sábado, 25 de febrero de 2012

Poema: El encuentro

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(5,  Rue Eternidades)

Madrugaba París en aquel cuarto
vacío casi

apenas el espejo,
ella tan pura,
antiguo de un armario, e inocente

lolita, blusa y jeans,
pequeña entre mis dedos encrespados
y los balcones tristes

se burló con piedad
de mi cintura lasa y del cabello débil

en el entarimado
dejó el foulard, última ropa y yo
le sonreía

qué haremos sino amarnos –me invitaba
su boca por combate- ahora, sin excusas

y la amé como se ama 
la voz en el desierto

y era Paris
alba, desnuda, mía para siempre.

8 comentarios:

Isolda Wagner dijo...

Precioso. Nos trasladas a esa habitación y nos muestras el entorno y los sentimientos de ambos, en pocos y certeros versos.
Besos bajo el cielo de París.

fcaro dijo...

Gracias Isolda. La ternura posible entre el hombre maduro y ella, siempre joven.

Mi cariño.

Anónimo dijo...

Tú tienes la madurez propia de un joven. Tú tienes la juventud propia de la experiencia. El poema no será para nada autobiográfico, ¿verdad?. Poema, poemazo. CRISTINA COCCA.

fcaro dijo...

Ella nunca envejece. Y siempre está abierta a estas aventuras, Cristina.

La Solateras dijo...

Autobiográfico o no, merece haberlo sido.

Una preciosidad

fcaro dijo...

Sí que mereció la pena, Ana. Una apasionante aventura. Gracias.

Amando Carabias dijo...

Corríjame usted, pero creo que cierto caballero de pelo blanco abundoso al modo de un gentil actor norteamericano, me equivocó, y resulta que el poema al que se refería es éste, que no está después, sino antes... En fin, lo que importa es lo que importa, y es un magnífico poema

fcaro dijo...

Amando, qué sorpresa y que placer encontrarnos en el Comercial. Antes de lo comprometido. Al final nos fuimos pronto y no pude despedirte. Volverá otra ocasión.

Sí, el señor de pelo blanco, y altura que excede lo comprensible, me hace el honor de pasar por casa. Mira todo con buenísimos ojos. Da suerte estar cerca de él.

El poema, más allá de intentar serlo, se debe a dos referencias que se imbrican, aquella peli de Marlon y nuestra juventud y el poema 5 de Eternidades de JRJ. Lo de más es fortuna.