Su lanzamiento es propio de alguien que sabe lo que se trae
entre manos. Se llama Tigres de papel. Es un proyecto levantado con sueño y rigor
por Paco Moral, Cecilia Quílez y Mara
Troublant. Nace con la voluntad de no
ser otro más, pero con la humildad de no saber más que nadie. Aparecen los tres con un
proyecto claro: defender a la poesía y a los poetas, pero también pedir a las personas que la aman, que defiendan a la poesía. Que compren. Y pronto.
Cecilia, Paco y Mara |
Conocemos editores que basan su labor en un trabajo callado y solitario, otros que salen al ruedo desnudos, También sabemos de editores, los más, que comparten desigualmente el riesgo de editar (de imprimir) con sus autores. Y todos caben, aunque no con la misma dignidad. En Tigres quieren ser distintos, rebeldes, con intención de dignificar el hacer del poeta. Con esa premisa autoimpuesta han llegado. ¿Lo lograrán? Observen estas palabras dichas a Víktor Gómez en una entrevista reciente, que recomiendo
Sabemos cómo se siente un poeta cuando entrega su libro a un editor, y
no nos gusta la sensación de desamparo que en ocasiones sucede, y pensamos que
el poeta es un creador, el sine qua non de este proceso.
Por qué motivo los pintores, los directores de cine, los músicos, cantantes, ceramistas…son tratados con mucha más dignidad que los poetas es algo que deberemos entre todos dilucidar, porque es evidente que algo ha fallado.
Hay un ejemplo claro de esto: una presentación de un autor cualquiera, en un bar de copas…El editor cobra su dinero, el local gana su dinero, el camarero que sirve las copas tiene su sueldo, la persona que limpia el local al terminar el acto cobra su salario, el impresor su factura, el maquetista, el diseñador…y el poeta está allí, subido a una tribuna desnudo y exponiendo sus versos de manera completamente gratuita… Sólo en el mejor de los casos no le ha costado dinero llegar a publicarlos.
A partir de ahí, en numerosas ocasiones, llega el olvido…
Por qué motivo los pintores, los directores de cine, los músicos, cantantes, ceramistas…son tratados con mucha más dignidad que los poetas es algo que deberemos entre todos dilucidar, porque es evidente que algo ha fallado.
Hay un ejemplo claro de esto: una presentación de un autor cualquiera, en un bar de copas…El editor cobra su dinero, el local gana su dinero, el camarero que sirve las copas tiene su sueldo, la persona que limpia el local al terminar el acto cobra su salario, el impresor su factura, el maquetista, el diseñador…y el poeta está allí, subido a una tribuna desnudo y exponiendo sus versos de manera completamente gratuita… Sólo en el mejor de los casos no le ha costado dinero llegar a publicarlos.
A partir de ahí, en numerosas ocasiones, llega el olvido…
Tigres de papel comienza con ilusiones, pero con los pies en
el suelo. Su primer número agrupa tres poemarios de alguien que ha dicho: el
lenguaje está llegando a muy altas cotas de corrupción, hablo de Miguel Ángel
Curiel. Contiene tres entregas ya editadas, es por tanto una reedición. La novedad consiste en ofrecerlas
juntas a los lectores bajo un título común. El segundo libro anunciado es de Laura Giordani, de quien esperamos
lo mejor. Ángel Guinda y Julio Obeso serán los siguientes autores. Confiesan no tener todavía capacidad para la distribución reglada. Sus
ejemplares, que irán numerados para que el comprador los sienta únicos, llegarán al público a
través de la librería virtual y del correo, de librerías amigas y en las presentaciones. Pretenden, al hilo de los tiempos, fomentar la edición digital de textos poéticos valiosos, buscados y de difícil
hallar.
La expectación es máxima. También en Mientras la luz.
Aquí pueden consultar su página en FB.
Aquí pueden consultar su página en FB.
8 comentarios:
Que alguien se lance a editar poesía, tal como está el mercado, es la demostración más palpable de que la poesía es un mercado clandestino en el que solo transitan los poetas. Ojalá funcione el proyecto, Paco, y los libros cobren una apariencia real. Sólo resta agradecer el gesto a los editores. Abrazos.
Los valientes se merecen un ejército tras ellos.
Y que lo digas José Luis. eso de mercado clandestino me parece un hallazgo. Son buena gente. Lo sé. Ojalá sus proyectos...
Amando, estás bélico. pero la poesía lo merece. Un abrazo.
Buena idea y mejor inversión la de esos mecenas. Me traes ideas para mi humilde asociación, Paco. Espero que tu salud se haya reestablecido. un abrazo.
Claro, Leo, por ahí hay campo cuando la causa es buena. Un abrazo.
Llego tarde a comentar este post, pero lo hago ya con los libros de Curiel y de Laura Giordani en la mano y puedo asegurar que merece la pena este proyecto editorial: con dos poetas tan grandes la eitorial no puede ser pequeña.
Nunca es tarde, Carlos, si la editorial es buena.
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