domingo, 31 de marzo de 2024

Un poema: Resurrección

 












Alguien te dijo:
guárdate de la llaga que no sangre,
de aquella
que desconozca el grito.
 
Y desde entonces,
desde que hablaste
del secreto con él, ya sólo escribes
con afán genitivo de la luz
mientras la luz ocurre,
de la sed
--la que crece plural--
o de tu cuerpo nieve
cuando se sueña copos

de los patios y agostos
que curvan los caminos,
de tu siempre,
de cuanto sigue siendo
heterónimo cauce de tu vida,
de todo aquello que
se oculta en ti

porque se salven, gritas,
de la putrefacción.
 

lunes, 26 de febrero de 2024

Un poema: No toquéis lo sagrado

  














Tras las nieblas,

                                 de lluvia

lenta y veraz ha sido la mañana,

hacia las tres un viento

en su mesura sabio

restauró en el azul, ardida, la pureza

 

esperaban

los débiles estratos, las ingraves

plumas: hielos

de sueño y altos,

las lenes intenciones,

la tarde que prodiga su indigencia

 

y fiel acudes

a la cita diaria con los dioses,

horaciano crepúsculo de invierno,

fiel acudes

a buscarte en lo bello de la huida,

en el color

 

esos rojos en llama que aprende mi conciencia.

 

jueves, 25 de enero de 2024

Un poema: "El roce..."

 


 







El roce frágil,
el invisible ruido
del grafito y la arcilla sobre el alba
de una página muda,
el deleble proyecto de un poema,
lo inocente
a punto de escaparse por mis dedos,
este afán
a las seis treinta y seis de la mañana,
mientras comienza el mundo a vestirse de calles
y una parte de mí
que a nadie importa
pretende ser escrita para saber que es


este paisaje, esta obsesión,
esta luz diminuta que jamás
convencerá a lo oscuro,
esta derrota íntima
de querer escribir, de hallar el adjetivo
donde calladas viven
las sílabas que ocultan mis inviernos.

lunes, 15 de enero de 2024

Carta pública a y siete aforismos de Juanjo Martín Ramos

 


      Nadie es imprescindible, Juanjo, pero tú nos eres necesario, muy necesario. Digo “nos” incluyéndome en la nómina de escribidores que pululamos alrededor de la poesía en Madrid, que no madrileña. Tu nos sabes, nos escuchas, nos atiendes. Eres un hombre merecidamente popular. Y no solo en la Villa. Hace años, ayudado y alentado por algunos amigos, recuerdo especialmente a Ángel Rodríguez Abad, creaste una editorial, Polibea, aprovechando con audacia, y riego propio, una situación que así lo permitía. Y la creaste alentado por una intensa preocupación literaria e intelectual. Digo que, a más de exigente divulgador editorial, eres un magnífico creador, que no renuncia. Preocupado, desde la universidad, por la génesis y el desarrollo del Modernismo en España, diste a la tinta en Huerga&Fierro un estudio recopilatorio sobre el tema. Luego, tres novelas breves, arriesgadas, y una edición crítica del Valle-Inclán gnóstico y místico de La lámpara maravillosa. Añado que trabajé contigo para dar lugar a una plaquette deliciosa en honor a un amigo común, asunto que me permitió crecer en tu amistad, en el conocimiento de tu valía, en el saber de tus destrezas estéticas. Un lujo que hago público.

Todo esto para decir que nos has dado la alegría de romper tu timidez y publicar, por fin, obra tuya en el sello que diriges. Ha sido en la colección “el levitador”, donde –número ciento cuatro– ha aparecido Si no veo mi rostro, una selección de aforismos [152] que te retrata e identifica. No busco los libros de aforismos, lo confieso, pero leo los que me llegan, por eso lo compré, y leo con atención y gusto los que contienen, a mi criterio, auténticos aforismos. Un territorio tan dado a mixtificaciones y variantes como propenso a que la originalidad y la inteligencia acudan al desafío. Algo, esto último, que sucede en tu libro, Juanjo. “Si hablas solo, no esperes que nadie te conteste”, escribes. No hablas solo, por ello contesto. Nota primera: es un libro pulido, seleccionado, cernido con harnero. No sé si faltan, pero no sobra ninguno. Nota segunda: no es amplio, permite volver, releer, recordar, establecer conexiones entre las diversas líneas de pensamiento que lo conforman. No agota, tiende al apetito. Tercera: es posible conocer al autor. Son auténticos. Las dudas y las certezas conversan con esmero, y dicen de ti. Cuatro: no pretende deslumbrar, hacer escaparates de ocurrencias ni ofrecernos bravatas de ingenio. Y sin embargo nada hay vulgar ni suena a déjà vu. Quinta: está escrito para el lector, para provocar el diálogo, para incitar, para ser respondidos. No para ser en sí, para unirse a la moda y a la nómina. Sexto decir: Juanjo, sabes que hay tantos poetas, tantos aforistas, tantos ambos, que no merece la pena añadirse sin zurrón, sin algo que aportar. Tuviste dudas. Otros antes, los nombras, te dijeron avanti. Asunto que habla de tu consciencia, de tu conciencia. 

Siete: quiero que sepas que lo he disfrutado. El amor, la escritura, el tiempo y la vida, la fe de los agnósticos, lo aparente, lo ético y los miedos, la identidad…  el hombre (tan débil, tan creído).

_______________

 

Todo amor es platónico, nos enamoramos de la sombra que el otro proyecta en la pared

*

El que se queda quieto, ya ha llegado.

*

Todos pagamos por una deuda de la que no somos conscientes.

*

En el amor siempre hay un cuerpo que se deteriora.

*

Retirarse con la amargura de no dejar nada atrás.

Retirarse con la alegría de no dejar nada atrás.

*

No sabría buscarme entre la multitud.

*

Si no veo mi rostro ¿cómo sé que soy yo?

viernes, 12 de enero de 2024

Un poema/ 24: Gotas, compás

 



 








Oigo en el pozo
voces de gotas:
ensaya el agua
cantos nocturnos,
sones que habitan
mi alrededor
 
caen, se buscan,
son como sueños
que verticales,
que desprendidos,
místicos puros,
bajan, suceden
 
ritmos de aurora,
afán de esferas,
húmedos mundos,
tiempo sin tiempo
con que separo
prosa y camino
 
afuera llueve
contra lo oscuro
y soy la nada,
junto a la nada
mis dos silencios:
la luz, tu ausencia.


                                                                            Ilustración: variación sobre un tema de Pedro Castrortega

miércoles, 3 de enero de 2024

Siete haikus de a dos para abrir 2024

 



 

Para Isabel Fernández Bernardo de Quirós, por su Bienandanza






1
Yo sé tu nombre
prima estrella que has roto la oscuridad
 
2
Agua de pozo
a soga y zinc izada: la poesía
 
3
Días y enero
Fertilidad de verde luz entre olivos
 
4
Llenan el patio
minúsculos gorriones La tarde observa
 
5
Dañados olmos
bordean el camino Lentos mis pasos
 
6
En las retamas
esconden su amarillo las primaveras
 
7
Por el oeste
nuberías y plomo Las tempestades