Hombre solo
Pablo Méndez lector (Foto publicada en FB por Vitruvio) |
Este hombre solo en el escenario, encaramado sobre un taburete, tan elevado sobre un color extraño, que reluce, es el poeta Pablo Méndez en el café Comercial. Ocurrió el viernes 7. El motivo de esta grave situación fue la apuesta por un nuevo libro suyo Oh, siglo veinte. En esta ocasión de poemas y editado por la editorial que dirige. Como un tema toledano nos tenía en vilo a la misma hora, no pudimos ver en directo la altura que va alcanzando su poesía. Eso que nos perdimos. Hace casi un año, en Fuentetaja, dijimos de ella que… La mirada de Pablo Méndez busca al hombre ante la vida, y solo. Busca su temor seguro, sus ansias inevitables, su desamparo sin remedio. El individuo es, para la poesía de Pablo Méndez, un frágil cristal en medio de una multitud. La soledad, la vejez, la miseria, lo desvalido como paisaje. Siempre he creído y aquí lo digo que la ternura y el riesgo de los retratos a tiza que pueblan su Alcalá blues de 2006 son, a mano alzada, su retrato poético. No estuvimos. Hablamos en ausencia. No sabemos si las cursivas anteriores siguen siendo válidas tras un nuevo texto que, ya desde el título sorpresa, parece mirar con asombro el tiempo pasado.
Primera pareja. Antes
Pedro Letai y Laura Caro (Foto de FB) |
El jueves día 6 los sidecares realizaron nuevo viaje. En esta ocasión, más sosegado. La performance que acostumbran tuvo más de emocional que de acción lúdica, lo que se agradeció por un público que llenaba. También sirvió para que pudiéramos conocer la disparidad de las dos propuestas. Una, la de Pedro Letai, de quien nos gustaría mayor contundencia en la lectura, basada aún en el deslumbramiento del amor y de la vida, con la posibilidad de la entrega como primer asunto, tan imaginativa e hímnica como deudora de lecturas, ligera y joven todavía. Otra la de Laura Caro más elegíaca, sin riesgo, traspasada por el sentido de la madurez, realizada con una enorme voluntad y que trajo la emoción de un último poema dedicado. A veces se complementaron, a veces no. Es lo que suele ocurrir en estas lecturas alternativas, y de poetas dispares. Contaron con la participación invitada de Manuel Martínez-Carrasco que marcó límites con un poema llamado Testamento, que se recuerda. Aquí pueden ver la parte final del sidecar.
Segunda pareja. Después
Olvido, Montse y Menchu (Foto móvil) |
Ocurrió el lunes 10, en el salón a medio gas del Instituto Cervantes, aprovechando los fastos oficiales de Ellas crean. Montse Iglesias moderó un debate sin gracia ni tensión entre Olvido García Valdés y Menchu Gutiérrez. Ni temas de interés, ni garra en las preguntas, ni sazón en las respuestas. Un ambiente de duelo (no duelo-reto, sino duelo-entierro) se extendió por la sala que iba perdiendo oyentes conforme el asunto avanzaba. De Olvido es posible recordar alguna respuesta: que se halla cómoda en la poesía sin sujeto, que a veces se encuentra el tema mientras el poema vagabundea, que hay cierto mercado para la poesía, que vendió 3000 ejemplares con Tusquets, que la poesía nace más de la atención de la mirada que de la inspiración, que tradujo a Pasolini por devoción, y a las rusas Ajmátova y Tsvetaeva por obligación gozosa… De Menchu Gutiérrez (a quien la moderadora apellidó Álvarez) poco se supo, salvo que parecía sorprendida de estar allí. A nosotros también nos sorprendió su presencia. En dos o tres respuestas, su azoramiento dijo “creo que me estoy metiendo en un jardín…" Lo pudo decir en todas. Las lecturas finales de poemas no lograron disipar el ambiente sólido y gélido, esdrújulo y torpe, que se había creado. Y porque no era posible seguir trabando más.
Envite
Nuria Ruiz de Viñaspre presenta una nueva colección de libros poesía: eMe, solamente para mujeres. Como continuidad de Ediciones La Palma. Sus tres primeros títulos pertenecen a María Antonia Ortega, Julia Otxoa y María Negroni. Esperar y ver.
1 comentario:
Gracias por la reseña y tu opinión.
La encontré por casualidad.
¡Saludos!
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