Creo que en 2008, en Piedrabuena |
Ya está contigo el amigo, el poeta Juanjo Alcolea. Lo hizo con pronta decisión nada más comenzar este 2021. También aquel hombre bueno al que tanto admirabas y querías, hablo de Nicolás del Hierro, nos dejó. Por solo citar a los amigos más cercanos. El tiempo no quiso darte a ti unos años de sosiego tras la fatiga profesional, Vicente, pero sí fue lo suficientemente generoso como para otorgarnos y otorgarte diez años de plenitud poética que tanto ayudaron a conformar y alegrar nuestro camino. Te sigo recordando nueve años después, sigo recordando aquel último abrazo – tarde de un mayo mediado– a la puerta de tu casa, y que supe sería el último. Como sigo recordando el sol poniente que nos iluminó cuando acompañamos tu cuerpo, y éramos muchos, hasta su descanso. Allí, en tu Torrejón, donde tanto quisiste. La belleza y el dolor pueden ir juntos. Fuiste poeta grande, imaginativo, dueño de las palabras, hábil trasmisor de emociones y de imágenes. Pero yo recuerdo tu brisa, tu persona, la amistad sincera que fuiste capaz de ofrecerme, de ofrecernos a aquel grupo de manchegos que te acogió y al que abrazaste desde aquel año de tu premio en Piedrabuena ¿2005? Poesía Pura fue siempre tu casa, tu provocación y tu desvelo. Desde aquel allí y entonces, cientos, miles de amigos, de devotos seguidores, te recuerdan, velan tus poemas. Tu mujer, Charo, y tus hijos quisieron que José Luis Morales y yo recogiéramos una parte significativa de tu obra –tan enorme, tan dispersa, tan por ti descuidada– en la edición de Lo que de mí puedo contaros, que Huerga y Fierro publicó con justicia. Algunos de los amigos del grupo que junto a ti concertaste seguimos estando cerca, recordándote, queriéndote: hablando de ti. Digo con esto de Ana Garrido, de Valentín Martín, de Celia Bautista, de Nieves Álvarez, de Juana Vázquez, de Antolín Amador, de Fernando Fiestas, de Ana Bella, de… Sigues estando cerca, sigo estando con tu recuerdo. Escribo en primera persona, como siento. Una vez escribiste que hay cicatrices que se llenan de espuma. En ella estamos, amigo.
Este es el poema tuyo que escogimos para la contracubierta de aquel libro
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