Aquí, viajero,
en este
territorio
imposible,
hay un lugar
en los oestes
del aire donde
la luz se
adensa hasta volverse cieno
y es el azul
un gris
inexpugnable
ni siquiera
las águilas,
ni siquiera el
olvido, mirada sin el árbol
un rincón donde
sólo
una palabra
crece y se pronuncia,
y es astilla
un páramo con
hoces donde viven aquellos
que cegaron
los pozos,
que negaron la
lluvia
desolación
callada,
lugar para que
entierren a poetas.
4 comentarios:
Hermoso homenaje -versos,flores permanentes- a quien fue todo un ejemplo de superación y un dedo acusador, palabra hecha verso-paloma, para tantos hundidos en el gris de su miseria moral. Enhorabuena, Poeta...
¡Cuánta autenticidad y cuánto sentimiento, querido Paco!
Miguel Ángel, a veces este país se vuelve para sus hijos tierra de abrojos. Menos mal que Marcos tuvo su recompensa final. Es un pequeño homenaje.
Mi abrazo.
Ay, Ángel guinda, el poema es un pronto, creo que se nota. Un abrazo, amigo.
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