domingo, 3 de diciembre de 2023

Un poema: Era clara la tarde

 















Viajero por caminos
extrañamente extraños, sé
que hay dolor o verdad, que hay dolor y verdad
acechando en los viajes.
 
Bajo, bajamos
el puerto del Lanchar, hacia la Torre,
suena el arroyo, me detengo junto
a su canción de mares: sin embargo
un silencio de verdes
crece a su orilla:
                                 la hermosa y clara
desnudez de unas lanzas, de unos juncos
en manojo de suave desconsuelo, haz
por donde el aire atreve
su promesa de voz, su melodía,
con un temor callado.
 
No elijo, no elegimos. Nada obliga.
 
Voy hacia el sur, vamos
la vida y yo con la tristeza
del aire por los juncos, con el agua que canta.


4 comentarios:

a dijo...

Leer. Cerrar los ojos y sentir el mismo aire que camina el viajero. Belleza. Broche de oro los últimos versos. Gracias Francisco Caro.
Isabel F. Bernaldo de Quirós

Mayusta dijo...

Belleza...

fcaro dijo...

Isabel, es un puerto pequeño, delicado, delicioso. Imprescindible visitarlo en época húmeda.

fcaro dijo...

Mayusta, andar tiene estos resultados.
Andandico andandico
se encuentran cosas.