Fragmento de una fotografía de Miguel ¨Ángel García |
Los versos
a veces, muy
despacio,
una mosca camina sobre un verso,
a veces
viceversa
a veces son
tan sólo una cuerda muy larga
donde tiendo
vacía la ropa que abandonas
algunos son
cerezas mordidas, apetitos
de gatas que
bostezan
en cubos
amarillos los arrojo
si contienen
caducos deseos alineados que desfilan
otra mosca
minucioso
reciclo
aquellos que
escaparon, los indemnes, de tus escaparates
otra mosca
camina tras la pluma que escribe
hay
versos entre tinta y entre carne
que preparan
el tajo
al audaz que
maneja con destreza cuchillos
cortitos me
derriten (han de tener lunares, rizos, pecas)
en el borde
-la mosca- de la piel,
del papel
cuánto amo los
versos que son valijas viejas y moradas
para llevar
callados los instantes
y hay versos
como sexos:
húmedos,
calcetines, muy calientes.
2 comentarios:
Gran poema!!
Un abrazo!
Laborando sobre la labor, vuelta tras vuelta, Francisco, para un mejor oreo de la tierra, para que respire más cerca de la raíz, para un mejor mosto.
Perfectos, la mosca, el verso, el poema, la introspección, su paisaje.
La lectura de Odisea con los remeros acodados, un tanto boquiabiertos, dejándose mecer del oleaje. Mar en calma y cielo abierto. Enhorabuena.
J.J.
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