sábado, 30 de enero de 2016

Un poema: Aula

 





Ayer
mientras leía (lo leía)
hablé con Ungaretti.

Ya no a sentarme dócil
en el primer pupitre
y esperar que me enseñen

pero aún, le dije,
dispuesto a la invisible 
terca belleza 
que supone aprender
(te).

jueves, 21 de enero de 2016

Enero a trancas


       Regresados por fin a la ciudad cómplice. De inmediato. La navidad aturde. La lejanía aturde. Y el estado del Jefe oscilaba entre la melancolía y la mudez absoluta. No era cuestión de prolongar castigos. El viernes 8 la redacción abrió sus puertas, lanzó sus redes, oteó. Madrid a trancas. Soñoliento. Indecisa la voz de los poetas, de los que leen enero.  Salvo la Librería Alberti. A la que Lola Larumbe, con clarividente tozudez, ha ido conservando como única guarida de prestigio ante la abdicación de tantas que fueron. Por lo demás, vegetación acostumbrada, endogamia sonora, repertorio y canciones. A veces una flor. Libros, libros. A veces amenazas.   

Lunes 11
En primer plano Ana Cibeira leyendo, al fondo
Berta García Faet
Foto de Jesús del Real

       Leyó Chantall Maillard en Getafe, en el centro José Hierro, que dirige con mano de metal Julieta Valero, pero el Jefe prefirió que escucháramos a dos voces jóvenes, bellas y varsovias. Aprovechando su estancia vacacional estuvo en Madrid, Berta García Faet, a quien seguimos con fruición. Por si algo le faltara a su poesía, al coloquialismos surrealista que la caracteriza, a la explosión provocadora de sus intenciones –el amante como posibilidad- se añade su estancia en New Haven y sus recorridos por los modos intrínsecos a la poesía norteamericana -hace poco estuvo por aquí Sharon Olds admiradísima- lo que, unido a su inteligencia poética, la convierte en un ave rara y perseguida. Leyó en la librería Enclave ante un público escaso pero joven, muy joven, muy sediento. Leyó alternándose con Ana Cibeira, poeta forjada en la mixtura de gallego y castellano que pregona Luz Pichel. Poemas largos los de ambas. Más de impresiones asombradas los de Ana, más en el centro del dilema los de Berta. Ambas tienen libro nuevo. El jefe nos encargó el de Berta, La edad de merecer, que Elena Medel ha seleccionado para La Bella Varsovia. Bien sabe por qué. Aunque parece libro de agregación.

Miércoles 13
JL Morante, H Barrero y J Muñoz
Foto de Enrique Bueres

     A barrancas. Estuvo la becaria en Ferraz 100. En la presentación del libro de la infatigada Mª Antonia García de León, El yo conquistado, que ha editado la infatigable Huerga&Fierro. La manchega es poeta tardía, coloquial, apegada a lo sucesos, de poso reflexivo y con unas enormes ganas de compartir. Extravertida y cariñosa, seguramente ya está preparando una nueva entrega. Muy cerca de allí, en la Alberti, el toledano Hilario Barrero, otro neoyorquino de vacaciones. A Hilario le ha editado La Isla de Siltolá, otra infatigable, sus Diarios (2012-2014) avalados por José Luis García Martín. Venía de hacer lo propio en su natal Toledo. Y tanto Pepe Muñoz –largo, premioso- como José Luis Morante –breve, certero- señalaron la generosidad y precisión de su mirada, su tiempo y memoria compartidos entre NY y Toledo, y la originalidad de intercalar en sus páginas, en su miscelánea, un mosaico de poesía norteamericana actual. Hilario se mostró pleno de jovialidad, mental y física. Agradecido. Dicen que todavía corre maratones.  

Dos mujeres

       Y amigas, aprovecharon las fechas para recordar sus libros con nuevas lecturas. En la Casa de Galicia, el lunes 18, lo hizo Pepa Nieto para su Nacer del fuego, lugar en donde ha reunido –publicados e inéditos– los poemas de brasa erótica que le han ido acudiendo. Una lectura fresca, cercana, resaltó su carácter de juego, su voluntad de piel, su ensoñación de cuerpos.  Y en la Casa de La Mancha, el martes 19, hizo lo propio Cristina Cocca con una nueva edición de La heredad de la luz que lleva en portada un dibujo de su padre, el pintor Maximiliano Cocca. Fermín F. Belloso y Alfredo Piquer hicieron de presentadores. Una lectura sosegada e intensa permitió a los asistentes volver a gustar algunos de los poemas y sobre todo conocer las nuevas provocaciones en que la poeta trabaja ahora: una, el agua; la otra, las mujeres de ficción. En ambos casos un público numeroso..

Editor, Claro, Jenaro y Marta
Fotomóvil
Miércoles 20

      Otra vez la Alberti. Y un gozo inicial. Javier Lostalé exhibía feliz un ejemplar de la poesía completa de Carlos Sahagún, que recién ha publicado Renacimiento. Y que incluye sus celados poemas inéditos. Parece que Carlos, cuidadoso y ordenado hasta la extenuación lo tenía dispuesto para. No pudimos adquirirla, se habían agotado los escasos ejemplares recibidos. Vendrán más. La causa de nuestra visita fue la presentación de El sueño de Einstein editado por Salto de página. Curioso título, luego lo explicaría, que Jenaro Talens, ha dispuesto para una extensa colección de poemas en prosa con los que intenta recrear fragmentos de su infancia. En un ida y vuelta hacia el presente. Fragmentos que tal vez le expliquen pero que no son su biografía, aseguró. Es incapaz de escribirse. Dijo que su magdalena-de-proust consistió en una invitación a la comida 50 aniversario de antiguos colegiales maristas. Clara Janés y Marta Agudo intentaron acercarse al tiempo de Jenaro, al vital, al metafísico, al cronológico y destacaron su atracción por lo científico que le viene de la juventud. De cuando corría el hectómetro y era veloz. Ana Merino, Antonio Ortega, Miguel Casado, Jordi Doce… entre otros asistentes no quisieron prolongar la velada con preguntas.  

sábado, 16 de enero de 2016

35 años después, Benjamín Palencia

    Hoy se cumplen 35 años de la muerte solitaria de Benjamín Palencia, el grandísimo pintor de Barrax. Nos lo recuerda en face el gran divulgador Alfonso González-Calero. Con un poema sobre su figura abrimos este blog hace ya unos años. Hoy queremos recordarlo.

















Estas fajas de luz, horizontales
sobre los calmos cerros, esta leve
tarde de aldea ibera,
estas lindes de ocaso que contemplo,
este sol que se acuna
en la pálida pleita

estas llamas de viejos candeales,
los sumisos
olivos y su afán de sangre terca,
este horizonte último, salvado
de los últimos fuegos, esta noche futura
de púrpura y tizón, de plata enferma
¿en dónde te anidaron?
¿cuándo dejó la luz infinitiva
en tus manos su huella?

A ti pregunto, a ti, mientras camino
al lado, Benjamín, de tu pincel,
de tus ojos mayúsculos, Palencia.

¿Qué alcanzó tu mirada,
manchego primitivo,
a ver desde la altura de Vallecas?
¿el calor bermellón del mes de julio?
¿el polvo galeote? ¿los aceros?
¿los carmesíes hombres de la siega?
¿viste acaso barbechos en esquilmo?
¿días de ralas lluvias?
-llueve pobre en La Mancha, como si no quisiera-
¿el vítreo relámpago?
¿viste celestes ábregos heridos?
¿territorios de cardos, de magentas?
¿tuviste presos de color los ojos:
aljibes condenados a mirar
mínimas alamedas,
aguas niñas y juncos, puentes ciegos,
desamparados
espartos y rumores de masiega?

Pregunto porque sé que fue tu infancia
gentes de yunta y hoz,
terreros donde el hambre contuviera
sus ansias de raíz,
de canción labradora, los sufridos
lienzos de sed extensa,
de aradas brasas y de cárdenos
arroyos de sudor;
preguntó porque fue tu infancia puertas
de abocinado añil,
de charcos amarillos y de avispas,
las espirales ruinas de las eras

pregunto porque sé que fue tu asombro
altos zaquizamíes,
patios de verde y cales, la pureza
de tardes golondrinas que dejaran
tu corazón al borde
de los aullidos rojos de la tierra.

Creciste en el calor de quien se atreve
-tu pintura no es viaje a la melancolía-,
tus campos son hogueras,
encendidas encinas, invasoras
y azules dentelladas, cielos ascuas,
son lumbres erizadas;
tus poemas
a mitades de oteros y de óleo
fueron ala, no argolla,
fueron rabia de barros y de glebas;
humanos golpes fueron
sobre la piel callada de lo llano,
hachazos que rompieran su condena.


Tus verticales manos de retama,
tu viento pregonado,
al viajero convocan, que quisiera
aprender los jilgueros, los zarzales,
los gritos que mordieron
tu corazón. Mi Benjamín Palencia,
conmigo vas, andando por los ocres
que antaño te vistiesen ¿no sientes que te aguardan
otra vez sus calizas y sus gredas,
sus tímidas lagunas de lágrimas y juncia,
los pequeños
hogares compasivos de arquitectura seca?

¿qué pintarías hoy? ¿cuál tu paisaje?
¿la muerte de sus ríos?
¿los espejos que roban a los soles su fuerza?
¿los voraces maíces y extranjeros?
¿las sierpes de alquitrán?
¿las suspendidas vides? ¿un ave que se aferra?

Conmigo vas, nos llaman todavía
secanos donde mueren
virginales, viriles las tormentas

camino de Barrax llevo tus ojos
mendigos de colores sin adverbio:
no están aún
tus lejanías muertas.

martes, 12 de enero de 2016

Un poema de Antonio Hernández: Un día vino a mi casa

 
Antonio Hernández
Foto: MCBarri
    El poema cierra
la antología publicada por Eirene que, bajo el título de Distancia que regresa, hace muestra de la obra poética de Antonio Hernández, el poeta de Arcos de la Frontera y premio nacional de poesía 2014. Cierra el libro y es un poema deuda, homenaje a Julio Vélez, agitador político en su juventud, poeta siempre, y profesor en Salamanca después, en donde murió dejando tras de sí una estela de humanidad y saber. Antonio se lo dedica a Mª Ángeles Pérez López, voz comprometida, que ha sabido prolongar la memoria de Julio, no solamente por editar su obra completa, sino porque su poesía mama de los mismos senos de la solidaridad con el hombre, con el dolor, con la ilusión. La cotidianeidad, el recuerdo y la mirada se aúnan en un poema que no pretende otra cosa que sabernos vivos en memoria. Que somos porque hemos querido. Porque nos hemos dejado abrazar.
Manuel López Azorín, organizador de la antología, quiso cerrar con él la entrega. Bien sabe.


Un día vino a mi casa

A María Ángeles Péres López, alumna,
profesora, cordón umbilical

Un día llegó Miguel Hernández
a mi casa y preguntó a voces
su cantaor “¿Vive aquí Er Noni
de Arcos?”.
Pero ceceaba demasiado
para ser Miguel Hernández.
“Sí, aquí vive” le dijo
Mari Luz.
Y se quedó con nosotros.

Un día llegó César Vallejo
a mi casa. Era representante
de Café y traía unos zapatos
que daban de llorar “¿Vive aquí
Er Noni de Arcos?”.
Sí, aquí,
y nos dijo que lo mandaba
Pacote Velázquez, otro
lleno de lamparones de ternura.
Pero no era cholo, sino andaluz,
andaluz hasta el tuétano raspado
de cante jondo y solidaridades.
Y se quedó a conversar con nosotros.

Un día llegó Pablo Neruda
porque escribía como un barracón
y una guadaña llena de hambrientos,
de chilenos del sur de España.
“Sí, aquí vive El Noni”.
Y como en la casa olía a potaje,
dijo:”Huelo a las manos de mi madre”. Y se sentó
a la mesa de la amistad para siempre. 

Venía de los interrogatorios,
venía de la cárcel, a buscarse la vida
en  Madrid, Y al Noni le nació
por dentro una mejor persona.
Con Joselero de Morón venía,
con Diego del Gastor, con el Tartaja,
con Alfonso y con Alejandro…

Vino a su casa un día Julio Vélez.

viernes, 8 de enero de 2016

Un poema de Berta García Faet: Primera epístola para Camil C. Stîngă


I

Berta García Faet  (Valencia 1988)
en persona hablas conmigo en castellano
por escrito hablas conmigo en inglés

me duele mucho

te expresas mejor
en el idioma de tu exnovia

la irlandesa

que tiene un coño pelirrojo
y mínimo

lo sé por una foto

II

perdón por sacar otra vez el tema de tu exnovia
en realidad no me importa me da igual me da lo mismo
no estoy celosa ni nada sólo he mencionado a tu exnovia
porque me parecía que podría quedar bastante bien en el poema

en plan contrapunto anáfora o algo

el caso es que toda educación sentimental es básicamente
lingüística

ambos por desgracia hemos besado a gente francesa y sabemos lo que es
eso

compara cómo es hablar e-mail contra e-mail mejilla contra mejilla historia
de la lengua contra historia de la lengua
oficial

ahora yo soy tu exnovia

ahora yo soy tu exnovia pero tú sigues diciendo cosas del tipo
you don´t want a relationship with me ok?
i also told people i may come to NY but it does not change a thing now ok?
i don´t feel like talking with you now not now for sure ok?

ahora yo soy tu exnovia

III

cuando vivíamos en barcelona y nuestros labios
eran literalmente nuestros
labios

leíamos poemas en rumano
leíamos poemas en castellano
leíamos poemas en francés

tú corregías mi pronunciación en francés
aunque a mí no me gustaba nada tu pronunciación en francés
y te suplicaba que me leyeras más poemas en rumano o en castellano

a veces me hacías caso y me leías poemas en rumano o en castellano
aunque estuvieras hecho trizas
aunque al día siguiente madrugaras
mucho

post-coitalmente como todas las cosas
que dijimos
desesperados y dulces los poemas
manaban de la quietud
del frío

hay un verso de stanescu hay un verso de stanescu hay un verso
que escribiste en una postal desde
constanza
que nunca recibí

no leíamos nada en inglés nada en inglés
aunque te robé un ejemplar de alice in wonderland
que estaba en la estantería

no sé si esto tiene algún significado psicoanalítico o si admite alguna lectura
simbólica

IV

cuando vivíamos en barcelona y yo no era tu exnovia

para que te enamoraras de mí
a veces te hablaba en rumano
con acento español

con timidez
ea devenise încetul cu încetul
cuvânt

para burlarme de ti para hacerte rabiar
para que te enamoraras perdidamente de mí
a veces te hablaba en español con fortísimo acento rumano

caía la nieve ne-gra

ne-gra

ne-gra

y tu te ofendías bastante y me decías que era una racista asquerosa
y yo te decía que no y me reía
porque tú te reías

aunque era un poco verdad

V

cuando vivíamos en barcelona

cuando estabas medio dormido
o dormido
o feliz

cuando tenías sueño o cuando tenías sueños
que se cumplían

de repente me hablabas en rumano

sin darte cuenta

se te iba la cabeza al apoyar yo mi cabeza
en tu bellísimo esternón

aprovecho para decirte que no entiendo cómo tu bellísimo esternón
no puede parecerte una maravilla de la naturaleza
imperdonable
dado todo el dolor todo el horror
que hay en este mundo

el caso es que de repente me hablabas en rumano

y te sorprendías si me quedaba callada no sabiendo qué contestar

y regresabas a algún lugar al que te gustaba regresar mi mano en tu mano
mi mano en tu corazón
de vez en cuando

yo me ponía muy contenta porque me parecía que podría
contar esto en un poema

y que quedaría bastante bien bastante melancólico

VI

cuando vivíamos juntos en barcelona

hablarte en catalán era hablarte en el lenguaje del paisaje
where our love grew

pero también era hablarte en el lenguaje de algún que otro exnovio
o de alguna que otra exnovia

o sea lo que sucede con todo lenguaje con todo amor con todo crecimiento
y decrecimiento

no hablo necesariamente de nosotros

hablo de todos nosotros

por eso no me gustaba hablarte en catalán

pero me gustaba hablarte en catalán
porque era hablarte en el lenguaje del paisaje
where our love grew

y era pronunciar palabras mías que yo había perdido
dentro de mí
feia segles

y era pronunciar palabras que tú y yo podíamos ganar
por ejemplo
segles

y además uno de los hitos de nuestra relación tuvo lugar
en la playa de sa riera de begur
y en el castillo de begur

y además resulta que en el tren de camino a sitges
te enseñé la conjugación del presente de indicativo del verbo estar

que es fácil

VII

resulta bastante ridículo que esté estudiando italiano
en brooklyn
para acercarme a ti
que estás en japón

sólo porque hiciste tu doctorado en florencia
y eres cuatrilingüe

según las malas lenguas más me valdría retomar el alemán

hace 10 años cuando vivía en boston tuve un amante italiano
muy seductor y muy cruel

soñé con él anoche

me gritaba algo muy alegre y muy irrelevante en pésimo inglés

jennybel también salía en el sueño pero en fin ni siquiera sé si te he contado esta historia

el caso es que toda educación sentimental es básicamente
lingüística

y de alguna manera incomprensible
me ha dado por creer que si logro comprender
a dante alighieri

tal vez el paraíso

lograré comprenderte

menos mal

VIII

cuando vivíamos en barcelona

solías enfadarte porque era perezosa o cobarde y no leía a aristóteles
con atención
solía enfadarme porque eras perezoso o cobarde y no leías mis poemas

¿qué vas a hacer ahora con este poema?
¿lo vas a leer?

a veces yo estaba tú estabas nosotros estábamos
como ellos como unos ellos
cualquiera

en otro país

y  por otro motivos

quiero decir que ninguno de los dos cumplimos
nuestras promesas más
sensatas


pero leíamos poemas

y nunca en inglés

IX

cuando vivíamos en barcelona
cuando di aquel recital de poesía en barcelona
tenía pensado leer delante de todos un poema
sobre ti y sobre nosotros

en rumano y en castellano

al final no conseguí inspirarme no escribí nada no leí nada
sobre ti o sobre nosotros

de todas formas tú grabaste unos vídeos bastante bonitos
que he visto tres veces porque salgo guapa aunque no me gusta cómo suena mi voz

en esos vídeos

X

cuando vivíamos en barcelona
cuando tenía pensado escribir un poema sobre ti y sobre nosotros

en rumano y en castellano

mi plan era escribir un poema tristísimo basado en la disonancia
y en el azar

no iba a ser un poema excesivamente filosófico

aunque pensaba aludir en algún momento a ese artículo académico tuyo
sobre el concepto de fe en dworkin y en derrida a la sombra de kant
en el contexto del debate del postsecularismo

para que te hagas una idea

por ejemplo había pensado en escribir algo del tipo

cuando tú tenías +13 años yo tenía -13 años
cuando tú sentiste en tus propias carnes la llamada de la revolución
el 17 de diciembre de 1989
yo pesaba 11´8 kilogramos y tenía los ojos azules y el pelo
negro
como tu pelo
cuando tu vivías en mozambique
yo existía tan sólo
como deseo como proyecto como burbuja dentro de mi madre
y dentro de mi padre
tan subconscientemente tan misteriosamente
que lo curioso es que ambos siguieron viviendo
sus vidas
cada uno en su respectiva ciudad
lejana cada uno
sin el otro
como si nunca fuesen a encontrarse
pero se encontraron
se encontraron
cuando tu te marchaste a bucarest nació mi hermano y yo
no me acuerdo muy bien aunque dicen que me puse bastante celosa pero enseguida
lo amé
mucho
mucho después
cuando yo me marché a inglaterra y cambié de religión para siempre
tú tenías mi edad
cuando tú tenías hambre y tu madre tenía hambre y tu madre pintaba
cuadros y cuadros y cuadros
yo no era nada
cuando aprendí a leer y a escribir no sé qué hacías tú
cuando lloré pensando que algún día mi madre y mi padre iban a morirse
no sé qué hacías tú
tal vez también llorabas tal vez estabas ligando con alguna chica bonita
hija de algún cargo del partido
cuando yo era una niña salvaje por los campos de castilla no sé qué hacías tú
tal vez eras un niño salvaje por las calles de târgoviste
o igual estoy calculando mal y ya estabas desmayándote
por los pasillos de la biblioteca nacional
széchenyi
de tanto alcohol o de tanta belleza
cuando yo me emborrachaba en vichy y en lyon y en estrasburgo y en parís
no sé qué hacías tú
cuando yo perdía el tiempo con aquellas personas no sé qué hacías tú
cuando te enamoraste por 6ª vez yo me enamoré por 2ª vez
oh lo recuerdo
muy bien
cuando tú conseguiste aquel trabajo en la universitat pompeu fabra
yo conseguí aquella beca para estudiar en la universitat pompeu fabra
cuando tú comenzaste a desenamorarte de ella y a enamorarte de mí
por 1ª vez
yo no sabía nada
cuando me volví loca y enfermé tú te volviste loco y enfermaste
gravemente
en otro país y por otros motivos
cuando murió tu madre
yo no sabía nada
y me hubiera gustado saberlo
para besarte hasta morir hasta morirnos asfixiados de tanto dolor y
de tanto horror y
de tanta ternura
cuando te necesite
cuando te necesite dentro de muy poco tiempo
cuando te necesite dentro de muy poco tiempo tengo miedo no sé dónde estarás

XI

ahora vivo en nueva york

para que te hagas una idea
se me ocurrieron un montón de falsos paralelismos por el estilo

ahora  vivo en nueva york
para que te hagas una idea
hablo en inglés escribo en inglés

hay un montón de cosas que se me ha olvidado decir aunque son muy importantes

XII

ya te dije hace unas semanas que llamé por teléfono al romanian cultural institute
hace unas semanas
pero no contestaron mis preguntas

ya te dije hace unas estrofas que lo de nombrar a tu exnovia
hace unas estrofas
era sólo una estrategia poética

no sé exactamente qué significa este poema
a nivel psicoanalítico o si admite alguna lectura
simbólica

últimamente todos mis poemas son circulares
y estoy comenzando a hartarme

del invierno

quería evocar millones de detalles millones de casualidades millones de poemas y cosas
que dijimos
sin tener que decirlo
directamente

en este poema tristísimo

o sea quería nombrar el correlato objetivo
el amor el lenguaje el crecimiento el decrecimiento todas esas contingencias y cosas
que florecen en la quietud del amor del lenguaje del frío
pero no supe cómo

cuando ha pasado el tiempo

cuando ha pasado el tiempo
voy a mandártelo a ver qué te parece

espero que llores

domingo, 3 de enero de 2016

Consejo de redacción. La meseta poética



     Dijo el Jefe: Buen año 16 para todos, e inmediatamente­,  la actual España es larga parturienta en poetas de similar altura, madre de una espesa cohorte sin cumbres, pero reconocida. Multitud que asemeja una poblada, colectiva figura de meseta. Llanada en la que solamente –y mirando al tiempo desde su lejanía– es posible divisar los cerros ocupados por Brines y Gamoneda. Como oteros vivos desde donde vislumbrar. O como faros para reconocerse o de los que alejarse. Pirámide truncada. Una mesa ocupadísima con ligera inclinación hacia el oeste. No enhiesta torre ni marfil. Territorio en donde se golpea con furia por una reseña, en el que se hiere por una antología seleccionada o se mata por una edición en cualquier emergente, y desde luego donde se asesina por un Tusquets… (a más de esperar 4 años). Nada se vende en el arca escondido. Quiero decir que se batalla por subirse a los pequeños accidentes que el terreno ofrece para parecer más elevado. Sin ser más alto. Nada nuevo bajo el beatus sol de Horacio, el de las áureas medianías. Tan es así que si se aplicase la prueba del algodón, quiero decir si alguien preguntase por calles y plazas a un ciudadano medio, medianamente informado, por el nombre de algún poeta español vivo o  bien no hallaría respuesta o bien le señalarían el nombre del rimador de su pueblo. De su provincia sería demasiado.

      Y continuó. Recuerden: incontinentes, subidos y abigarrados en una tronca pirámide –simeones estilitas– en la que nadie los ve. O haciendo guardia ante la cueva negra. Poetas invisibles, dijo Gallego Ripoll. Y lo que es peor, desde donde nadie les escucha. Allí, cotidianos, entre ellos y para ellos se abrazan, se escriben y se alienta (o se ignoran) como pobres e iguales. Es el precio de la universalización de la cultura débil, dicen sociólogos desahuciados. Muchos medios en lugar de pocos muy. No es bueno ni es malo, como señala en ocasiones Fernando Beltrán en su Hotel Vivir, sencillamente es así. Pero sepan, queridos redactores, que vivir, que esperar, que leer sin referentes claros nos desconcierta y hace crecer nuestro esfuerzo, pero también nuestra libertad. Y es que a veces, zocos tan bien surtidos como el español nos recompensan con la maravilla del hallazgo. No lo duden, remarcó el Jefe, no cejen, caminen con fe por ella, siempre hay un Roto, digo un poeta, para un descreído. No tengan miedo a la multitud, asómense a la meseta poética, usen los codos, aparten, escojan, rompan, hallen.