zpatoizqu ierdozpat zptoizqui sumisozi
izquierdo
zptosumi
zptoizqui
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Nunca sé si
olvidado o escondido,
sumiso o
desertor, ese
zapato izquierdo
y solo,
fatigado
adjetivo sin carisma,
al que hace un
mes vigilo ¿y alimento?
debajo de una
cama,
parece cuervo
herido
y asustado
vive preso
entre el muro
y la más última pata
que su pareja
huyó, parece obvio,
aunque jamás
le escucho lamentarse
con palabras
de tango,
sé que sabe
que ha mucho
le robé
la parva
intimidad de su secreto,
que conozco su
pena.
Él mantiene su
reto, y yo
siempre que
paso
cerca de su
distancia le susurro:
el otro ha
muerto, murió lo sustantivo,
que tanto
acompañaste:
valor, vuelve
a la vida
tan terco en
su refugio
o tan inerte,
prefiere no
atender,
prefiere no acudir a mi reclamo,
prefiere no acudir a mi reclamo,
debe sentirse
allá,
allá en su
fondo y solo,
seguro en el
desahucio
¿sabrá que yo,
transido de
creencias
o dolencias,
no puedo
arrodillarme?
7 comentarios:
Hacer delicia y arte, Paco Caro, del hecho más sencillo y cotidiano...
Miguel Ángel, a veces hay que mirar bajo la cama. siempre hay cosas.
Delicatessen. Me ha recordado aquella "cancioncilla de amor a mis zapatos", de mi paisano Rafael Morales. Tierno y sugerente.
A Rafael, Alfredo, le gustaban estas cosas. Mi preferida era el gato de color de lluvia abandonado.
Saber reconocer la soledad y la pena, aunque se oculten y aunque el que la padece parezca un objeto inerte. Me encanta, Paco.
Por ahí van los tiros, Emma. gracias, lectora.
«Es hermoso ese gato / de color de paraguas mojado por la lluvia...». «Gato negro en el Paseo de las Delicias» es mi poema favorito de RM. Aún me lo sé de memoria. Y me resuena la casi nerudiana voz de Rafael recitándolo.
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