jueves, 12 de septiembre de 2024

Carta pública a y un poema de ANTONIO DAGANZO

 




         La barca parte ya. / Que sea suave el viento, benigna la memoria. / Y que en la luz vivamos. Con este deseo kavafiano, pleno de consoladora calma, se tiñe este tu décimo libro de poemas, Antonio Daganzo. Después del impresionante La sangre Música, no era fácil acudir al nuevo encuentro con tus lectores. El viaje, la nueva ruta a Ítaca, aprovecha los aires ya explorados y añade audacia y riesgo a la aventura. No hay otra llegada sino a uno mismo. Desde Mientras viva el doliente, que tuve la fortuna de poder presentar hace unos años, tu riquísimo mundo interior, forjado tanto en adversidades como sacudido por la atravesada noche del amor, no hace sino enriquecerse a través de los senderos de la introspección. Y del despliegue. Una indagación que va contigo siempre en busca de los otros, de ser compartida y trascendida en compañía. No otra propuesta eres sino un corazón en desvelo que escucha. Que teme porque se ofrece, que espera porque da. El murciélago entre fuegos de artificios —quién el murciélago— no es otra cosa sino la intimidad del poeta rodeada por los ruidos de mundo, por los ritmos del mundo, y que solo un oído tenso y delicado como el tuyo es capaz de cerner y discernir; y que solamente una mano certera y delicada, la que te conoce, es capaz de dejarlos huella en papel. El libro no es otro asunto que una declaración expresa y calma de la voluntad de resistir, de la tensión que supone continuar en el riesgo de la certeza, la auténtica, la que consuela. Tu libro no es otra cuestión que la sabiduría del amor, como jácena que sostiene el edifico de la existencia. El amor por, con, en. No importa si el pasado, el presente, el sostenido, el que se espera. A veces sucesivos, a veces confundidos, pero sostenedor siempre del poema. Lugar donde reside el deseo de belleza que contienes y te contiene Y que para el imaginario transitivo que comporta la dualidad autor-lector, ofreces en la palabra Occitania, tan génesis: No podían saber / que la mujer que amo / resucita en mi pecho a cada instante / la Occitania.

      Escrito desde un yo poético múltiple —desde el nosotros hasta el singular de la primera persona pasando por el tú autorreferencial— la voz atenta, tierna y maestra del hombre que te soporta traza poemas de suma precisión, poemas que nacen de experiencias soportadas, de emociones sentidas o futuras, del roce con las artes y la creación. Una voz que, sin la tentación de lo confesional, bordea, y cae, voluntariamente y en ocasiones, en lo testimonial. Ni un solo verso está escrito por hábito, por ser oficio, sino que vierten verdad, y acarrean vida vivida o sospechada. Una verdad con el matiz medido y con el velo tul necesario, para convertirla en decir poético, en poesía. Así comienzas el poema “Manuscrito”: Aquí te tengo, / escrito a mano, / y así te llamas manuscrito, y lodo y alma.

      Tendré la fortuna, espero, de oírtelo leer el próximo 25 de septiembre, tamizadamente o no, y será un placer. El libro ha sido editado, como el anterior, por la hispano-chilena RIL, tu casa. Con enorme cuido, lo que es destacable entre tanta dejadez.

***

Un tren cruza el crepúsculo

                         Para Nuria de Cos

Inabarcable el cosmos,
vertiginoso el cenit,
el horizonte como un dios por venir
y, sin embargo,
este tren que ya cruza
los olivos de fuego del crepúsculo
parece más veloz y transparente
que todo el universo.
 
Como un poema
en el cielo de sangre
que llamas corazón.

domingo, 1 de septiembre de 2024

 


Comienza el curso. Ojalá y los días con sus afanes me permitan dar a Mientras la luz el caudal y el cauce que tenía. Los días en Piedrabuena pasan lentos y feraces. La luz y su color toman en septiembre el lugar más hondo de mis afectos. Agosto es para mí un mes preparatorio. Lo ando deseoso de que el sol ceda en su altura y se humanice. Agosto ha sido fértil este 24. Me explico. Fuentévar, el nombre de un paraje de mi pueblo, lo es también de un cuaderno mahalta de mi autoría publicado hace casi tres años. Durante este agosto ha estado conmigo, reclamándome. Gracias a su insistencia han acudido poemas nuevos, otros tantos, al encuentro de los anteriores. Es posible que la colección Adivinos de Mahalta ediciones, recoja la fusión de ambos en un libro, allá para la primavera. De edición y difusión limitada. No es normal anunciar la posible publicación de un libro con tanto tiempo. Pero es uno de septiembre, cuando la vida empieza. Tal vez la esperanza. Un inicio de cántico en el templo.

Campos
 
 
El tiempo espera.
 
Un hombre escucha el viento,
aprende de los campos,
recorre la inquietud de los baldíos, 
conoce desde niño el dolor del arzollo,
no ha olvidado
fértiles brisas en el mar de olivos.
 
Por el valle, las densas
nubes que saltan Valmayor y cubren
de sabias sombras El Espino 
quieren hablar, preguntarle si
sigue siendo memoria, si ama todavía,
si es el mismo.
 
El hombre acude.