En provincias, que se decía entonces, también florecen rosas. Incluso azules y poéticas. Sucede en Logroño y en esta ocasión durante el invierno. Allí vive Enrique Cabezón y su 4 de agosto ediciones. De él florecen esos cuadernos ocre profundo, mínimos de tamaño, amplios de intenciones y doble grapa. No conozco a Enrique, pero sí tenemos amigos comunes, lo que me ha permitido, junto a otros, construir una entrega homenaje a José María Fonollosa, el poeta que, dicen, escribió libre, lejos de miradas lectoras y cerca del hombre y sus obsesiones. Bajo el título Ciudad Fonollosa vio tinta y luz en Logroño a finales de diciembre. Y lo hará pronto en Madrid. Contiene 27 poemas del barcelonés –cuyo centenario ha pasado de puntillas– en diálogo consentido o forzoso con 27 poemas contemporáneos. Con 27 poetas. Muchos son amigos personales; otros, buenos amigos ocasionales de lecturas o saludo. Con otros permanezco a la espera.
De entre todos elijo (viene al caso tanto por este sarpullido enero repleto de ediciones y presentaciones como por esa vocación de estar presente que a tantos sofoca) el texto del poeta que fuera editor de éxito y/o de culto, que sigue llamándose Sergio Gaspar, y que titula
EJERCICIOS
ESPIRITUALES PARA UN ESCRITOR NOVICIO
7 comentarios:
Me gustan Fonollosa, Gaspar y este poema cuyo "mensaje" es diáfano: hay que pensar antes de escribir y, principalmente, antes de publicar. Ojalá y lo entiendan algunos.
Y me gustaría hacerme con el libro: a ver si lo veo en Madrid o en Barcelona.
Por desgracia, Pedro, estas aventuras editoriales ilusionadas y modestas, no participan de la distribución necesaria ni de la difusión que merecen, solo las presentaciones con su dificultosa próximidad física se les reserva. También la petición por la web a los editores. Ya me encargo de acercarte un ejemplar. La familia colaboró con agrado.
Por otra parte, no creo que el texto de Sergio pueda frenar, frenarnos, en esta locura (que a veces es bonita) excesiva del papel. Pero está muy bien la advertencia.
Un singular, excelente y ya largo trabajo el de Enrique Cabezón al frente de 4 de agosto ediciones. Él y su mujer, excelente poeta, son una institución en Logroño. Interesantísimo ese Cuaderno y el poema de Sergio Gaspar, que no conocía, aunque visto el panorama poético de hoy (¿Queda ya alguien en este país que no se nombre poeta y publique su correspondiente libro?) no parece que sigamos demasiado sus atinados consejos...
Sarpullido, amigo Paco, sarpullido. Y humilde y consciente (cosa poco común en esta sociedad "shakirizada") pido perdón por, víctima de la vanidad, rascarme algunas veces.
Amigo (sin duda) anónimo: El asunto es que somos muchos los dedicados a trazar versos, en eso no hay novedad, pero donde sí la hay es en las facilidades actuales para la edición. Los títulos de libros de poesía editados han aumentado, se venden en muy escaso número y tal vez alguno sea prescindible. Todos hemos pasado el sarpullido de querer estar. Yo publiqué dos libros en 2021: "Aquí" y "En donde resistimos". Pero debo reconocer que sí me hice preguntas semejantes a las que plantea Sergio. Y me las respondí, claro que con cierta indulgencia. Creo que este blog alberga mi respeto y mi cariño por los otros, por todos los que me acompañan, no deseé nunca caminar solo. Ser con los demás sana bastante.
Por otra parte, aplaudo la valentía de Enrique Cabezón en su "Fonollosa", pero también la de Javi (La Cartonera) y Raúl (Errantía) que le han ayudado con alegría en el proyecto.
Salió "Anonimo" en mi publicación, dado que este nuevo móvil se resiste todavía a mi control. Asumo la autoría del comentario y agradezco tu atenta respuesta, al tiempo que pido disculpas por el fallo, que con estas líneas aclaro
Editores como los amigos de Logroño o blogueros como tú, Paco, que sois también editores, resultan vitales para la buena poesía. Fonollosa vivió sin que casi nadie, o nadie a secas, creyese en su poesía. Está bien que lo recordemos. Es un poeta personalísimo, actual. Gracias, Paco.
Sergio, el blog es un escape, ya sabes. Sé que no tiene el dinamismo de otras ocasiones, pero me sosiega a veces, seguimos.
Sobre Fonollosa, decir que tiene, tuvo, lo que un poeta debe tener, voz y mundo. No hay tantos.
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