Esa
palabra que es un hilo de algodón,
un hilván,
un hilván del taller de mi padre,
esa que es
una luz que soporta
solo lo leve,
y ama lo escondido,
y apenas si resiste la embestida
esa que
fácil quiebra y se desdice,
esa palabra,
esa niebla que escucha
y es arcilla en el aire
o cristal de una llama
es la que no
me acude para ser escrita
llevo meses que vivo
tan solo la pereza, la pobreza,
de lo tangible, de lo visible.