Porque la vida
puede
ser un cauce que obligue,
aunque a veces acuda
disfrazada en torrente,
en delgado rumor,
ese extraño rumor
que se deslía,
no persigas los centros
del deseo, del
mundo,
con las palabras
busca
–no sé con qué
esperanza–
lo que el agua
consigue:
vivir el borde
de cada piedra
por conocer así
más ciertos los caminos de
la huida.
lunes, 31 de mayo de 2021
Un poema: Arroyo de la Peralosa
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Maravilloso
Salvando todas las distancias (podríamos hablar de ellas), estos poemas tuyos me recuerdan a Fonollosa: una geografía física convertida en paisaje moral por la biografía, la historia y la actitud del poeta. Me imagino un libro cuyo título podría tener ilustres precedentes, pero cuyo contenido sería original e inconfundible.
Ay, Fonollosa y sus lugares. En estas provocaciones ando, amigo Pedro. El sosiego escribidor, tan proclive a la remembranza de la belleza, me lleva a ciertos lugares visitados, vividos. Si los textos se conciertan para libro (o Cuaderno), será el último. Ya está bien.
Sublimando hasta lo esencial...O sea, Poesía. Bello.
Buscando lo esencial, pero pocas veces lo encontramos. Mil gracias, amigo.
Publicar un comentario