Consejo bimensual de redacción. Habla el jefe: Digo
yo que la poesía parece ser una actividad indescriptible preocupada por describir
lo indescriptible. La poesía espera siempre ser descrita a base de
comparaciones o contradicciones, de negaciones o paradojas, mas siempre al
sesgo. Los que la ejercen de forma consciente se atreven menos que nadie a
definirla, tampoco a limitar su campo. Y cuando se ven forzados a
hacerlo lo hacen -no demasiado convencidos- por aproximación o señalando alguna de las cualidades que se supone contiene. No actúan así porque
encuentren libertad en la indefinición, sino porque saben que está en la esencia
de la poesía ser, de inmediato, otra cosa que aquella que se termina de
definir. Siempre te deja mal, siempre huye, no es fin sino camino. Pero eso sí,
senda que ni el eterno caminar agota. Andar a su lado sirve de poco. Jamás
avistaron destino aquellos que de verdad la acompañaron. Ni el del amor. Ni el
de la vida. Ni el de la muerte. Por eso hay tantos que siguen en la búsqueda y
perdidos. No es de fiar, ni se deja describir ni describe. Es por tanto algo
ajeno a la razón, a la lógica de lo físico. Un disturbio. Un trasto, a veces
necesario, entre el tacto y la irracionalidad. Tras una pausa para ver el
efecto en los rostros de los redactores, concluyó: Sabemos poco del asunto de la poesía, del que vivimos, y este es uno de
los pocos temas que en Mientras la luz debe quedar meridianamente claro. Sed
humildes, no pretendáis entender y os mantendréis con salud.
Muchos
redactores salían con la extrañeza en los ojos, mas en silencio (por respeto).
Sólo la becaria se atrevió, casi inaudible, ¿De
quién diablos habrá aprendido eso de meridianamente claro?
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Javier Díaz Gil y Federico Monroy |
Con tal enredo
–y con las horas tasadas– salimos a la descubierta de la semana. Lunes 10. Sin
ánimos casi. A Libertad8, que siempre hay algo. Este es un local de conquista
fácil, basta con atreverse y solicitarlo.
Federico Monroy quiso estar
acompañado por
Javier Díaz Gil en la lectura y sus compañeros de la tertulia
Rascamán en la zona de escucha. Por cierto, la tertulia ha abandonado el Café
Ruiz para irse por la zona de Diego de León (La Livrería C/ Martínez Izquierdo, 9), territorio a conquistar por y para la
poesía. Hubo brindis inicial, música de piano –a ver si lo arreglas,
Julián– y
poesía bien leída, en calma sonora. Federico con cierto riesgo, siempre al
borde de… y más asentada y firme la de Javier. Mereció la pena.
Alma Pagés
estuvo de guardia, protegiéndome.
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Javier Lostalé |
Decididos a
entender, pero humildes, acudimos a la Biblioteca de la calle Azcona el martes 11, leía Javier
Lostalé, que dijo extrañar el tiempo que llevaba sin una lectura individual. En Madrid, puede ser. A esta la tituló Rosa y tormenta. Javier es lord protector de los poetas madrileños, a quienes alienta
y escucha con respeto, pero lee poco en público. Dijo que escribe mucho, que
espera libro con Pre-Textos para el otoño, que mientras lo escribía estuvo
imaginando y disfrutando una amor y una magnífica historia de amor. Y de ello trataron
unos poemas que se envolvían en el disfrute de los cuerpos, y las almas, y esas
cosas. Todo en un decir purísimo. Si la poesía es una forma significativa de
lenguaje, aquí la hay. Tras la lectura y ante la ausencia de preguntas, el
poeta mantuvo un prolongado monólogo que fue aliviándole la tensión anterior.
Contó alguna anécdota táctil alrededor de su Aleixandre.
Miércoles.
Reflexión.
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Jesús del Real en Arco Poético |
En la Biblioteca
de Retiro continúa el ciclo 2014. A Beatriz Russo (enero) le siguió en febrero
Jesús del Real. Se anuncia para marzo la de Beatriz Herranz. Parece que Pepa
Nieto quiere asegurarse la presencia de Miguel Losada. Veremos como siguen las
convocatorias. Jesús estuvo íntimo y reservado. Hubo palabras previas de José
Cereijo, tan ajustadas y fundamentales como siempre. Se aprende con él. Debería
asistir el jefe, beber de su palabra, porque el asunto de la poesía, como él dice, adquiere
transparencia escuchándolo. Jesús del Real es poeta enamorado de la poesía, la
busca para quedarse en ella. Bien a través del amor, bien de la naturaleza.
Leyó sin levantar los ojos ni la voz, intentando trasmitir el mismo aliento con
el que escribe. Son poemas basados en el temblor, aunque atravesados aún por
las lecturas. Hubo bastantes poetas entre los asistentes, María Antonia Ortega
y Reina Palazón entre ellos. Jueves y 13.
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Jerónimo Calero en un momento de su lectura |
Rodeados de todo el siglo XIX, cantaron los poetas al amor. Otro libro colectivo de Cuadernos del
Laberinto. Y van… Encabezados por una muestra antológica de LA de Cuenca, LA de
Villena y de Hilario Tundidor, más de una veintena de poetas convocados
reunieron sus textos para la cuestión. Era 14 de febrero en el local de la
AEAE, Leganitos 10. La sala en granate tiembla y aguanta. Con la chispa que
acostumbra, leyó Enrique Gracia citas en torno al amor Consiguió, horizontal, la sonrisa.
Siempre lo hace. La editora justificó el fruto y el trabajo de coordinación,
que no suele ser poco. 12 euros. Luego comenzaron las lecturas. Leyó un chico,
joven, al que habían otorgado el premio convocado al efecto, un poema que no lo
parecía, lo juro. Habían venido desde La Mancha dos amigos de Mientras la luz,
Jerónimo Calero y Juana Pinés, tras leer Jerónimo su poema, ese sí, tuvimos que
abandonar la sala. ¿Recuerdan lo de la horas tasadas? Una sala repleta e
incomodísima para estas lecturas colectivas. Lamenté no poder escuchar a Juana,
a Maxi Rey y a Ana Montojo, que aguardaban turno. No vi por allí ni a LA de Cuenca, ni a LA de
Villena ni a Hilario Tundidor que tanta ilusión me hacía. Peste de reportero frustrado.