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Lo que parece innegable es que “Los íntimos secretos de la voz” viene a añadirse a una obra poética lenta y seriamente realizada A los temas eternos de la poesía: el paso del tiempo, el misterio de la infancia, el asombro de la naturaleza… ha ido añadiendo Nieves nuevas preocupaciones, de las que es muestra este poemario. Su discurso directo y su clara dicción atienden fundamentalmente al tesoro de la palabra tejida en el poema, y a la búsqueda de la imagen exacta como vías por donde caminar desde la individualidad necesaria del poeta hasta el imprescindible ser con los otros.
En la intención de este poemario está la vida como territorio de contradicciones, abierto y a la vez inexpugnable, en donde el deseo de amar y ser amada se nos muestra como único sendero. Para Nieves Álvarez la poesía es el milagro que nos permite pedir auxilio, contar las alegrías, entender las esperas, prolongar la belleza del amor.
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XXXIII
Adivino que llegas, que me miras
regalando palabras.
Adivino el susurro del reloj agitado,
el rojo de mis pómulos
-aún adolescentes-
el temblor de este cuerpo diminuto,
el mareo furtivo de la luz
-intrusa en cada instante-
y el amnésico tul de cada verso
que construye el poema.
Adivino el contorno de tus labios
que dejan sus aristas en los míos,
los nombres, los pronombres personales,
las palabras no dichas
y la sed infinita de mis senos
que responden
al lánguido preludio de tus manos.
Adivino tu voz
disuelta ya mi piel, derrotada en los versos,
en el azul silente
que entre tus brazos tiene mi derrota.
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