Tejera de los Sierra. Piedrabuena. 1923
El del centro es mi bisabuelo Críspulo, el de la derecha, mi abuelo José, la niña mi madre, Teresa.
Esta mano
Para mi
familia
Esta
mano que ahora,
veinticuatro
y diciembre,
se
ocupa en escribir nubes, renglones,
es
la misma que usaba
José
el tejero
para
domar la greda,
para
decirle al barro que somos uno,
sin
que el agua y la paja osaran nunca
contradecirle.
La
misma mano
con
la que el otro abuelo,
por
el cual llevo el nombre,
guiara
mulas yuntas a conocer auroras
y al
que no conocí, porque dicen que tuvo
necesidad
urgente de morirse
veintisiete
años
antes de que yo conociera.
La
misma, sin dudar, con que mi padre,
sastre
por el destino, extendiera las telas
que
con tiza y con mimo remarcaba
para
el dolor del corte;
sé
que entonces
madrugaba
el invierno
y
yo era compañía
aprendiendo
lecciones de memoria,
el
libro bajo el arco
de
una máquina singer de coser.
Sí,
esta mano
que
amasa, guía, corta, que se atreve
en
los días de niebla
al
oficio sutil de las palabras,
sabe
que su saber
es
un saber prestado, siempre lo supo,
por
el sudor y el sueño de los míos.
(24 de
diciembre de 2017)
La primera lectura pública de este poema (Libertad8 y 27 de diciembre) estuvo dedicada a mi amigo Manuel López Azorín
9 comentarios:
¿Y quiénes dicen que dijo que la emoción no es fundamental en un poema?
Estamos en que es el temblor lo que nos da noción de la Poesía que nos acoge. Y son, éstas, fechas que nos suelen sorprender desprevenidos. Gracias por tu vigilia.
(Acabo de sorprender entre mis manos la caja de los botones del costurero de mi madre, y me he puesto a jugar con ellos como entonces.)
La emoción suele estar en la génesis del poema, bien lo sbes tú. Lo difícil es saber conservarla. Mi abrazo.
En las cosas pequeñas, como dice nuestra cardinal Isabel Bono, en las que el temblor se refugia, allí. Mi abrazo de vientos, Federico.
Qué grande es este poema, Paco. Me encanta. Esa imagen que lo ilustra es una maravilla. Siento perderme tu lectura de ayer, una pequeña indisposición me tuvo recluido en casa. Te mando el mayor de los abrazo y enhorabuena otra vez por este poema.
Feliz Año, que 2018 siga regalándote la palabra.
Javier
Mi tío Alejandro, Javier, con cinco sños y un teja en los brazos. Fue tejero también hasta que l industrialización terminó con su hacer manual. Esa imagen, Javier.
Qué evocador. Poesía pura. Un abrazo y una alegría compartir y tenerte cerca, Paco. Un abrazo
Javier
Paco, hace tanto que no te leo tu poesía que ahora me he emocionado. Mi madre y su hermana, mi tía, ellas modistas de siempre.
Algo por dentro el corazón se ennoblece. Cristina.
Gracias, Cristina. Me compensa que el poema te despierte esos sentimientos de recuerdo y pertenencia. Si por un instante te ha conmovido me doy por bien pagado.
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