Primitiva, cansada de los hombres
y de las quejas, vuelve
de sus nidos la luz. Es uno de frimario.
La escarcha desconoce lo que oculta,
está queda la tierra, cruje, siento
como un disfraz, como un error mis pasos.
Junto a mí, sin sorpresa, una avefría
que se detiene y dice:
Escribes de la nada, escribes de tu engaño.
Hace el camino curva, busca el monte.
Entro en las verdinegras jaras,
decidido a no hablarme, callo: ¿ando?
Ilustración: Teo Serna (fragmento)
2 comentarios:
Es tan de verdad tu poesía, tan ligada a la humanidad de la tierra, que es difícil no emocionarse con ella y sentirse tú entre el hielo y las avefrías. Gracias, Paco.
Isabel F. B. de Quirós
Isabel, a veces me entrego a monólogos mañaneros. Paseo. Algún día lo escribo.
Publicar un comentario