Tal vez sea, sospecho,
que se callen
una a una las luces de mi casa,
sea un bronco
sonar que llega y pasa,
que donde todo estuvo, nada hallen
tal vez sea que apaguen de repente
los geranios del patio
y el ciprés,
sea un limes sin antes ni después,
ese instante sin voces
que no miente
como fuere,
lo aguardo con lo puesto
sin buscarlo, sin miedos y sin prisa,
sin rebelde temor,
sin voluntad
porque acudiera,
última, hasta el gesto
de mis labios la cómplice la sonrisa
de quien llega conforme a la verdad.
2 comentarios:
Qué decir que pueda glosar como se merece ese soneto...Mi abrazo
Más o menos lo que dices, Miguel Ángel.
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