|
Pedro A. y Antolín
Fotografía Cristina HD |
No tuvo
la originalidad ni la marcha que se pretendía. Los amigos de
Antolín Amador habían
preparado, para el 21 viernes, una buena partida: músicos, pintores, artistas
del vídeo. Hubo veto.
La cara que pongo cuando llueve se presentó en el café
Comercial cerrando el ciclo de
Vitruvio. Al modo tradicional, con formas repetidas. Poemario de negra cubierta y explosivo
relleno. Buen fin de temporada. Lenguaje que vive entre el desenfado y la
provocación. Él y ella. Dos que se necesitan para levantarse juntos. A veces
para olvidarse, a veces para volver al duelo. Poesía enemiga del paréntesis,
agitada y amiga del regate a lo trascendente, del juego de muñeca, preocupada
con la música que acomoda a cada manera de conocer el sexo. ¿La lluvia? ¿La
cara que nos deja? Leves pretextos, músicas, ingles en donde escuchar el mundo.
Algo de esto, o casi, dijo
Pedro A. González Moreno en un derroche de presentación.
Que desbordó por su reconocido saber leer. O por su mejor contar. Gustó muchísimo
la americana azul verano de Antolín, tan dado a no usarla. Primera sorpresa. La
segunda, la presencia de
Nieves Fernández, poeta manchega, que vino porque sí,
para estar y ver a los amigos. Sin remedio, así es Madrid, hubo que calmar
ambas novedades con amplios y variados largos de cerveza. También hubo tiempo
para preparar, comme il faut, una nueva presentación. Sin lastres. Pero en
Julio.
|
Gónzalez Ortega y Davina Pazos
Fotografía: García Sánchez |
Siempre
hay un antes, siempre un después. Antes,
la lectura pausadísima de
José María
González Ortega en la Casa de La Mancha, martes 18, de su poesía enamorada y
vocativa, flanqueado por las voces de
Davina Pazos y de
Marina González.
Y
después, y como entendido acabarse, la visita a
EspacioReina37, un lugar
habilitado además, con inteligencia y sensibilidad, para la poesía. Allí, el 25
martes, y con gran alborozo, estaba de público
Isabel Miguel, hermana de
Mientras la luz
en brindar compañía y escucha a quienes tanto leen. Sabe mucho esta soriana de
las corrientes poéticas y sus rostros.
|
Luz Pichel |
Muy cerquita,
Lidia López, nueva estrella
emergente en el mundo editorial. Llena de proyecto y de realidades cuando todo
el mundo parece estar con la lengua fuera. Su recién editorial.
Lastura, tan
castellana como gallega, ha editado ya los
Desvanes mínimos de Isabel Miguel en
edición bilingüe. Y
18 poemas, antología de
Ángel Guinda. Sin descanso,
desafiando al sol de Ocaña, prepara textos nuevos del aragonés y de
Luz Pichel.
Que leía. Porque esa era la causa de estar en Reina, porque fuimos a oír de
nuevo a Luz Pichel. A renovar la impresión que nos dio en su lectura del
Matadero hace unos meses. Estuvo felicísima. Sus poemas calan tanto como su
decir. Por allí estaban
Nuria Ruiz de Viñaspre y
Julio Santiago, valedor desde
el principio de este bajo derecha de la calle Reina 37, donde se lee parapetado, protegido, tras una cómoda de nogal.
Y fin de cronicar por esta temporada. De verdad, así de abrupto, pero fin. Que fin.
3 comentarios:
Merecido descanso el tuyo, Paco, merecidísimo, pero no te olvides de los que te seguimos, mira que la mies es mucha y los días muy largos, deja algún poema de vez en cuando, algún guiño, algo para aliviar los calores estivales y ayudarnos a sobrevivir hasta la vuelta.
Un abrazo para ti y un beso para el jefe. Y toda la luz, la que repartes.
Cuánto se te agradece, Ana. Tus seguimiento y tus deseos. Tendré en cuenta lo del guiño. El jefe se añade. Buen verano.
Gracias Paco. Ojalá tuviera más tiempo para agradecerte como es debido todo el cariño y apoyo que siempre me regalas. Tenemos que planear una cenita o algo así en condiciones. :-)
Publicar un comentario