domingo, 28 de septiembre de 2014

Lo oscuro

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Nunca existe lo oscuro
cuando la noche llama,
es llama y se subleva

nunca existe lo oscuro 
cuando existe
otro cuerpo ofreciéndose.

Me dijiste:
Es preciso ese fuego
para la luz

entre nosotros, oscuridad es todo
cuanto ocupa el vacío.

jueves, 25 de septiembre de 2014

En rodaje

   En rodaje, haciendo sus primeros kilómetros, sin tomar velocidad. Con dudas. Aprovechando resquicios. Cerrando puertas que quedaron entornadas en el pasado junio. Así comienza la temporada de encuentros poéticos madrileños. En esa fronda realiza su trabajo de campo Mientras la luz. Tanteos, Las gomas están tomando temperatura, que dice el calvo.

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Carlos Marzal firma bajo la atención 
de Julán Creis (Foto MCBarri)
    Era, es habitual abrir en Valdepeñas. La sombra de lo que fueran fastos del grupo A-7 es alargada, tiene forma de ciprés. Ante el deterioro de la bodega-templo habitual, los actos se trasladaron al Museo del Vino. Vino Carlos Marzal, el valenciano. Vino con ganas de leer, sobre todo sus últimas producciones. Esta lejos del misticismo actual de Vicente Gallego, lo sabíamos, pero no se esperaba un planteamiento tan prosaico, tan a ras de un público que tal vez sospechaba desacostumbrado, distendido. Alternó poemas de empaque con ocasionales. Aprovechó los exordios con que presentaba los poemas para hacer loas, fue lo más divertido, del arroz de su suegra. En varias ocasiones. En fin. Por otro lado, es sabido que desde hace un tiempo los poetas nacionales y regionales que antaño poblaban Valdepeñas han ido desertando. En la mañana del sábado 6 hicieron notar con rotundidad esta decisión. No vinieron. Vinos deliciosos hubo al final, que bebimos junto a Carlos, ya repuesto y buen conversador, junto a Matías Barchino, junto a Fernando Creis. También es poesía, jefe.
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  2   
   Rosa Jimena, poeta del taller de Enrique Gracia, vio nacer su primer libro al final de la pasada temporada. Son momento de atropello y el libro esperó a septiembre. Hasta el pasado martes 16 en que Preposición in-deco-Rosa, editado por Huerga&Fierro, se presentó en la librería Enclave Libros llena de público amigo y lector.
Rosa riendo, firmando
(Fotos Manuel MC)
Es un libro primero y lleno de entusiasmo cívico, de tensión dramática. Hay en él un lenguaje claro, maduro, sencillo y dirigido a un público cómplice. Es poesía hecha para ser leída en voz alta y escuchada, agitadora a veces, pero resiste con pulcritud una lectura sosegada. Enrique Gracia y Emilio Porta presidieron la mesa. Rosa leyó con y para los amigos, siempre lo hecho así. Y la gente disfrutó. Creo recordar a Enrique Valle, Elvira Daudet, Jorge Torres, Jaime Alejandre, Ana Montojo, Isabel Miguel, Luisa García Ochoa, Ana Galán, Montse Morata, Jesús Arroyo. Ana María Puigpelat, Rebeca Barrón, Lidia López… entre los que recordamos. Murcia, Valencia y Gijón esperan nuevas presentaciones. Manuel Martínez-Carrasco grabó todo. Es muy responsable de todo.


Cecilia Quilez y José Luis Torrego
asistentes al recital de Idoia Arbillaga
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   Mismo sitio, Enclave Libros, cuatro días después. Sábado 20. No conocíamos a la murciana Idoia Arbillaga, poeta, profesora y submarinista. Repetía lectura y presentación en Madrid de Los márgenes del agua, editado por Tigres de papel. Menos gente. El profesor Morales Barba improvisó su presentación tras la pérdida de papeles (en un taxi). Dijo que margen significa estar al borde de. Y que había varios sonetos en el libro algo sinvergüenzas. Decidida a levantar la situación, leyó Idoia. Leyó con cierta rigidez, parece su estilo, pero trasmitiendo. Es mujer con fuerza. Primero poemas elegíacos y luego, igual de creíbles, otros que proponían el disfrute del cuerpo. Su poesía, muy cuidada en su intención, aunque de ritmo menos dúctil, parece que gustó, sobre todo a José Luis Torrego y Luis Riquelme, que estaban cerca. Cerca también Cecilia Quilez, Ana Ares, Paco Moral y Mara Troublant. Entre los oyentes Aarón García Peña y Julio Martínez Mesanza, . Hubo luego vino colectivo y fotos de algunos de los asistentes.

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     El lunes 22 el Colegio Mayor Chaminade acogió la presentación de Versos del río del viento, del poeta e hispanista coreano Yong-Tae-Ming. Miguel Galanes y Jorge Urrutia, profesores y poetas ambos, situaron al personaje relatando situaciones vividas tanto en Madrid como en Corea. Yong leyó, con su habitual fortaleza, varios poemas del libro que ha editado Huerga&Fierro.

  5 Addenda
     La poslectura  de Yong se organizó alrededor de tres tortillas y cuatro suculentos temas. Recordemos. Uno, la aparición de la página personal de Berta García Faet, una de las voces femeninas y jóvenes con auténtica personalidad. Aquí. Dos, el éxito editorial en Amazon, a través de Alacena Roja, tanto en papel como en descargas, del magnífico Par(entes)is, libro de José Luis Morales, presto a ser llevado también a escena, de lo que avisaremos. Tres, la entrega de los Premios de la Crítica madrileña que organiza el editor Pablo Méndez la noche del viernes 19 a Juan Carlos Suñén, poesía, y a Lorenzo Silva, novela, durante una reservada cena en el Centro Riojano. Cuatro, la posibilidad de que vuelva el ciclo Favorable Madrid Poema a CentroCentro de Cibeles y que por fin logre la audiencia que necesita, que merece.  

Rodaje aún.

lunes, 22 de septiembre de 2014

¿Una palabra virgen?



No todas son domésticas rameras,
existe una que es audaz, y tul, 
y también
hebra leve que anuda lo secreto,
tan escondida que 
ni la web reconoce su presencia,
hay una que no ha sido
siquiera por vosotros
ni dicha ni tan sólo sospechada,
y ella misma recela
de su pubis deseo por verse escrita

esa es la palabra, dijo el maestro,
virgen y delta de vuestra búsqueda.

Mas todavía
ha de seguir oculta, temo
que la obstinada voz y las urgencias 
de alguno de vosotros, salvajemente,
sin seducirla aún, la desgarrase.

(De la serie Apuntes de clase)


viernes, 19 de septiembre de 2014

Consejo (de redacción)


   Aprovechando la ausencia temporal de la becaria, que suele desmontar con inocencias todas sus imposturas, el jefe convocó consejo de redacción. Al igual que si hablara desde el plasma, como si no estuviéramos, desconociendo, desplegó su papelito y dijo hacia la posteridad 
   Pienso que de la misma manera que el movimiento de los astros nos sirve para ordenar el sin comienzo y sin final del tiempo; del mismo modo como la destreza de la arquitectura no es sino la más audaz de las estrategia para limitar el infinito del espacio, la disposición de las palabras para acotar las longitudes desbordadas del silencio, y así crear segmentos aleatorios de significados, es una de las funciones esenciales, si no la única, del hacer poético.  Izar abismos, vivir en las afueras de la lógica, fijar el vértigo, hacer sonar los crótalos, son algunas de sus herramientas. 

   Luego añadió 
   Busquen en el arrabal en que Madrid se ha convertido si estoy en lo cierto. Tienen el curso entero para ello. Y no olviden que la verdad no puede ser partida. Ya me contarán.
  
 Se fue. No recuerdo quien apagó el televisor, que temblaba.

martes, 9 de septiembre de 2014

N-II. Monegros (metáfora vitalpoética)


                                 
Cruzamos los Monegros. Aquí –dicen-
talaron las sabinas, las que daban,
-cuentan- techo al amor.

La historia
de su final inunda
de sombras o de luz el automóvil,
nos da sentido.
No hablamos del final
de nuestra historia,
del sol endurecido en nuestro cuerpo.

Junto al asfalto apenas
dos mínimas acacias
con las que conversar, y el aire que venía
desde los esqueletos
lejanos de las rosas.

Tú y yo volviendo a cuatrocientos
ocho kilómetros
de Madrid.
Dos tierras áridas bajo el azul oscuro.
Dos nómadas en nómada desierto.
Una sola esperanza, una sola
longitud en el filo de los labios.

Dos buitres que navegan
hacia el hogar
devorador del cobre. Digo:
¿Escuchas tú mi corazón
envuelto en los recuerdos?

Conduzco. Somos dos
pequeños nombres, ásperos
bajo el calor. Dices:
Hablas de tus recuerdos, yo me agobio
con tu lírica lenta:
amor mío, 
nos ha vuelto a pasar otra vez el camión.



martes, 2 de septiembre de 2014

¿Hay alguien por ahí?




    Entendido como estación vacacional, termina el verano. El sol nos cansa. Todo vuelve a rodar, a su costumbre. El blog también. Tengo reciente la lectura de Oír la luz, nº 251 de los Marginales de Tusquets, allí encontré este poema, una sábana blanca tendida al sol, de Eloy Sánchez Rosillo, poeta que no se priva, que habla del verano y su experiencia. De la beatitud de su fin.

  Pensé primero en lo significativo de una tendencia, pero... contagiado del ambiente, ya no me atrevo a situarlo ni entre los de línea clara ni junto a los desteñidos. Seamos lectores libres. Ya hemos dicho lo poco apreciado que está la concreción distintiva (para taxonomías acudan los lectores de Mientras la luz a las musas sonámbulas y a las tesis doctorales). Eloy cuenta su experiencia y la sabe compartida. Aunque, por si acaso, lo dice todo clarito, muy clarito. Para que entiendan los de arriba, los de abajo. Aquí no hay jeroglífico. Aunque para mi desasosiego, acude a la memoria mía aquel aforismo del manchego de Calaceite: Si entiendes en su extensión el poema que estás escribiendo, rómpelo. Tal vez por eso considero urgente acercarme este septiembre a la antología que de la obra de Eloy ha realizado el poeta y profesor José Luis Morante para Cátedra.

  Lo seguro es que ha remitido la discusión entre lo hermético y la línea clara. Entre el silencio y el discurso. En realidad, han ido remitiendo casi todas las polémicas. ¿Experiencia? ¿Metafísico? Arcaísmos. Nadie se aferra a nada, nadie perfila, nadie distingue ni clasifica en cajas, nadie niega. Lo anti ha muerto, las banderías. Temporal triunfo del relativismo poético. De la libertad. No clanes, no escuelas, no corrientes. Está mal visto afirmar, reafirmarse, establecer cintas -a diagonales azules y blancas- que digan POESÍA NO PASAR.

  El hacer poético actual en castellano no tiene ataduras. Ni trascendencia económico-literaria. Es nada, es libre. Incluso para la copia, la boutade, lo sublime o lo ridículo. La poesía camina a voz sin coro. Sin riesgo ni miedo porque nadie la escucha. O en silencio, la poesía es un buey balduendo horro de esquila. Es por tanto disfrute. Y es multitud, fin del escalafón. Aunque nunca venid y vamos todos: Mal del siglo.que comienza, balduendos y demasiados. Sin maestros, sin discípulos, dando palos de ciego a ciegos, repartiendo confites, sinfonías a sordos, vadeando o subiendo laderas, despeñados por abismos: pero solos. Pero libres, pero libres.

Terminó el verano, el jolgorio y la pausa. ¿Nos divertiremos? ¿Nos aburriremos? 


La feria del sol

El verano ha instalado sus reales
aquí mismo, en el pueblo
en el que paso yo las vacaciones.
No penséis que llegó
discretamente y sin hacer ruido.
Vino con mucho escándalo
y la entrada que tuvo fue sonada.
Lo anunció una gran banda de música, con bombos
y platillos y cientos de instrumentos
estrepitosos de metal dorado
que destellaban y que encandilaban.
La música era alegre popular, bullanguera,
los chiquillos corrían al oírla, gritando,
y todo el mundo se sintió de pronto
muy feliz.
En seguida
llegó una interminable caravana
de enormes carromatos repletos de feriantes
y de gentes de circo. Comenzó
el tinglado a moverse, y como por ensalmo
todo quedó dispuesto con rapidez muy grande
e increíble belleza bajo la inmensa carpa
amarilla del sol. Y desde entonces
no ha cesado el jolgorio. Altavoces frenéticos
ofrecen, desacordes, por muy pocas monedas
maravillas insólitas. No hay descanso posible.
Sigue vivo el jaleo un día y otro día.
Quien quiera descansar que no se quede.
No lo dudes y súmate a la fiesta
más hermosa del año. Tiempo habrá
de estarse quieto luego y aburrirse,
cuando para desgracia nuestra acabe
el trajín prodigioso del verano,
cuando al fin el otoño,
meditabundo y cabizbajo, llegue.