Rosa Jimena y Ana Montojo el pasado viernes, día 8, durante un acto poético. |
Rosa Jimena y Sebastián Galán ocuparon las baldosas de
Libertad, 8. Las llenaron. La lectura a dos en Poesía en Sidecar es siempre provocadora, interactiva.
Él y ella se esperan, se rodean, se cuestionan, se sugieren. Los poemas
aparecen como respuestas o como inquisiciones. Sebastián Galán es un agitador
poético que mantiene un excelente espacio de entrevistas en Radio Vallekas los
miércoles por la noche. Poetas en el aire se llama. Por él han recitados
cientos de poetas que agitan el aire madrileño. En esta ocasión era él coprotagonista.
El jueves 7 dio la réplica a una magnífica Rosa Jimena, dispuesta, inteligente, clara.
Brillaron, sobre todo en una segunda parte bien construida, con un estudiado y sostenido
final. Es tan fiel el público que hasta hay algunas que llegan desde Girona
para la ocasión. Los sidecares: Jesús Arroyo, Ana Galán, Ángeles Fernangómez, Laura
Gómez Recas, Montse Cano, Alma Pagés, Luis García, Leire Olmeda... no faltaron. Desde Murcia acude Manuel Martínez-Carrasco.
Ana Montojo es poeta de voz grave, con amor al tabaco y
manifiesta afición al fútbol. Obtuvo hace un par de años el prestigioso premio
Blas de Otero de Poesía que se otorga en Majadahonda. Con La niebla del tiempo.
Allí conocí sus maneras. No entiende del verso que descansa. De interludios líricos. Tampoco de versos
que no transportan. La poesía sirve, le sirve, para comunicar un estado del alma, un estado del cuerpo. Generalmente la sensación de que la felicidad está siempre detrás de la montañas. Inaprensible.
Lo fugitivo de la belleza, lo regular de la pérdida. Primaveras v otoños jugando con los desasosiegos.
Siempre habita en sus lectores la certeza de que Ana escribe de lo vivido. Con la misma certeza por la que sabemos que en ella habita un frío antiguo, que declara. De su segundo libro, Plantas de
interior, este poema.
Ahora
Ahora, cuando la vida es sólo un mapa antiguo,
de viejo
pergamino,
que se quiebra por todas las esquinas…
que se quiebra por todas las esquinas…
Elvira Daudet
Ahora que ya no importa
nada de lo que antes llenaba mis
insomnios.
Ahora que ya no tomo
ninguna decisión irrevocable
y cambio mis
principios
por finales felices.
Ahora que invento mi autobiografía
y te otorgo
un lugar
que, por derecho, no te corresponde.
Ahora que ya no tengo
tiempo de
arrepentirme.
Ahora
que nos ha dado por morirnos,
necesito decirte
que te he
querido siempre
más de lo que tú sabes.
5 comentarios:
Qué gusto da leerte porque es una manera de revivir ese sentir de un tiempo de disfrute poético que ya se nos ha ido. Tú nos lo vuelves a traer. Gracias Paco. Un beso.
Impresionante crónica, querido Paco. ¿sabes?, durante mucho tiempo he sido yo el cronista y confieso que acabé un poco quemado. Esta noche, al leerte, he recobrado la ilusión al comprobar que otra mano, mejor dotada que la mía, es tan generosa que nos nombra a todos, nombra a la Poesía con mayúsculas, sus motores, sus sitios...
Tu eres un ser imprescindible, enormemente necesario.
Gracias, amigo.
Muchas gracias por esa generosidad que asoma, no sólo en tu crónica del último recital de POESÍA EN SIDECAR, sino en cada gesto de apoyo que nos dejas en cada encuentro. Es un honor tenerte cerca como ese gran poeta que llevas dentro y hoy, por si fuera poco, como amigo.
Un abrazo6435
Querido Paco,siempre te leo y sin embargo se me había pasado esta magnífica crónica. Ha sido Carmina la que me ha avisado de este error imperdonable. Eres grande y generoso, da gusto leer ante ti, me descubres mi propia poesía, mientras la luz. Gracias, Paco, por estar siempre ahí.
Otro abrazo
ERCFQuerido, el desanimo de este invierno "horribilis" que no acaba, me he perdido la delicia puntual de tu crónica y haber podido corregir al momento la cita con la que Ana Montojo me honra en su poema Ahora (pág 49), modificada por una errata menor; debe decir:
ªAhora, cuando la vida es sólo un mapa antiguo/ de viejo pergamino/ que se quiebra por todas las esquinas/".
Si ello te causa la menor molestia no lo corrijas; si no, hazlo por favor, me espanta dejar los versos cojos al final del camino.
Besos
Elvira
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