jueves, 5 de diciembre de 2019

Carmen Jodra



        La recta es la belleza. La limpia tensión. Ayer, miércoles 4, fue trazada por voces prevenidas. Un acto puro de elevada emoción. Más de 15 poetas en pulsión contenida supieron unir dos exactitudes de la vida de la vida de Carmen Jodra: su amor por la belleza y la alegría de su existir. Hay poetas que no necesitan sino ser poetas para tener habitación propia en nuestra casa. No es preciso escribir más de lo que debe ser escrito. Sino ser. Carmen, tan pronto ida, era humilde verdad continuada, era ella para sí y para tantos. Corazón azul. Tan difícil. La recuerdo, lo tengo dicho, con Diego Román, que tanto tiempo fue con ella, y fue compañía. Yo sé que la memoria es indeleble cuando ella lo desea. Ayer. Líbranos de la pena porque elladestroza el corazón larvadamente/ y trae sombra a los ojos de los niños. Ayer la recordaron con la palabra justa en el Ateneo de Madrid cuantos hablaron. Tanto como el silencio duro de los que los escuchaban. En pie la mayoría, en la verticalidad del recuerdo. Dijeron de ella Gracia Trinidad, José Cereijo, Ana Rossetti, Miguel Losada, González Iglesias, Mª Antonia Ortega, L Alberto de Cuenca, Javier Lostalé, Elena Medel, María J Fuentes, Ignacio Vleming, J Ramón Trujillo, Jesús Munárriz… otros y Diego Román, abrazo y lágrima. Habló Aarón G Peña en nombre de Ateneo. El padre de Carmen pidió decir. Un hombre herido quiso sellar el acto extendiendo los aromas de la hija que fue, de su gusto por la bello, ese asidero desde su adolescencia. Carmen descansa de lo intenso bajo la sombra de un olmo castellano. Todo acabó en julio. Pero el acto de ayer, pero el acto de ayer. Acciones tan puras, tan justas y limpias, tienen el fuegolacre de las cosas sencillas, las que ahondan y buscan. Pocos de los asistentes podrán olvidarlo. Podrán olvidarla. Líbranos del placer que nos obliga/ a creer que este mundo es dulce y bueno/ justo hasta que salimos del encanto. Carmen.


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