domingo, 1 de septiembre de 2024

 


Comienza el curso. Ojalá y los días con sus afanes me permitan dar a Mientras la luz el caudal y el cauce que tenía. Los días en Piedrabuena pasan lentos y feraces. La luz y su color toman en septiembre el lugar más hondo de mis afectos. Agosto es para mí un mes preparatorio. Lo ando deseoso de que el sol ceda en su altura y se humanice. Agosto ha sido fértil este 24. Me explico. Fuentévar, el nombre de un paraje de mi pueblo, lo es también de un cuaderno mahalta de mi autoría publicado hace casi tres años. Durante este agosto ha estado conmigo, reclamándome. Gracias a su insistencia han acudido poemas nuevos, otros tantos, al encuentro de los anteriores. Es posible que la colección Adivinos de Mahalta ediciones, recoja la fusión de ambos en un libro, allá para la primavera. De edición y difusión limitada. No es normal anunciar la posible publicación de un libro con tanto tiempo. Pero es uno de septiembre, cuando la vida empieza. Tal vez la esperanza. Un inicio de cántico en el templo.

Campos
 
 
El tiempo espera.
 
Un hombre escucha el viento,
aprende de los campos,
recorre la inquietud de los baldíos, 
conoce desde niño el dolor del arzollo,
no ha olvidado
fértiles brisas en el mar de olivos.
 
Por el valle, las densas
nubes que saltan Valmayor y cubren
de sabias sombras El Espino 
quieren hablar, preguntarle si
sigue siendo memoria, si ama todavía,
si es el mismo.
 
El hombre acude.
 
 

jueves, 8 de agosto de 2024

Un poema: Seguidillas del Postiguillo

 






La foto es de 1922. En el centro mi bisabuelo Críspulo Sierra, a su lado sus hijos: Ángel María y José (mi abuelo). Los niños son mi madre (Teresa) y mi tío (Alejandro) que sería también tejero.




Calle del Postiguillo

sabes a greda,

que a tu final estaban

las dos tejeras.

Hombres y oficio

a los que el sol curtía

su piel de siglos.

 

Dos familias de arcilla

en la faena,

forman los Sánchez una,

otra los Sierra.

Desde sus manos

nacen tejas, ladrillos,

sudor de barro.

 

Con ramilla de olivo

que la alimenta

en los vientres del horno

crece la hoguera.

La verdad dentro:

lo que empezó con agua

termina en fuego.


viernes, 21 de junio de 2024

Un poema: La diana arpillera

 

Ilustración: Pedro Castrortega


Ella, la infancia,
la que hoy juega conmigo,
es un filo sin muescas, es un nunca
oxidado punzón, es una lezna
que horada en desgobierno
 
como broca procede,
es un dardo salido para no regresar,
pero que torna, flecha
que abandonó lo terso mucho antes
de conseguir saberme
 
así urde,
y jamás se extravía, bien conoce el camino:
la diana arpillera a donde apunta
su voz nueve años
es siempre la blandura de mi pecho, y llega
para clavarse sabia, para clavarse hondo,
aguzada en las noches como está
por los herreros turbios de la melancolía
 
ella,
que sin duda conoce
al hombre en hemorragia que ahora soy
y trama su regreso en la sospecha
de que dicto —¿sin tregua?— porque busco
lo que entonces no supe ni sangré
 
y en longitud de acero se me ofrece.

domingo, 26 de mayo de 2024

 









De junto al mar trajiste
diecisiete palabras,
un vago sortilegio,
hierbas, fugas,
el azar de los barcos
 
volviste sin los mapas,
oscura, te ofrecías
en un aire enemigo,
en esa dejadez
con la que el humo
se aleja de la llama

yo lo puse a olvidar, a frío lento.


sábado, 11 de mayo de 2024

Un poema: No sabe el tiempo

 .










No sabe el tiempo

que es tiempo y no una rosa,

que no puede morir ni ser cristal

al que la luz desmaya,

ni sílaba que duda

 

en la bóveda sangre del crepúsculo,

en el encaje urgente que en el aire

de mayo traman los vencejos

—era tarde y el patio—

he sentido su ruina y su victoria

 

sentí que me miraba,

que sus ojos, dos orillas de azares,

ignoraban pasados y futuros


sospeché, casi noche,

que nunca dice la palabra nunca.


                                         

(Ilustración: Gregorio Sabariegos)



sábado, 27 de abril de 2024

Un poema: SURES



Voy dibujando islas,
aprovecho
los tedios de este sábado,
dos dedos que divagan
sobre el mar de tu vientre

fue viernes, ya cerré
la lectura de libros laborales,
hoy husmeo,
voy dibujando sures,
deseos, los dos labios

de la isla que busco,
lo escondido, esa cárcel de playas
donde poder varar
y descender lentísimo,
eso dibujo.


domingo, 31 de marzo de 2024

Un poema: Resurrección

 












Alguien te dijo:
guárdate de la llaga que no sangre,
de aquella
que desconozca el grito.
 
Y desde entonces,
desde que hablaste
del secreto con él, ya sólo escribes
con afán genitivo de la luz
mientras la luz ocurre,
de la sed
--la que crece plural--
o de tu cuerpo nieve
cuando se sueña copos

de los patios y agostos
que curvan los caminos,
de tu siempre,
de cuanto sigue siendo
heterónimo cauce de tu vida,
de todo aquello que
se oculta en ti

porque se salven, gritas,
de la putrefacción.
 

lunes, 26 de febrero de 2024

Un poema: No toquéis lo sagrado

  














Tras las nieblas,

                                 de lluvia

lenta y veraz ha sido la mañana,

hacia las tres un viento

en su mesura sabio

restauró en el azul, ardida, la pureza

 

esperaban

los débiles estratos, las ingraves

plumas: hielos

de sueño y altos,

las lenes intenciones,

la tarde que prodiga su indigencia

 

y fiel acudes

a la cita diaria con los dioses,

horaciano crepúsculo de invierno,

fiel acudes

a buscarte en lo bello de la huida,

en el color

 

esos rojos en llama que aprende mi conciencia.