miércoles, 29 de enero de 2014

Poema: Claustro (de Santa María la Real de Nieva)



                  Para Carmen y Javier

Sentir lo prescindible,
callar los dos en gótico,
ver sin verse en las bóvedas
que forman la armonía de un cuadrado

geminadas también,
las columnas soportan la razón
extraña que nos turba,
un dictado de siglos.

¿Por qué venida –pregunté-
desde los graves pulsos
de los picapedreros
toda esta fronda medieval de recios
capiteles nos siguen intrigando?

¿Tan sólo porque cuentan
deseos de iniciados, 
angustias y delirios,
riberas de lo oscuro y del enigma?

Ni herméticos
ni explícitos mensajes
–dijiste- tienen esa
compleja sencillez
que vive en el idioma amanuense
del que está en el secreto, son poemas

signos con que vencer, junto a los otros,
el tedio de la vida, lo vano de los arcos.

Después continuaste:
Ni púlpitos ni tumbas, no son tinta
ni piedra traicionada los poemas,
qué sino presos
cadáveres en jaulas
que pacientes aguardan 
su hermenéutica.

                                                   (De Cuerpo, casa partida)

lunes, 27 de enero de 2014

Testimonios de ausencia

Por asuntos referidos al corazón, la redacción de Mientras la luz no pudo asistir a dos actos importantísimos del pasado martes 21, sin embargo se resiste a dejarlos sin testimonio.

1

 El poeta Rafael Soler presentó su libro Ácido almíbar (Ediciones Vitruvio) en el local de la Asociación de la Prensa repleto de público. Al día siguiente lo hizo en Guadalajara. De este último acto rescatamos esta crónica de Juan Garrido, presidente de la asociación Siglo Futuro, que lo organizó.


El pasado miércoles día 22 de enero de 2014, ante un numeroso público que casi llenó la Sala Tragaluz del Teatro Buero Vallejo de Guadalajara, el poeta RAFAEL SOLER presentó su nuevo libro de poemas, editado por Vitruvio, "Ácido almíbar". Estuvo acompañado por FRANCISCO GARCÍA MARQUINA, que,  en representación de la Fundación Siglo Futuro, introdujo y presentó el acto, el editor PABLO MÉNDEZ y el poeta ANTONIO HERNÁNDEZ, que apadrinó el nuevo libro. En su alocución, primero hizo un profundo recorrido por las tendencias poéticas a partir de principios del siglo XX y de las generaciones, para después centrarse en el  autor, al que calificó como "un poeta extraordinario", y en el libro, del  que  dijo que era "fascinante y "una verdadera declaración de intenciones". RAFAEL SOLER cerró el acto literario recitando una serie de poemas que integran las siete partes en las que se divide el libro. Su voz y su forma de declamar caló en los espectadores. Sus versos son como lanzas que se clavan en las conciencias y nos invitan a una profunda reflexión sobre la vida hasta más allá de la muerte. Terminó diciendo:  "la vida siempre nos ofrece una cosa y lo contrario". El público le aplaudió largamente. Asistieron al acto la Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Guadalajara, Isabel Nogueroles; la Diputada Provincial, Eloísa Rodríguez y el Presidente y Directivos de la Fundación Siglo Futuro. 

2

 En la Casa de Castilla-La Mancha, la poeta Davina Pazos ofreció a la misma hora del martes un magnífico recital. Traemos aquí un fragmento de la reseña de Manuel Cortijo Rodríguez para La Tribuna de Albacete.

 

En la segunda parte, tras un breve exordio pronunciado por el poeta rodense Manuel Cortijo Rodríguez,  la poeta Davina Pazos, sola en el escenario, filigrana trazada de sus vuelos más altos, nueva siempre de luz y entregando su voz a tantísimas pulsaciones emotivas, ofreció una brillante lectura interpretada de poemas seleccionados de su libro Lo que más duele es tu nombre, poemario reconocido como ganador de la edición de 2006 del Premio de Poesía “Ernestina de Champourcín”, que convoca la Diputación Foral de Álava. En este libro, según confesión de la autora, la madre habla con su hijo muerto, lo recuerda en cada rincón de la casa y lo que hacía. Entonces se puede sentir el terror de esa pérdida. Así mismo seleccionó varios poemas inéditos, incluidos o no en libro para completar y redondear la iluminación de su lectura. Estuvo sencillamente sublime e impecable en el decir y arrolladora en el hacer corporal. Todas las virtudes poéticas van en ella, en esta poeta que, en cada verso declamado, se le escapa una porción benéfica, innata,  de su alma grande.



Hemos podido saber que asistieron, entre otros, los poetas José Mª Garrido, Cristina Cocca, Alfredo Piquer, Antolín Amador, Isabel Miguel, Juan José Alcolea, Ana Garrido, Javier Díaz Gil, Esther Giménez, Victoria Díaz, Carmen Bermejo, Alejandro Torres, Luis Martínez Morcillo, Ana Bella López Biedma, Elena González, Cristóbal López de la Manzanara y Fermín Fernández Belloso; la editora Lidia López Miguel y el Consejero de Cultura de la Embajada del Ecuador en Madrid, Juan Carlos Coellar.



viernes, 24 de enero de 2014

Hay dos poetas en mitad de la llanura

Isabel Villalta. Juan José Guardia Polaino. Son dos poetas de raza, los dos en mitad de llanura. Manchega, claro, ¿cuál si no? Tiene Mientras la luz una cierta dedicación a la poesía que se hace en La Mancha. Cada vez más universal y menos del paisaje. Aunque siempre arraigada a la tensión de lo humano. De los humanos. Es difícil encontrar en la llanura poetas áulicos. Soñadores sí, siempre. De gentes y esperanzas nuevas para los que viven, para los que resisten, para aquellos que alzan los ojos, miran y pueblan los azules. Dos poetas que hace un tiempo, en Valdepeñas, me traspasaron su nueva obra. Mientras la luz quiere ofrecer hoy un poema de cada voz.   


Isabel Villalta termina de publicar con Vitruvio A través del otoño. No es su primer poemario. En los
anteriores, el olor a la tierra, el compromiso con el origen, el orgullo de respirar el mismo aliento de la Historia, habían rondado sus intenciones. Este es su poemario más íntimo, más personal, más de ir hacia su propio encuentro. El yo, el tú y el nosotros de quien ha vivido, y de quien espera vivir, aparece descrito con intensidad, crudeza y esperanza. Halla el momento exacto en que el otoño se anuncia y es preciso replantearse lo que hemos sido, porque, sencillamente, tal vez haya mucho que no sirva para el mañana. Y mucho con lo que ser feliz. Es en esta encrucijada donde la voz de la poeta se alza y cuenta con precisión.

Comienzo de la desnudez

Se mueve el tiempo entre rachas violentas
y compases callados,
picos dichosos o triste, y paz;
en armonios que ya acusan fatiga
y van dejando caer los papeles.

Se rehace en la conciencia de octubre
que concentra los frutos,
la cosecha penúltima;
se rehace y combate, de memoria combate,
toca sabio las doradas almendras.

Y de nuevo se agita entre brumas y frío,
otra vez desconcertado tirita.

Son rachas
que van dejando residuos añejos
en las laderas del sol de poniente
y perfiles desnudos.

                       Isabel Villalta



Juan José Guardia es poeta proteico y vocativo. Capaz de la creación más rebelde. Incapaz de la conformidad. Agitador o activista de la palabra: elijan. Reparte su acción entre Valdepeñas y Villanueva de los Infantes. Quevedo airado y Juan Alcaide de la sensibilidad. Ha publicado poco porque ha escrito siempre para todos, siempre con actitud mesiánica de quien desea que la palabra sirva, combata, diga feroz y tierna. Y siempre el horizonte de lo justo, de los hombre justos, alegres y fieles. No es extraño que su poemario último Aquellos que conspiran lleve como subtítulo Te digo, Walt Whitman, porque es al norteamericano a quien elige como interlocutor. Juan José Guardia Polaino conoce bien la semilla que pretende sembrar. Y la necesidad de que llegue limpia de granzas a la tierra que espera.


Aquellos que conspiran
desde la oscuridad y la sombra…
Los hay que saquean los ríos de nuestro pecho;
otros nos espían la noble cabellera
o la luenga barba de lluvias y flores,
y las azotan
con furia de bestia encadenada;
son necios beatos
corifeos del viejo inquisidor
que nunca se enamoran de los cóndores
o los pumas,
solo tienen balas para su almidonado honor;
los densos vergeles no descienden a sus vidas;
hay más muerte en sus venas
que luz en las alcobas;
y apuntan desde su desmedido odio
sobre las ánforas
que su mismo Dios vierte sobre los campos.
Ellos deploran la augusta noche sin fronteras.
Tal la historia ayer, tal la historia hoy.

                       Juan José Guardia Polaino


lunes, 20 de enero de 2014

Un fenómeno editorial: Tigres de papel


Su lanzamiento es propio de alguien que sabe lo que se trae entre manos. Se llama Tigres de papel. Es un proyecto levantado con sueño y rigor por Paco Moral, Cecilia Quílez Mara Troublant.  Nace con la voluntad de no ser otro más, pero con la humildad de no saber más que nadie. Aparecen los tres con un proyecto claro: defender a la poesía y a los poetas, pero también pedir a las personas que la aman, que defiendan a la poesía. Que compren. Y pronto.

Cecilia, Paco y Mara
Con tal claridad, durante un mes han lanzado el reto  crowdfounding de conseguir 3000 euros previos para comenzar a imprimir. Han recaudado 3686, repito 3686, cuando estas líneas se redactan. Eso únicamente se consigue con amigos, con fieles, con poetas, con gente generosa. Pero ojo, con personas que creen en la transparencia de los objetivos y en la calidad de las manos que ejecutan y deciden. Que se sienten con emoción en el proyecto. Ese es su primer triunfo.

Conocemos editores que basan su labor en un trabajo callado y solitario, otros que salen al ruedo desnudos, También sabemos de editores, los más, que comparten desigualmente el riesgo de editar (de imprimir) con sus autores. Y todos caben, aunque no con la misma dignidad. En Tigres quieren ser distintos, rebeldes, con intención de dignificar el hacer del poeta. Con esa premisa autoimpuesta han llegado. ¿Lo lograrán? Observen estas palabras dichas a Víktor Gómez en una entrevista reciente, que recomiendo

Sabemos cómo se siente un poeta cuando entrega su libro a un editor, y no nos gusta la sensación de desamparo que en ocasiones sucede, y pensamos que el poeta es un creador, el sine qua non de este proceso.

Por qué motivo los pintores, los directores de cine, los músicos, cantantes, ceramistas…son tratados con mucha más dignidad que los poetas es algo que deberemos entre todos dilucidar, porque es evidente que algo ha fallado.

Hay un ejemplo claro de esto: una presentación de un autor cualquiera, en un bar de copas…El editor cobra su dinero, el local gana su dinero, el camarero que sirve las copas tiene su sueldo, la persona que limpia el local al terminar el acto cobra su salario, el impresor su factura, el maquetista, el diseñador…y el poeta está allí, subido a una tribuna desnudo y exponiendo sus versos de manera completamente gratuita… Sólo en el mejor de los casos no le ha costado dinero llegar a publicarlos.

A partir de ahí, en numerosas ocasiones, llega el olvido…
  
Tigres de papel comienza con ilusiones, pero con los pies en el suelo. Su primer número agrupa tres poemarios de alguien que ha dicho: el lenguaje está llegando a muy altas cotas de corrupción, hablo de Miguel Ángel Curiel. Contiene tres entregas ya editadas, es por tanto una reedición. La novedad consiste en ofrecerlas juntas a los lectores bajo un título común. El segundo libro anunciado es de Laura Giordani, de quien esperamos lo mejor. Ángel Guinda y Julio Obeso serán los siguientes autores. Confiesan no tener todavía capacidad para la distribución reglada. Sus ejemplares, que irán numerados para que el comprador los sienta únicos, llegarán al público a través de la librería virtual y del correo, de librerías amigas y en las presentaciones. Pretenden, al hilo de los tiempos, fomentar la edición digital de textos poéticos valiosos, buscados y de difícil hallar.

La expectación es máxima. También en Mientras la luz.
Aquí pueden consultar su página en FB.   

jueves, 16 de enero de 2014

De médicos, posiblemente


¡Ay de ti! me dijeron algunas voces en alguno de los fastos familiares pasados. Si decides seguir, consulta a los galenos, hay tratamientos preventivos, insistieron. Ellos, buenos lectores, intuyen que es difícil mantener la salud con tanto correcalles, con tanto oír. O con esta enfermiza locura de anotar. ¿Compras, lees? -preguntó mi cuñado con perspicacia- porque eso puede agravar. No quise responder. Mi silencio dio a entender que había decidido continuar en la redacción de Mientras la luz algunas semanas más. La cuestión, enojosa para todos, terminó cuando acepté anotar la marca de ansiolíticos que una farmacéutica recién titulada tuvo a bien recomendarme. Y cuando les prometí, seriamente, ir al médico y repensar el oficio a final de temporada.  

Montse Morata, David Gutierrez y
Luis García. ( Foto Manuel M-C)
Comenzó el baile con la noticia que uno de los clásicos, las Hazversidades Poéticas, había sucumbido victima del mal. Hay tratamientos que no funcionan. Continúan de momento los sidecares, aunque aquejados ya por una extraña enfermedad africana de difícil cura. Pero viven, y mientras viven disfrutan. Eso hicieron, el jueves 9, Luis García, motorista, ataviado con una dinner jacket de verde terciopelo, y una Montse Morata, vestida de meritoria para la ocasión de acompañante. El asunto se escenificó en Libertad 8, su pista de pruebas. Aprovecharon los espacios entre la lectura de los poemas para, ayudados por los fantasmas del pasado, del presente y del futuro, elucubrar sobre cuánto de trabajo y cuánto de inspiración tiene el hacer poético. Triunfó el desparpajo de Montse, guerrillera en avanzadilla, lo hizo con poemas resueltos con descaro, con hábiles soluciones. Encantó sobre manera uno que discurría por los anhelos y las aventuras de su ombligo. Esta primera salida pareció saludable.


Primera fila durante el concierto: Ángeles Fernangómez,
Rosa Jimena, Rebeca Barrón y María Sangüesa.
(Foto Santiago Carrasco)
Cogí frío en la segunda, lunes 13. Un portero riguroso de la SGAE, con la excusa-cantinela de aforo completo, me dejó con otros en la calle. Ya me voy explicando la buena fama de la SGAE. Arriba, María Sangüesa había llenado. Presentaba Casi luego, casi tarde, editada por Huerga&Fierro. Pregunté a los primeros fumadores, que aprovechaban una pausa para salir al vicio. Qué bien, me dijeron Ana Montojo, autora del prólogo, qué bien Teresa Espasa, del epílogo, qué bien el editor, qué bien las chicas amigas que habían leído poemas; alguien llegó a nombrar la palabra magia… al oírla, subí a escape. En el pasillo, besé, emocionado, a una bellísima Elvira Daudet. Ya dentro, unos jóvenes, ya mayorcitos, interpretaban canciones con entusiasmo: se decían La Calle de Javier porque uno de ellos se llama Javier Calle. Algunas de las canciones llevaban letras de María Sangüesa, otras, al parecer, no. Entré en calor, la cosa se animaba por momentos. No fue preciso abrir el frasco que mi mano apretaba en el bolsillo. Sí tomar algo después, algún vinito. 


Esperanza López Parada
Foto: de la Red
Para el miércoles 15 busqué compañía, abrigo. Por simple precaución. Odio las recaídas. Uno de los grandes, una de las voces más singulares de la poesía española, que presenta libro el martes 21, aceptó acompañarme al evento. Leía Esperanza López Parada ante Juan Carlos Suñén en la tertulia Favorables Madrid Poema, que tanto recomiendo. En la mesa de un extremo, Olvido García Valdés, Miguel Casado, Nuria Ruiz de Viñaspre y Javier Lostalé esperaban. En otra del otro, Manuel Rico. También Julio López, el escultor y en ese momento padre. Nos sentamos en el centro. 22 en total. Leyó Juan Carlos, con cierta desgana, un poema de Juan Gelman como inicial homenaje. Abrevió, esta vez, en la entrevista previa. Después de recordar hazañas compartidas y de aventurar que los poemas de la invitada gozan de cierta fisicidad (sic), le señaló que leyera. Impecable Juan Carlos, me dijo mi amigo por lo bajini. Asentí: dejó leer pronto a Esperanza.
Esperanza y Juan Carlos
Foto: Móvil de pocas prestaciones
Que leyó mucho, apenas audible y apresuradamente. Para los que no conocíamos su obra no eran las condiciones idóneas para iniciarnos. No me inicié. A grandes rasgos, parece limpia, de pocas metáforas, de motivos sencillos: el carbón de la infancia, la madre, los gestos, los paisajes, alguna emoción… todo, dijo, de un próximo libro al que pretende titular Las veces. En Pretextos. La lectura, vimos luego, fue apenas una pausa en la conversación entre conductor e invitada. De igual a igual en esta sesión, respetuosa, continuó tras los aplausos de rigor. Esperanza, crítica y profesora, habló, preguntada, de los poetas hispanoamericanos, de Vallejo. Anoto aquí una imagen deslizada en su discurso: la poesía es la que duerme debajo del hueco de la escalera, pobre, libre, no exigida. Disintió Juan Carlos: yo he dormido allí y es incomodísimo, me sentí extraño, dijo. El asunto vino porque momentos antes él había reclamado para la poesía un lugar al sol, ámbitos y mensajeros que la hicieran aparecer, balcones, actos que consiguiesen visibilidad social a los poetas.  
Mientras Olvido GV preguntaba a Esperanza, Suñén abandono la sala. Nosotros también. Era mi hora de medicación.    


martes, 7 de enero de 2014

Petición de auxilio para comenzar


Para mi sorpresa, al realizar el crucigrama de El País (todavía, perdón) del dos de enero, encontré esta propuesta para completar el Verticales 4 (seis letras). Creo que compartiréis mi asombro. Me fue imposible completarlo. Jamás había hallado tal divagación. En un principio admití gallina, pensando en Lorca, pero tiene siete. Lo dejé, quedando en mí la preocupación. ¿Alguien puede ayudar?   



VERTICALES 4 .Se llama así a una de las intenciones y de la tentaciones presentes en el lenguaje poético, aquella que propone alcanzar la mayor extensión y variedad de los significados empleando para ello la menor cantidad de palabras. Aclaración: el lenguaje poético viene abocado a la concisión, y es en la manera como este argumento se trate y/o se consiga donde hallará el poema su tensión y al mismo tiempo sus soluciones de claridad y belleza. Sin duda que el poeta consciente tiende al equilibrio entre ambos extremos. La evidencia y la oscuridad acechan constantemente -desde fronteras distintas- la labor del poeta, de los poetas. Es conflicto antiguo que atañe a la creación, tanto individual como colectiva, ya que todo poema busca ser compartido. Son conocidas por todos las controversias, a veces violentas, entre aquellos que añaden o quitan peso a uno u otro platillo de la balanza que mide la antítesis luz-sombra. Una balanza para cuyo fiel no hay sosiego. Y es bueno que nunca se detenga, que no halle centro. Digamos que hay un punto en común, convenido: el poema no debe decirlo todo, pero cuánto de silencio decidido y cuánto de expresión explícita son necesarios para que uno y otra se potencien, para que el poema participe, en la medida que sea, de ese absoluto al que llaman poesía. (Seis letras).