Como el hombre dudoso
que procura en agosto decir de
su verdad bajo el sofoco
denso de una hoz en lo alto, y advirtiera que es el choque
indecible, que su incapacidad
se torna extrema, que hoy no teme la
muerte, que el poema que procura no
odia ni encuentra territorio, que el vértigo y
la forma vertical, de puñal, con la que suele
herir le son negados y a la vez
contemplara los espesos
combates del calor con los
nombres, sus batallas sin
paces, y doliendo su
estado preguntara al dios del
mediodía qué puede hacer
una voz sola, una voz casi,
frente a la cerrada trama
y frente a la acerba
conjura de silencios que el mes de
agosto urdió con los
significados.
1 comentario:
Maravilloso
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