Aprovechando la ausencia temporal de la becaria, que suele
desmontar con inocencias todas sus imposturas, el jefe convocó consejo de
redacción. Al igual que si hablara desde el plasma, como si no estuviéramos,
desconociendo, desplegó su papelito y dijo hacia la posteridad
Pienso que de la misma manera que el
movimiento de los astros nos sirve para ordenar el sin comienzo y sin final del
tiempo; del mismo modo como la destreza de la arquitectura no es sino la más
audaz de las estrategia para limitar el infinito del espacio, la disposición de
las palabras para acotar las longitudes desbordadas del silencio, y así crear
segmentos aleatorios de significados, es una de las funciones esenciales, si no
la única, del hacer poético. Izar
abismos, vivir en las afueras de la lógica, fijar el vértigo, hacer sonar los
crótalos, son algunas de sus herramientas.
Luego añadió
Busquen en el arrabal en que Madrid se ha
convertido si estoy en lo cierto. Tienen el curso entero para ello. Y no
olviden que la verdad no puede ser partida. Ya me contarán.
Se fue. No recuerdo quien apagó el televisor, que temblaba.
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