo del tiempo mientras se disfruta la belleza que nos ha sido dada, la que nosotros seamos capaces de aceptar, de soportar, la que nosotros seamos capaces de añadir. Leer a Montaigne, saberse uno con el mundo y con los otros, seguir viendo, viajando, no rendirse, anotar los instantes, aprenderlos, pasar sin daño, sin hacerlo ni recibirlo. Con tales materiales construye el poeta que eres, el poeta que conocí en Cazalla, el poeta de Rus y de Baeza (tus dos patrias) los 41 poemas que ofreces. Tener un sur ocupado por las sierras de Cazorla y Mágina es un alivio, reconoce, un acicate. Hay una luz humanísima en tus poemas, Salvador, hay una reflexión continuada, alejada del ansia y el desespero, sobre la fugacidad que nos envuelve y arrastra; hay una mirada compasiva sobre los próximos, sobre las cosas, sobre la luz, y hay un deseo de vivir en la transparencia, sin engañar, sin engañarse. Para todo usas la palabra serena, libre de otra función que no sea decir lo que se debe y lo que deseas, para todo un decir transitivo, a la misma altura de los ojos del lector, de igual a igual, buscando el concilio de las almas (ya sabemos que somos para el olvido) en la armonía de la belleza. De esa belleza que existe porque sí, en sí, bella en su génesis, en su caducidad, que no nace con el deseo y el fin de ser admirada. Bien lo sabe el poeta que eres, el viajero avisado que eres, ese que ha sabido y sabe dejar noticia de lo buscado, pero que vuelve siempre su mirada limpia a la verdad. A lo humilde. A lo cercano. A lo más universal.

De la bellísima edición que la toledana CUARTO CENTENARIO ha realizado de tu libro (Premio Eladio Cabañero 2023), escojo este poema, tal vez porque en todo él, y en su final, me reconozco, nos reconocemos.

 _____________________

LLAMARADAS


No articulo la forma de salir
de esta tierra de nadie en que me encuentro.
Ya el silbato anunció el final del partido
sin que sepa qué hacer con los años sobrantes.
 
Escalar nuevos puertos, descubrir lo aplazado,
me han traído hasta aquí, riberas del Guadalaviar,
buscando la emoción de ver su nombre escrito
en los ocres cañones del otoño.
 
Choperas que en las tierras de Aragón
pintáis de arcilla el aire
que vibra por las hoces del relente.
Álamos que la nitidez prendéis
de calderas, mostazas y amarillos
sangrándole a la luz su transparencia.
Coladas que pigmentan la humedad.
Hogueras en los páramos estériles.
 
Así, desorientada, sin tener un lugar donde volver
ni credo ni ocasión de involucrarme,
mi vida se entretiene en los meandros
admirando el saqueo de las hojas que mueren
con la digna humildad de la belleza.

jueves, 31 de agosto de 2023

Un poema: Septiembre (Romancillo en dos)

 

                                                                                                          Foto MCBarri
















 

(uno)

 

Halló su fin agosto

–cuanto nace fenece–

con su luz de aluminio

con su calor que agrede

 

una tibia alacena 

es ahora septiembre,

fructidor, luz de dulces

que en las paredes duerme

 

si en la tarde camino,

si a mi andar aparecen

campesinos rastrojos,

este sol que no muerde

 

los rumores, la calma

de un rebaño que vuelve,

y mi rimar, no es poco

lo que el mundo me ofrece.

 

(dos)

 

Y si espero a los ángeles

de las horas inciertas,

en el patio de verdes

donde vivo quisiera

 

no el dondiego en aromas

que lo oscuro me oferta,

ni el misterio callado

con el que habla la yedra

 

sino ser como el agua

esparcida que riega

con su frescor la vida

que descansa en la hierba

 

la luz suena su aldaba,

abro al cielo mis puertas,

soy el tiempo en septiembre,

soy un hombre que espera.

 

martes, 22 de agosto de 2023

Un poema: Lo que fuimos no espera








Como aquel que buscara
a Roma en Roma y no la hallase, busco
en mis rostros mi rostro,
aquel que fuera mío
cuando el sol era un dado todavía,
el futuro geranios,
y mi casa la sombra de la casa.
 
Apenas queda ecos (y confunden),
solo un patio, sus piedras,
la encendida
oquedad de aquel pozo, restos
de cal cansada.
 
Lo busco y sólo
hallo los días, los que acosan,
aquellos de la voz arborescente
que una vez fuera enero
y después levadura, la que hoy describe
alacenas y fugas,
el difuso amarillo que supone existir.
 
Sé que vive
porque a veces lo escucho, porque a veces me dicta,
y que en algún instante
de algún espejo habremos de encontrarnos
––el azar es un ángel––
aquel rostro perdido y el que soy, aquel rostro
que como a Roma busco en lo deshecho.

jueves, 10 de agosto de 2023

Un poema: En el lugar sin máscaras, tú y yo

 









Digo que
mientras te llame y vengas,
mientras me llames,
mientras esté contigo
y hablemos sin idiomas,
habrá un cielo país para nosotros,
dos nombres que bajamos
con amor de una brújula,
y un patio ––que cuidamos––
con su mapa de verdes y adoquines
donde la soledad no encuentra espejo.

(A M.C:) 

 

martes, 1 de agosto de 2023

Un poema: No hay tregua en la batalla



 






Como el hombre dudoso que procura
en agosto decir de su verdad
bajo el sofoco denso
de una hoz en lo alto, y advirtiera
que es el choque indecible,
que su incapacidad se torna extrema,
que hoy no teme la muerte, que el poema
que procura no odia ni encuentra territorio,
que el vértigo y la forma
vertical, de puñal,
con la que suele herir
le son negados
 
y a la vez contemplara
los espesos combates
del calor con los nombres,
sus batallas sin paces,
y doliendo su estado preguntara
al dios del mediodía
qué puede hacer una voz sola,
una voz casi, frente
a la cerrada trama y frente
a la acerba conjura de silencios
que el mes de agosto urdió
con los significados.

 



 

sábado, 24 de junio de 2023

Un poema: Porque es vasta la tierra

 



 




La llamada tribal o

sospechar que es allí

donde vive lo urgente,

la inocencia.

 

¿Qué otras causas pueden

hacer que nos sintamos

los mismos y otros

dos centenas

de kilómetros curvos más al sur?

sábado, 10 de junio de 2023

Un poema: 21:42 horas de junio

 


 










Por el camino en curva sube,

confusa como está de las humanas quejas

 

(tejón entre las verdinegras jaras)

 

decidida a no hablar de tanto cielo,

por el tosco

canchal de su memoria asciende

 

(lagarto que recuerda cada error)

 

de las rutinas huye, de lo adverso,

del cansancio del día

 

(un búho se despierta a los propósitos)

 

última piel por la quietud del monte,

vuelve reptando

a sus nidos la luz.




                 (Ilustración: fragmento de una fotografía de Antonio Íñigo)