sábado, 6 de marzo de 2021

Poetas de en Madrid / 1 / Luis Miguel Sánchez-Chiquito

 



          Luis Miguel Sánchez-Chiquito es un poeta audaz. A veces he dicho que el lenguaje poético se aparta tanto de la prosa como la tensión que seamos capaz de crear entre y con las palabras. Luis Miguel lo ha llevado a límites en su más reciente poemario, eYa, que así lo titula. Dice Esther Peñas en su prólogo que esa Y del cromosoma masculino incrustada en el centro de lo femenino es un símbolo inequívoco de cuanto se pretende. Valga. Luis Miguel ha querido, escribiendo en segunda persona, dibujar, rodear, señalar, esenciar la realidad exacta y cotidiana de la mujer. Y busca hacerlo sin mimetismo, sino desde su condición inexcusable de hombre. No hay suplantación de voz. Es un hombre quien penetra con su decir en el vientre hondo y feraz de la hembra, rota su piel, para entender su instante en el mundo, su concepción del hoy, su estar. Y lo hace desde su negación del verso habitual, del poema habitual. Desde la ferocidad piadosa de sus metáforas, desde sus imágenes insospechadas, desde la voluntad de unas palabras como clavos de luz. Como aforemas. Si hay riesgo en el tema que atrapó su mirada, riesgo hay en la forma. Sorprende este desafío de un poeta en proceso, con poca obra publicada y que tal vez mostrase indecisión. El resultado es una victoria sobre la impostura, leer en sus páginas corta el ritmo de la respiración. eYa  es un libro atrevido, sagaz, imaginativo, carnal, rabioso, esperanzado y des al mismo tiempo. Escarba en el dolor, en la indefensión, en lo vulnerable, en el apartamiento de la mujer. Y al tiempo excava en sus fortalezas, en el dolor que emerge y se despoja, en su capacidad de creación, en la determinación de su vivir y alzar, siempre en fuego. La mujer, la mujer del XXI, sabe su destino. Luis Miguel la interroga y la circunda. Para eso está la poesía, para eso el lenguaje que balbucea junto al que desborda la identidad. Poemario nada común, nada feble, nada convenido. No se trata aquí del maltrato o la queja, tan socorridos, del pasado o el espejo, se trata de indagar plenitudes. Y de avivarlas. ¿Puede el hombre hacerlo desde el hombre –un otro– que es? ¿Puede hacerlo el poeta desde su saliva? Esa es la valiente apuesta de Luis Miguel con eYa. Poesía es andar alrededor de abismos.

Publicada en la nueva editorial Nuevos Ekkos, que dirige Luisa González Martín, tiene el valor de un grito que no se arruga. Y que estremece.



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El cuerpo imperfecto para toda
la carne Y dices refugio pero es cavidad que
comienza a desbordarse Y antepones mirar
la juventud por el bisturí que deja
hueco en el ojo Y es el error de nacer en
todos los tiempos Y oyes rebeldía como
seductora palabra antes que unos oídos
agrios sofoquen la singularidad de cada
vientre
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El hueso ve en la retina
el polvo Y endureces de noche todas
las sonrisas Imaginas en los recovecos lo que
la córnea pretende decir Su nada porque
la palabra y tras ella no hay círculos Solo
vertebras en el suelo un cráneo donde
te injertas Como juntar trozos de tuétano a
la sed de tu ojo Y pese a todo caminas Y
caminas Y caminas

 

3 comentarios:

Mayusta dijo...

En etecto, es valiente...

fcaro dijo...

Tanto por la ambición del proyecto como por el riesgo asumido de la forma.

Mayusta dijo...

Juan Ramón arriesgó ya en 1909.Le seguirían en el 27. Abrir caminos es valentía. Si se transitan es éxito. En todo caso el riesgo es encomiable