lunes, 14 de diciembre de 2020

Un poema: Nocturno en el refugio





El corazón del hombre
observa el fuego
 
llevan horas moviéndose
su mirar y su sangre con las mismas
intenciones secretas,
con el mismo compás
que se mueven las llamas
 
el corazón del hombre
 
como las llamas gime,
vibra,
busca,
gastándose, hacia arriba,
respuesta a la erosión,
respuesta al pánico
 
aún no acepta
que todos sus afanes,
los latidos,
los deseos que viven en el ápice,
en los dedos de cada llamarada,
se resuelvan en humo.
 

                         (De Paisaje en tercera persona)

4 comentarios:

Pedro Torres dijo...

Gran poema. Y ese "aún" es la clave, creo. Algún día quizá se llegue a aceptar. Este año estamos entrenándonos bien.

fcaro dijo...

Sí, Pedro, creo que ese aún, con el que fingimos desconocer, nos permite seguir contemplando las manecillas del reloj con la inconsciencia necesaria para gozar, tranco suave, la vida.

Eloisa Pardo dijo...

¡Guau!

fcaro dijo...

Un abrazo, Eloisa.