viernes, 14 de junio de 2019

Dos poemas de Mariana Feride en "Obsequium"

Mariana Feride en la Feria del Libro.
 


      La voluntad de vivir es el Danubio de Mariana Feride. Nacida rumana en Braila, la ciudad de las acacias, vive en España desde hace más de una decena de años. Ama este país, que también considera suyo, como ama la poesía y la pintura. Escribe en español, su lengua a la par que el rumano. Mujer en lucha con las adversidades, se vuelve ala y viento al compás de los amigos, al son del poema. Dice sentirse ciudadana del mundo, sentirse cosmos en el gran cosmos. Es miembro de varios grupos literarios y delegada de la Unión Nacional de Escritores de España. Termina de publicar su primer libro con el título de Obsequium en la editorial Juglar. Hay en él un existencialismo cercano a la rabia, una intensidad de cuerpo roto que aprisiona, una búsqueda de la palabra esquiva que hace cómplice al lector. Y hay sobre todo una enorme alegría salvadora que, atravesada por la proximidad de los suyos y de su tierra, la acerca y la aleja a/de los recuerdos. A lo largo de Obsequium se hace evidente una doble presencia: la de un antes y un después del viaje que cambiará su vida, un viaje sin renuncias, pero abierto a la aceptación, y por otra el peso indeleble de un azar quirúrgico que atenaza su cuerpo y lo llena de sombras. Dice de él Alfredo Piquer que es un libro meditado y largo, gestado con intensidad y reflexión, con autenticidad y con desgarro. Y lleva razón. Leyendo Obsequium se tiene la sensación de un latido permanente, de caminar al lado del río de la vida y sus rumores.

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CON LOS OJOS BARCOS

Con los ojos barcos en mares sin fin 
vivo leyes al revés, 
y tierras desprendidas de los cielos. 

No pregunto nada, 
vivo la justo, lo dado, 
y hago crecer raíces nuevas aunque venga la noche.

No he venido a preguntar, 
sólo a escuchar el viento, la caída de la nieve 
y como crece en mi interior la herida. 

He venido, nos hemos conocido, 
ahora doy otros destino a mis barcos 
que volverán a navegar al albur.


VENDERME

Vendo poesía, 
vendo poesía, madre, 
y no estoy loca. 

Vendo poesía, 
vendo poesía, padre, 
pero tú 
ya no puedes verme. 

Vendo poesía, prima, 
vecina, acacia querida, luna. 

Vendo poesía, madre, 
y no estoy loca. 

Vendo poesía y 
es ahora cuando descanso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy agradecida, Paco, eres muy generoso, estoy tan feliz de teneros amigos, tanto a ti como a Alfredo y muchos otros amigos que son aguas que bebo, aire que respiro y dulce tierra para mis raíces y para mi descanso. Gracias, gracias, gracias🖍️🧡