miércoles, 19 de mayo de 2010

Días de mayo: Van Halen, Emilio Porta

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Juan Van Halen, poeta y político de áurea horaciana, es amigo y compañero de Emilio Porta: por tales causas autor del prólogo del poemario “Corales” que termina de aparecer. En él, en reflexión sobre el panorama lírico nacional y con forma de carta al autor, dice: ¿Pero no lees lo que se escribe y jalea por estos pagos? A menudo pura plastilina. No sé qué destacar más la cursilería, el vacío, el utilitarismo. Poesía para el consumo y exportación rentable de los chamanes del canon. Sucedáneos a tanto el poema o a tanto el conjunto. ¿No te ha sorprendido nunca en la lectura de las solapas de los libros de algunos jaleados colegas su contenido? ¿No te has sentido un tonto de remate? O la solapa exagera o el libro no es precisamente el mejor del personaje. Y no se te ocurra leer los anteriores. La otra salida que queda es la de sentirse, como lector, tonto de remate?

Y Juan Van Halen sabe de cuanto dice. Después entra en la obra de Emilio: “Escribes… desde el reto del humanismo, de la filosofía, de la metafísica, de las preguntas a la espera dolorida de las respuestas”. “No es una poesía de evasión, sino de condensación, de compromiso. Los corales de vida sin tiempo son interrogaciones, espejos ante los que no nos reconocemos porque saben más de nosotros que nosotros mismos”. “Hay mucha verdad en tu poesía y estoy seguro que seguirá así” “Eres un poeta que asume riesgos pero vas en la buena dirección; otros puede que no”.

Termina Van Halen su prólogo con un soneto donde deja patente su maestría, y que dedica a Emilio Porta.

“Corales” ha obtenido el último premio Blas de Otero. Lo que dice de la calidad de una obra. Y de un certamen. Fue presentada en Majadahonda el pasado 12 de mayo. “Corales” habla de los corales, de los marinos, de su permanencia anterior a la Historia, a los hombres, de su deseo de futuro, de convivencia, de su tensión de paradigma en donde buscarnos por su inmutabilidad, por su serenidad, por su belleza cómplice con la Naturaleza. Al autor le interesa el lenguaje callado, la reflexión sobre las cosas, sobre los asuntos, rayano en lo moral. El empleo de un lenguaje contenido añade dramatismo a la lectura. El libro se cierra con un epílogo “Hojas” que habla de la caducidad como contrapunto al manifiesto afán de los corales.

Ofrecemos un poema de cada parte:

Enviando esporas
al acaso.
Buscando el infinito.
Así dais la vida.
En una sucesión
constante y misteriosa
de azar.

Los hijos de vuestros hijos
formarán atolones.

(de Corales)
............

No hubo una igual a otra
ni en forma
ni en medida.

(de Hojas)

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1 comentario:

Emilio Porta dijo...

Agradecerte la entrada y tu comentario. Espero que sigamos compartiendo el espíritu común que nos empuja por estas veredas terrestres...y marinas. Un fuerte abrazo.