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Maria Luisa Mora entre el presentador, Antonio Daganzo a su derecha, y el editor Pablo Méndez, a su izquierda. |
Estuvo en Madrid el pasado jueves 12, sin hacer ruido apenas, pero segura, clara, ojos tristes y limpios. La editorial Vitruvio ha editado su obra completa casi (11 de sus 12 libros) en un tomo, físicamente enorme, bajo el título El pan que me alimenta. Ya hubo otra presentación anterior. El piso de arriba del Comercial estuvo habitado por poetas, en su mayor parte manchegos, como ella. Es necesario que existan poetas pegados al corazón, suyo y de la tierra, que escriban desde él para aventarlo y aventarse, que cuenten el azar de lo cotidiano, que, sin despreciarlo, no se escondan bajo el pulido nácar del lenguaje, y que sepan levantar edificios así de conmovedores. La presentó Antonio Daganzo que no pudo ni quiso zafarse de la necesidad de las citas para ilustrar lo que de tierna sencillez y honda trascendencia vital hay en los poemas de María Luisa Mora. Agradeció la poeta esta nueva ocasión brindada. Sigue escribiendo, dijo, porque sabe que no lo ha dicho todo. Aparte, luego, confesó que su nueva entrega, Simulacro Cero, que ha obtenido el premio Nicolás del Hierro, incorpora momentos que hasta ahora no se había atrevido. La mujer, la soledad de su lucha, el amor, la entrega, la tensión de los otros, la muerte y la vida, el compromiso, el pan, la mirada a la misma altura del lector, la nobleza del traje con que viste el verso… todo estuvo en su lectura. No es extraño que los libros se agotasen como pocas veces. Mientras la luz estuvo.
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Alejandro Sanz iniciando el acto |
Actual interior |
2 comentarios:
Es todo un placer leerte. Imagino, pues, cómo sería esa velada que nos cuentas.
Estuve en esa casa, con el poeta vivo, lo recuerdo con mucha claridad. Ahora lo pienso con la especial mirada de María Luisa Almeda que impregna sus escritos.
Un beso, Paco.
Isolda, contar lo que pasa no tiene demasiada miga. Me gusta cuando encuentro gente que dice, que me devuelven a casa algo distinto. A veces pasa. Es un placer que me leas. Besos. Paco.
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