Querida Marga, si digo del
milagro de la poesía, capaz de andar el borde de los acantilados y ser al mismo
tiempo amparadora, al mismo tiempo vientre, caverna, tálamo abierto, refugio
contra la mansedumbre de la rutina, digo de ti. Marga, tu poesía es un desafío a los enjambres,
tu poesía grita pétalo y cereza, habla con los ríos helados. He recorrido contigo
el curso del Yukón, he ido contigo en piragua por sus rápidos y meandros,
escoltados por los inuit, contigo he atracado en puertos aún no construidos.
Hoy quiero decirte que tu poesía estalla, que busca romper el continente, esa
frontera que señalan las páginas, que busca lo que brota, no solo en la
topografía, también en el mentón de sus imágenes, en los fogonazos con que
dejas ver (al tiempo que velas) tus intenciones; en el amor sin piedad por la
tierra y su pureza, por los seres que la embarran. Me admira la ebriedad sonora
de un lenguaje que doma la sintaxis, o la inventa. Yo creo que la poesía y sus
talleres han tenido pocas alumnas más rebeldes que tú y al tiempo más aplicadas. Digo esto porque en la
creación poética, las recomendaciones suelen formularse con recta intención, mas
son a veces mera trampa para incautos en busca de buen consejo. Tú desbrozas, rasgas
y desordenas, descorchas, para poder recomponer desde la espuma de la libertad.
Tu Yukón es mosaico de formas y paisajes, de ritmos y ciudades
futuristas, de banderas exhaustas y pupilas de lobo, tú anotas en columnas
azotadas por las furias del caos. No sé sí bajan desde tu siglo, de las campas
mapuches, o de las citas que tan primorosamente ordeñas. Y qué decir del
traqueteo vándalo con que transitas por las distintas lenguas, ese guiño a la
postmodernidad. Olma sin techo y violeta, te dices. Y en una de las
páginas: necesito fabular, reimaginarme, para luego preguntarte: ¿come
finirá tutto questo? Como si te preocupara. Yo sé que no te acongoja,
porque sé que lo tuyo es fluir, dejarte hacer… y hacer, sentarte a lomos del
potro desbocado que es el poema, y luego internarte con él en la niebla hasta
oírla crujir. Dice Julio en su prólogo que te perteneces con descaro, ¿qué si no,
y quién si no? pregunto. Yo digo que tu poesía apunta a tu pecho, que es ese
revólver de cañón que se curva 180º y que hiere a quien dispara. La poesía no te
deja indemne, es el cuenco en donde viertes la sangre de tu yo, y es la taza en
donde bebes. He visto y leído a pocos poetas, a pocas poetas, con tantos espigones
de luz, por decirlo con tus palabras.
Haces bien en propagar, en soltar yukones,
por las calles de un Madrid que nadie desea dormido. Marga, entre los bosques
de un granito batido por el agua, tú eres corazón vivo y latiente,
tú eres una valquiria, nuestra valquiria.
Valgan estos dos poema
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MEDITERRÁNEO
y con el sol de Homero enfrente
guijarrillos de colores
chapoteos
tren de espuma bordeando la marea
las gaviotas no se achican
yo tampoco
bosquecillos de palmeras / geranios
por todas partes
amodorrados pinos estirando el cuello
hacia la eternidad de su terruño
—un Martini bianco—
“mi amor”
carrusel de miel y flores —lo trae el aire—
—otro Martini—
aceitunas —tal vez del Lazio—
y de los ríos del Norte __el agua helada
—quién sabe— para el camino
—dice—
¡ah! las energías las energías
universos paralelos en la fiesta de Neptuno
y el sol __azul Sorolla fiero
y el mar __no sé
de otro color
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YUKÓN
no
no se trata del rojo o el amarillo
en los océanos de hojas
se trata -de águilas calvas -de osos
__ahí rodeados de montañas que no tienen nombre
donde los remos son fuertes y los brazos largos
los días
__bajo la cúpula del mundo
tenemos soledad tenemos hambre
intercambiamos con el alce :: un trozo de corazón
vivo y latiente*
la intensidad sin riesgo no existe en la montaña blanca
donde hileras de hombres agotados un día treparon
–sin descanso–
con la locura del oro hincada en su cerebro
pronto renaceremos limpios
por toda vecindad :: bayas azules
somormujos
* Norma Kassi, nación Vuntut gwitchin.
3 comentarios:
Muy buena reseña como lo son todas las que haces.
Enhorabuena a la autora por haber escrito ese libro .
Un abrazo a los dos.
Chelo, más que reseña, son apoximaciones afectivas, busco más escribir desde ahí que desde el análisis crítico. Gracias por tu lectura siempre.
Enhorabuena a la autora...y a su atelier...con la sinuosidad del agua...que en todos sus estados nos lo refiere Marga...me ha clavado un terruño de Yukon en el corazón
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