viernes, 30 de noviembre de 2012

Martes, miércoles, jueves... noviembre


(Dijo: Lo primero es antes. Yo sé de su origen rural y su imposibilidad para decir prioridades. Lo primero es… la labor de recogida del fruto invernal por excelencia; antes… que el tiempo que se dedica a la labor del visiteo poético. Y así se hizo. Es tiempo de claudicaciones.  Aunque puede que en esto tenga el Jefe razón. Dijo que no hay mejor poema que garrafas colmadas con óleo arbequino. Y añadió algo sobre la superioridad del esfuerzo físico sobre el intelectual. Nunca discuto, pero me agrada la rutina, la vuelta a los desfiles de presentaciones y lecturas, a los amigos, a las cervecerías).

27 y martes

No cesa Joaquín Benito de Lucas, poeta tenaz. Ahora anda enredado en un trilogía que aúne un oficio, el alfarero, un río, el Tajo y una ciudad, Talavera. En la Casa de La Mancha, y procurado por Alfredo Villaverde, leyó la parte segunda, su Canto al río Tajo. Se aferra Joaquín a uno de sus símbolos más querido. Desde la boca fría de la nieve y la desolación de las presas al caudal desventurado con que atraviesa la llanura camino de la frontera. Y su eterno renacer. Su voz tembló en el Canto V, cuando el T/tajo atraviesa su infancia. José Luis Morales, reciente premio Villa de Aoíz, y Pedro A. González Moreno fueron testigos conmigo. También Carmina Casala, fiel siempre a la sonoridad de esta poesía.

28 y miércoles
Elvira Daudet y Rafel Soler en un acto anterior, en el Ateneo
Plato fuerte. Ediciones Evohé presenta su colección Intravagantes. Dos títulos la inician. Dos extraordinarios textos: el poemario Cuaderno del delirio, de Elvira Daudet y la reedición de El corazón del lobo, novela de culto, de Rafael Soler. Siempre digo que hay que tener cuidado en las presentaciones con los presentadores: a veces aprovechan un público que no es suyo para liberar obsesiones. Estuvo extravagante y catastrófico Ramón Irigoyen, preocupadísimo por el desuso de la pausa versal; y rigurosísimo en la denuncia de modas insustanciales, al tiempo que excelente analista, Jorge Rodríguez Padrón.  Impecable Elvira en su lectura de unos poemas que impresionan por el dolor desencantado de donde nacieron y por la finura del discurso que los sostienen. Qué gozo para la sala Manuel de Falla de la SGAE, repleta de público. Impecable y emocionado Rafael Soler, escritor que se la juega a cada línea, en una novela testigo de la época de nuestro primer descreimiento, y cuyo lenguaje nos permite reconocer el adocenado en que vive la narrativa española actual. Dos textos que apasionan, pero a nuestra opinión injustamente tratados por Juan Pedro de Gaspar, responsable de la edición.


29 y jueves

Lección psicoanalística en Libertad 8. Sin diván. Un sosegado e inteligente Julio Santiago procuró que Juana Vázquez hablase, ante un publico amigo, de las claves de su infancia y adolescencia: un padre liberal y adusto, una madre quejosa e indecisa, un ambiente pueblerino, castrante y un amor imposible, seminarista: todo para la vivacidad y la tristeza de una niña llamada Juana Vázquez Marín que quería ser poeta. Dijo también que el libro Tiempo de caramelos, 15 euros, surgió para ahorrarse las carísimas sesiones con el psicoanalista. Apenas se habló del libro, ni de la poesía que contiene. Julio Santiago condujo la entrevista en busca de los miedos y los deseos. Y estuvo acertado. Juana habló con el acierto de una enorme sinceridad. Rafael César Montesinos, Aarón García Peña y Javier Lostalé lo oyeron todo, aunque me temo ya se sabían la historia. Todos escuchamos con atención la lectura de los tres o cuatro textos  que cerraron el acto.

1 comentario:

Laura Caro Pardo dijo...

Un saludo y muchas gracias por anunciarnos en tu blog.

Me dio muchísima pena perderme a Elvira y a Rafa, por la coincidencia de su evento con el nuestro...