Davina Pazos Fotografía de Maxi Rey |
Davina Pazos, melodioso albor de pantera, hizo una lectura
íntima, recogida, casi extraña para su furor. Colmillos sosegados en matiz.
Silbo entre dientes que subrayaban el fuego. No leyó, dijo. Con saliva de acero y
miel, dijo. Fue el miércoles 12 en el blancor subterráneo de Galileo 52, lugar
donde se fabrican libros bellísimos que apenas se venden en España. Éramos 12. Dijo
poemas de la tierra usurpada que es la muerte cuando vuelve al amor desde el
amor. De su próximo Voces. Dijo poemas de ese enigma en pedazos que es el deseo cuando Tánatos araña. Una lectura exacta, sazonada, porque así lo quiso, con una
copa de vino mientras. Davina Pazos es un enigma agreste, bosque de océanos,
voz que como mano tienta. Qué belleza ser pocos cuando es tanta la hermosura. Aquí está el video.
María Jesús Fuentes en Velintonia Fotografía de MC Barri |
Jueves
María Jesús Fuentes es vándala voraz y ajena. Vive entre
mares. Desde el azul de Ceuta vino hasta la arcilla vidriada de Pepa Nieto. Al
sofoco que llaman meseta. Algo dijo de ella Miguel Losada para presentar su
lectura en Arco Poético. Algo dijo ella de sí. Luego, su poesía tiene cien
vientos, mil ventanas, corceles de lumbres que atraviesan. Intuye, mira,
resuelve. Hay en ella una rebelde serenidad que las formas no sujetan. Todo
estalla porque le estalla. Vándala dispuesta a no callar. Poemas donde el
coraje sabe del hambre y la misericordia, del dolor, donde la voz ignora los pronombres. Poemas
imposibles para conciencias acomodadas. Dijo ser malagueña y en Ceuta feliz. Leyó
con sal de ida y vuelta, sujetando el acento. Rompe mapas cuando el grito le
urge. Y deja que lo poemas supuren. Digan. Estuvimos allí el jueves 13,
por eso sabemos. No fuimos demasiados, pero sí José Cereijo, Carmen Jodra, Marga Clark, Jesús del
Real, Milagros Salvador o Jesús Munárriz, entre otros..
Luis Rosales Fouz Fotografía MC Barri |
Alegría y tristeza. Emoción y
elegancia también en el patio de Velintonia 3, bajo el cedro que plantara
Vicente en 1926. Con fondo de luz encendida, de casa iluminada. Unos 20
lectores se turnaron para dar voz al texto más conocido de Luis Rosales. La
Casa encendida. Comenzó la lectura su hijo, Luis Rosales Fouz y la concluyó Alejandro Sanz con aquello
de Gracias, Señor, la casa está encendida. Algo de música.en la noche serena para las
150 personas que llenaban el patio. Y algo de tono reivindicativo. Estuvo Telecinco
para reforzarlo y estuvo Mientraz la luz con amplia representación. Hubo ambiente generoso y cuidado estilo. Al finalizar
Alejandro Sanz, presidente de la Fundación Vicente Aleixandre comentó para los
asistentes el recorrido por las habitaciones del abandono. Estuvieron Pureza Canelo y Elena
Diego, de la Fundación Gerardo Diego que soportó económicamente el acto. Y Maxi
Rey grabándolo.
La batalla continúa. ¿Vendemos? ¿Compramos? La que fue Casa de la Poesía se ofrece a la venta para seguir siéndolo. ¿Por qué no se vende? ¿Por qué no se compra? Un drama su estado. Eduardo Merino y Carmen Bermejo, incorregibles y acalorados, seguían discutiéndolo a las 3,34 AM. Les digo: no se venderá. Habrá más actos. Para nuestro bien.
La batalla continúa. ¿Vendemos? ¿Compramos? La que fue Casa de la Poesía se ofrece a la venta para seguir siéndolo. ¿Por qué no se vende? ¿Por qué no se compra? Un drama su estado. Eduardo Merino y Carmen Bermejo, incorregibles y acalorados, seguían discutiéndolo a las 3,34 AM. Les digo: no se venderá. Habrá más actos. Para nuestro bien.
Inserción solicitada
Tuvo que ir el jefe, tuvo que ver para creer: Juan Carlos
Suñén, sombrero, abrigo y jersey negro, 13 de junio, cerró el ciclo Favorables: 32 grados, el sol era un gentío azotando las ventanas del torreón de Cibeles. Ciclo bien
diseñado y de escaso público. Incluso con Juan Carlos Mestre, nuestro celta
bardo, que cerró. A duras penas el segundo JC sorteó el Derby de Epsom que supone la
biografía dialogada que el primer JC ofrece de aperitivo. Advertido, no cabe duda, hizo
cuanto pudo para no ser descortés ni mostrar sumisión. Leyó cuando le fue consentido, posible.
Dejó, dicen, a los que oían, escaso número, en el deseo. Hubo acordeón final para el cavalo
morto y el sastre de las mariposas. Suñén y su gin-tónic degustado en público
prometen volver el próximo curso. Contaremos.
1 comentario:
Fascinantes los poemas de Davina Pazos...
Gracias por traerlos, Paco,
y Gracias infinitas, Davina, por escribirlos
Abrazos.
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