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Todos los saben, es un don, no se halla entre las cosas. La alegría viene del cielo. La capacidad de trasmitirla puede que también. Incluso en las oportunidades más cotidianas. Ayer, 19 de septiembre, comencé la temporada poética madrileña, ya sé que con algo de retraso. No me pesa. Tiempo habrá de resarcir carencias, si es que las ha habido.
20 horas. Saludé con gusto a Enrique Barrero, sevillano y poeta. Había recién llegado al Hogar de Ávila –recuerden, los terceros lunes de mes- para leer en la tertulia que dirige José Félix Olaya, llegó amparado por los Murciano: Carlos padre y mi buen amigo Jorge de Arco, que lo presentó. Nos saludamos con afecto, es reciente ganador del Ateneo Jovellanos con Instante de la luz y eso une. Leyó recio, serio, una poesía que surge natural y reflexiva, suelo y cielo. Es poeta de voluntad que sabe de las piedras del oficio. Conocía sus sonetos, su relación con mi paisano Mena Cantero, de quien noté resonancias en sus versos, el pálpito de lo humano como necesidad. Hubo coloquio. Felicitaciones. Apenas pude quedarme a la posterior charla. La ubicuidad es un don escaso. No se halla conmigo.
21.10 horas y Ateneo. Una cierta tristeza. Una luz en cansancio por la sala. Juan Pastor Devenir ha publicado La gravedad y la manzana. Poesía de Beatriz Villacañas con la elipsis de Newton. Le gusta a Beatriz lo antagónico. Finalizaba su intervención Juan Vanhalen. Como había dos presentadores, gentileza de Beatriz para los tardíos, llegué al segundo: José María Balcells, reputado crítico asentado en León, de donde vino ex profeso (de Arganda vino como testigo ADaganzo, de Getafe MCortijo) habiéndose dejado los papeles sobre la mesa del despacho, según orteguiana confesión. Lástima. Escribe mejor que improvisa. Hubo mucho afecto en sus palabras, tanto para Beatriz como para su padre Juan Antonio Villacañas. El toledano maestro de la lira fue ponderadísimo a lo largo de la velada. La parsimonia no es un don, se halla entre las cosas, como la falta de ritmo, la tardanza. Por fin leyó la autora: piadosa, moralista, explicativa, pesimista con buen humor. Glosó a su padre ¡qué menos! leyendo uno de sus sonetos, que fue aplaudidísimo. Extenuado, busqué el libro. Juan Pastor Devenir es un editor áulico. No había ejemplares. Saludé a Mike. No estuvo RSoler, sí JVázquez. Miguel Losada evitó el coloquio, no la cerveza.
Luz de hielo
Si entre todas las luces yo pudiera
elegir una luz os pediría
la eterna luz del agua cuando hace
del cristal de su lágrima callada
materia concentrada en el origen.
Dadme la luz azul que forja el hielo,
trepadores carámbanos, espacios
de extrema soledad donde sacuda
el pensamiento el centro de mis horas.
En las densas regiones del olvido,
bajo la luz del sol con su gran ojo
que espiara la sed de los silencios,
dadme la gracia helada de los frisos
del iceberg que es alfa y es omega.
E. Barrero
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Corporal y mío
Asílame en tus manos, ángel fiero,
dame cobijo y paz bajo tu espada,
ven desnudo a encontrarte en mi mirada,
al borde del amor, como yo quiero.
Ven tierno, ven potente, todo entero,
redímeme en tu boca apresurada,
tu brazo en lo carnal frente a la nada,
eres la epifanía que yo espero.
Coróname de besos, ven bravío
a encender la penumbra de la tarde,
revélame en tu piel al dios profundo.
Que tu lúcido fuego se haga mío,
envuélveme en tu aliento mientras arde
la llama original que crea el mundo.
B. Villacañas.
6 comentarios:
Me ha gustado mucho como cuentas la inauguración de la temporada. Magníficos ambos poemas. Enhorabuena.
Besos alegres para los poetas.
Fue un placer saludarle y conocerle, Francisco, y le agradezco la cordial alusión al recital y la transcripción del poema "Luz de hielo". Enrique.
Hermosos poemas los que nos compartes Paco. Conozco a Beatriz, buena poeta y buena amiga. Está contigo en mi selección de la revista "Luces y sombras". No conozco a Enrique Barrero.
Gracias por ser fiel a la lectura de mis versos en mi blog.
Un abrazo
Jesús
Besos alegras para ti, Isolda. Estaremos atentos a la temporada.
Enrique fue un placer poder estar. Iniciar la temporada madrileña escuchándote ha sido un honor. Gracias por venir. Un abrazo.
Jesús, nunca dejo de mirar, nunca dejo de aprender en tu ventana. Espero "Sombras y luces".
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