Mientras la luz se complace en darle luz escrita. Gracias, Diego.
NUESTRA FUTURA CASA EN
TJARNARGATA
No puedo precisar por qué
aquellos días tienen
la cualidad del sueño (mucho
más que otros viajes,
que otras vacaciones). Tal
vez era la luz,
tan oblicua y dorada en el
camino de la falla de
Almannagjá;
sí, la luz; también vivir con
gente tan joven – aún se
me representa
Lukas en la piscina caliente:
qué deliciosas
las diminutas arrugas junto a
sus ojos; qué dulce niño.
Estar contigo. Los gruesos
gatos que, acostumbrados
a la atención casi
reverencial que les profesan
los más civilizados de entre
nosotros, se dejaban
acariciar tranquilos, displicentes.
La luz; la llovizna. Nuestra
futura casa en Tjarnagata:
un pequeño jardín muy verde
en el que cuelga
un globo rojo. La cualidad
amable del ensueño,
mirar hacia un futuro tan
incierto y velado
como el cielo lechoso; por lo
mismo, a veces se parece
a la esperanza,
cuando estamos de buen humor.
Ovillos
de todos los colores, siempre
de pura lana
de ovejas islandesas; la
chica a la que vimos
esa primera tarde
(estaba despejado, una tarde
preciosa),
que se había sentado en el
césped, al sol, para tejer.
Carmen Jodra Davó
7 comentarios:
Siento la eterna contradicción de su deslumbramiento. Poeta esencial, ¿seguiría en nuestra ignorancia cotidiana si no hubiera muerto,si no hubiéramos venido a rescatarnos de su transparencia en nuestras prisas, en nuestro afán de marcarlo todo, de señalarlo todo afirmándonos en ello? ¿Es preciso morir para que no mueran aquellos que deciden el silencio circunstancial de una vida feliz por otras causas? Tenemos que parar, volver a comenzar a mover de nuevo nuestra varita de zahoríes sobre el terreno baldío de la sobreabundancia de lugares comunes, regresar a rellenar cuadernos de muestras, mi mamá me ama, amo a mi mamá, con humilde buena caligrafía, atender al dictado que nos descubría el mundo movedizo de las palabras. Carmen Jodra era de las pocas poetas que yo le leo al mar para que el mar me devuelva una imagen mía de regreso al camino sencillo de la inteligencia y la emoción. Hacerme en ella voz, descalzo. Lejos de enunciados teóricos, de citas pretendidamente cultas, un momento de silencio: "se ha ido a dormir un rato, un rato, un minuto, un siglo; pero que todos sepan que no ha muerto". En ella, como en tantos otros que nos sobrevolaron hermosos, esperamos el momento de nuestra resurrección. Nos hemos ido muy deprisa de ella. Pasamos de su nombre a otros nombres para, al final, quedarnos sin ningún nombre, sin nuestro propio nombre. A, E, I, O, U. - C A R M E N . Al principio era el Verbo, y allí estábamos nosotros, aguardando a ser nombrados para ser. Nuestra futura casa en Tjarnargata espera ser soñada (todavía).
Ojalá te lea, Federico. Aquella voz que deslumbró como luz inesperada, sigue iluminando. Dices bien en lo de muerte como catalizador de la memoria. pero yo te puedo decir que no se había ido de la presencia de nadie. También que hubiera podido estar sin publicar mil años y seguiría. Ella quiso para sí el sosiego de las amistades seguras, la claridad suave de lo íntimo, el juego de ser murada. Ojalá te lea. Su padre nos habló de un corazón azul y derramado. El poema habla de la fraternidad como una tentación ineludible. Doy gracias a Diego por facilitar y permitirme.
Emocionado. Gracias, Paco, Federico. Yo no supe nada hasta vosotros...un abrazo.
(Los gatos también se dejaban acariciar en París hace medio siglo, cuando aquí, al llamarlos, huían despavoridos...)
Si, Mayusta, yo he visto los perros dormidos rodeados por la multitud en Grecia. Algo que me parece imposible en España, jamás he visto uno que no esté vigilante y te ladre. Algo debe pasar.
Enorme se mida por donde se mida. Gracias a tu información, maese Caro, he entrado a descubrir la palabra de esta "enorme" mujer. Gracias por el regalo.
Quede entre usté y servidora estos comentarios sin necesidad de ser publicados.
Feliz Diciembre, querido amigo.
Precioso poema y emocionante. Gracias, Paco, por traer este inédito de Carmen. Ojalá vaya saliendo a la luz todo lo que escribió pues nunca dejó de hacerlo. Un abrazo emocionado.
Precioso y piadoso,Javier. Esa piedad incontenida que vuelca sobre el paisaje, sobre las cosas y las gentes. Carmen Jodra.
UN abrazo amigo.
Publicar un comentario