Para Lola Franco, poeta de Guadalcanal
esto es un poema. Surge en mi patio
cada cinco o seis años.
No me importa. Es su tiempo.
Yo siempre espero.
Es una flor perfecta,
perezosa, bella, profunda. Dura
en esplendor apenas 24 horas.
Luego declina.
Yo permanezco atento.
Y conmigo septiembre, su luz.
En algunas
ocasiones abre cuando soy presencia,
cuando tiemblo.
Sé por eso que ella también aguarda.
Es un poema. Es un instante solo.
Sólo a dos. He querido
mirarla, fotografiarla, escribirla. Yo
soy ese insecto
que merodea su canto, que atisba su
profundidad. Que tal vez se interne.
Sé que mañana morirá. Que debo gozar
estas siete
de la tarde del 8 de septiembre. Ahora.
Sé que el gozo es percibir
cuando uno crea. Cuando es creado.
La flor del cactus. Feliz
como yo en lo inútil
de la belleza.
6 comentarios:
Es preciso gozar ese instante en que amanece una flor,de cactus,de arena o de melancolía porque aún no existe el instante siguiente y,cuando exista,se habrá extinguido ya ese instante primero.....gracias por compartir conmigo esa bella flor.
¡Buen presagio para empezar el nuevo curso! La belleza, lo simple, lo humilde, lo eterno... Bienvenido Carísimo. ¡Se abre el telón! Y te abrazo. Carmina
Querido Paco, yo también me alegro de tu vuelta al blog, y más cuando lo haces con una entrada tan hermosa. Abrazos.
Gracias por el regreso, Paco. Y por la luz, hora ya está completa.
Un abrazo.
Sabes que mañana morirá, sabes que mañana morirás. ¿Quién puede estar seguro de que es menos efímero el instante del insecto?
Abrazos, siempre
Conozco esa flor, Paco. Lo que no sabía es que solo se nos brindaba de tarde en tarde.
Hasta creo que tengo una foto de Rosa con una de ellas en el pelo.
Lo cierto es que tardas mucho en venir y me lleno de impaciencia.
Un abrazo.
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