domingo, 28 de febrero de 2016

Poesía&Refugiados. Dos apuntes

      No es una moda. Ha pasado el verano, el éxodo continúa. Huyen de su guerra. No es la nuestra, pero es la guerra y por tanto de todos. Una guerra civil. Sirios, afganos, irakíes. Ven en Europa su salvación y Europa no es un paraíso todavía. No es un infinito de bienestar. Ya lo vamos aprendiendo y ellos también. Salvo comparándolo con lo que dejan. Y el drama de los niños. Y la esperanza. ¿Que puede hacer la poesía? ¿Cantar? ¿Ayudarles? ¿De qué sirve? Veamos estos dos apuntes.

Primer apunte

      María José Muñoz, periodista cultural del ABC en Castilla-La Mancha da cuenta del viaje del poeta Dionisio Cañas a la isla de Lesbos. Lesbos, qué paradoja. El lugar testigo de la poesía europea es hoy testigo de cargo del rodar angustioso de los débiles. Hasta allí viajó el de Tomelloso. A vivirlo de cerca. A percibir las sensaciones exactas que le permitan terminar su poema Europa, en el que lleva años trabajando. Su empatía, su necesidad de ejemplo, le llevaron al centro del conflicto, a la oportunidad de tramar una foto, de pergeñar un poema. Luz y voz. Es preciso que las cosas se sepan. Ofrecemos sus dos intenciones. Tal vez la presencia del poeta les aliviara.

Luz
El poeta posa como un refugiado ahogado en la orilla
El poeta posa como un refugiado
Voz

Todavía huelo a él,
me duele su dolor.
Era fácil amar a un refugiado.
Irak ya estaba lejos
y la sangre derramada en su tierra
todavía la tenía en los ojos,
pero sonreía porque pronto
llegaría a Alemania,
su paraíso, su mujer, sus hijos.
Todavía se le saltaban
las lágrimas al hablar
de los niños ahogados
que dejó atrás
cuando tuvo que atravesar
el mítico mar Egeo.
Estábamos llegando a Atenas,
atrás quedaba el barro amargo
de la isla de Lesbos.
No sabía, todavía, que en Europa
alguien lo iba a odiar.
Nos besamos al despedirnos,
como se besan los hombres en Irak.
Nunca sabrá que yo estuve a punto de llorar.

Segundo apunte

      El miércoles 24 se celebró un festival poético músical en la Sala Trovador. Con la sana dedicación de recaudar deleitando, concienciando. Ana Montojo, Isabel Miguel, Graciela Zárate y Silvia Cuevas-Morales han querido, dando sentido práctico a su amistad, colaborar con Proactiva Open Arms, asociación de socorristas que ha participado en Lesbos ayudando físicamente a salvar vidas. Recibiendo a los refugiados, prestándoles sus brazos, su coraje. Y siguen. Estar lejos, estar cerca. Además de versos hubo música con Mariana Díaz, y Rafa&Montxo, con Antonio Román Ana Bella y la aportación escénica de Carmen Bermejo. La sala llena. Y la fila cero. otra manera de ayudar, de estar, de responder a la conciencia. Que sigue abierta en esta cuenta  ES53 0182 0262 910201668823. .
Hubo también luz final. Esta foto de grupo que ofrecemos. Y voz final. Este poema de Ana Montojo.

Luz















Voz

Soy Europa.
Esa vieja ramera vendida a los mercados
que os discute la entrada a este burdel infecto
donde os trajo la guerra.

Soy el lodo
donde extendéis las mantas
y también soy el polvo y la lluvia y el frío
que hiela vuestros huesos.

Soy la valla
armada con cuchillas
que os rebanan de un tajo
la carne y la esperanza
y os roban el futuro en las fronteras.

Soy la ola
que engulle a vuestros hijos,
el mar donde se ahogan vuestros sueños
de cierta libertad y un poco de justicia.

Soy el hielo
de un frío parlamento que confisca,
democráticamente y sin enrojecer,
vuestros escasos bienes,
y sufraga con ellos el hambre que os devora.

Si aún queréis venir, que no se diga
que no os había avisado:
os estoy esperando
con las garras abiertas.

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