domingo, 28 de febrero de 2016

Poesía&Refugiados. Dos apuntes

      No es una moda. Ha pasado el verano, el éxodo continúa. Huyen de su guerra. No es la nuestra, pero es la guerra y por tanto de todos. Una guerra civil. Sirios, afganos, irakíes. Ven en Europa su salvación y Europa no es un paraíso todavía. No es un infinito de bienestar. Ya lo vamos aprendiendo y ellos también. Salvo comparándolo con lo que dejan. Y el drama de los niños. Y la esperanza. ¿Que puede hacer la poesía? ¿Cantar? ¿Ayudarles? ¿De qué sirve? Veamos estos dos apuntes.

Primer apunte

      María José Muñoz, periodista cultural del ABC en Castilla-La Mancha da cuenta del viaje del poeta Dionisio Cañas a la isla de Lesbos. Lesbos, qué paradoja. El lugar testigo de la poesía europea es hoy testigo de cargo del rodar angustioso de los débiles. Hasta allí viajó el de Tomelloso. A vivirlo de cerca. A percibir las sensaciones exactas que le permitan terminar su poema Europa, en el que lleva años trabajando. Su empatía, su necesidad de ejemplo, le llevaron al centro del conflicto, a la oportunidad de tramar una foto, de pergeñar un poema. Luz y voz. Es preciso que las cosas se sepan. Ofrecemos sus dos intenciones. Tal vez la presencia del poeta les aliviara.

Luz
El poeta posa como un refugiado ahogado en la orilla
El poeta posa como un refugiado
Voz

Todavía huelo a él,
me duele su dolor.
Era fácil amar a un refugiado.
Irak ya estaba lejos
y la sangre derramada en su tierra
todavía la tenía en los ojos,
pero sonreía porque pronto
llegaría a Alemania,
su paraíso, su mujer, sus hijos.
Todavía se le saltaban
las lágrimas al hablar
de los niños ahogados
que dejó atrás
cuando tuvo que atravesar
el mítico mar Egeo.
Estábamos llegando a Atenas,
atrás quedaba el barro amargo
de la isla de Lesbos.
No sabía, todavía, que en Europa
alguien lo iba a odiar.
Nos besamos al despedirnos,
como se besan los hombres en Irak.
Nunca sabrá que yo estuve a punto de llorar.

Segundo apunte

      El miércoles 24 se celebró un festival poético músical en la Sala Trovador. Con la sana dedicación de recaudar deleitando, concienciando. Ana Montojo, Isabel Miguel, Graciela Zárate y Silvia Cuevas-Morales han querido, dando sentido práctico a su amistad, colaborar con Proactiva Open Arms, asociación de socorristas que ha participado en Lesbos ayudando físicamente a salvar vidas. Recibiendo a los refugiados, prestándoles sus brazos, su coraje. Y siguen. Estar lejos, estar cerca. Además de versos hubo música con Mariana Díaz, y Rafa&Montxo, con Antonio Román Ana Bella y la aportación escénica de Carmen Bermejo. La sala llena. Y la fila cero. otra manera de ayudar, de estar, de responder a la conciencia. Que sigue abierta en esta cuenta  ES53 0182 0262 910201668823. .
Hubo también luz final. Esta foto de grupo que ofrecemos. Y voz final. Este poema de Ana Montojo.

Luz















Voz

Soy Europa.
Esa vieja ramera vendida a los mercados
que os discute la entrada a este burdel infecto
donde os trajo la guerra.

Soy el lodo
donde extendéis las mantas
y también soy el polvo y la lluvia y el frío
que hiela vuestros huesos.

Soy la valla
armada con cuchillas
que os rebanan de un tajo
la carne y la esperanza
y os roban el futuro en las fronteras.

Soy la ola
que engulle a vuestros hijos,
el mar donde se ahogan vuestros sueños
de cierta libertad y un poco de justicia.

Soy el hielo
de un frío parlamento que confisca,
democráticamente y sin enrojecer,
vuestros escasos bienes,
y sufraga con ellos el hambre que os devora.

Si aún queréis venir, que no se diga
que no os había avisado:
os estoy esperando
con las garras abiertas.

viernes, 26 de febrero de 2016

Un poema. Tú y yo y entretejernos










Tú y yo y entretejernos, te ofrecí
para los cinco días de la Semana Santa

tú y yo y entretejernos, ser
la costumbre del viento y de las alas,
ligazón y sospecha, dos
que saben su conjura, dos que hacen
verdad el vuelo.

Entre las multitudes, sugerí,
agnósticas que acuden a Manhattan,
entretejernos,
amarnos en la altura
y soñar otros cielos con aquellos
que se encuentran a Dios en las cloacas

entretejernos
en los oficios góticos
de Amberes en un quieto viernes santo,
en catedrales ritos 
en la emoción expuesta de las andas

o sabernos muy cerca y escondidos
bajo el torvo verdor de las encinas
milagrosas de Alcudia y encontrar
bajo el arder
naranja de su tarde los líquenes refugios

tejer a dos,
en dos,
con dos, entretejer-
nos

en estos o en cualquier
lugar que nos procure la copiosa
rebelión de los cuerpos, la que crece
convocando a quien ama.


                                   (De Plural de sed)

lunes, 22 de febrero de 2016

De la prisión en los poetas

Morante y García Martín en Granada
    
    Está merecidamente contento. Hablo de José Luis Morante, poeta y crítico. Termina de salir su Re-Generación. En la granadina Valparaíso. Una antología con buenísima pinta y título sugestivo. Recoge 24 autores jóvenes nacidos ENTRE 1980 Y 1995 y que han comenzado a publicar en el presente siglo. Buena definición cronológica y creo que una excelente selección. Lo advertimos para que no se les escape. Ha conseguido además acto de alternativa. Se la ha dado, con foto incluida, el maestro en estas lides José Luis García Martín, que hizo labor semejante –Las voces y los ecos, de la finiquitada Jucar– en su momento. Ahora va por los foros proclamando que de estas cuestiones se ocupen Morante y Luis Bagué. Sea. Están bien las antologías que lo son de veras. Las que se ejecutan con decisión tras estar serenamente trazadas. Y merecen por ello ser leídas, criticadas. Hay en esta algunos poetas cercanos a Mientras la luz, otros son novedad total.   

Martes 16

Antolín Amador y Cristina F Zambrano
Foto MCBarri
       Debería ser así. Los poetas deberían invitar a personas tangencialmente ajenas al mundillo para hacer las presentaciones. Hay en ellas frescura y sinceridad. Y una mirada limpia. Ocurrió en la Casa de La Mancha para la lectura de Antolín Amador. El texto de apertura estuvo a cargo de Cristina F. Zambrano, artista visual., que conoce a la persona y se atrevió a hablar de su poesía. Lo hizo con un desparpajo de nata crecida.  Lo hizo para señalar el carácter irónico y urbano, evidentes en la construcción y el vocabulario de los poemas. De Antolín. Le escuchamos –dijo- hablar más de farolas, cubos de basura y colillas que de almendros y margaritas.  Es un transeúnte entre palabras –recalcó- alguien que respira hondo. No quiso dejarla mal Antolín, que leyó con enorme destreza –¡cómo cambian los tiempos!– una selección de su obra. Predomina en ella la desenvoltura, el golpe de efecto, el gusto por la paradoja del lenguaje, de las situaciones. Poesía decidida, provocadora, de aristas. Donde la descripción de las cosas son el atrezzo en la reacciones de los protagonistas. Porque es una poesía de las personas, de sus afanes y sus dificultades. Reactiva. Nueva. Lástima que Morante no sepa de él. Terminó con poemas inéditos, que lo fueron de amor. El suele escribir del deseo y sus concreciones o deflacciones, pero en esta ocasión fueron de amor con declaración expresa. Lo que levanto algún que otro rubor público. Ay, la poesía.  

Jueves 18

      La becaria estaba algo más que sorprendida, alterada. A punto de salir para la lectura del día, el Jefe la llamó al despacho para decirle: El poeta no es libre. No. El poeta es un ser que ama lo inútil desesperadamente. Apenas le queda el pequeño margen de dar forma a lo prescindible, de trazar su cauce gráfico. Está atrapado. No intentes aprenderle por los datos que conforman sus poemas. Es un ser maniatado por lo alrededores de la realidad. Y es azar. Azar encarcelado, condenado por las cosas a contar cuanto no importa de ellas, lo sin peso, lo no medido. Las personas tienen otras vidas, los azules escriben. No dijo nada al salir, pero la vi llorar. El jueves. Cuando se ponía el abrigo camino de la Casa de Fieras.  

José María Parreño en Casa de Fieras
    
     En el Retiro esperaba como emergente Ana Belén (Martín) Vázquez, inédita aún en libro, que espera en Bartleby la salida de Los pasos y los días. Parece poeta aseada, de doble filo en sus contenidos: conciencia crítico-social (por eso ha sido elegida) y discurso intimista. Dijo que ahora trabaja en tres poemarios a la vez y con lentitud. Démosle tiempo entonces. Y esperaba José María Parreño. Presentado como poeta de referencia, respondió con ironía que disfrutaría del instante porque siempre pensó que pasaría de joven esperanza a poeta injustamente olvidado. Se prodiga poco, de ahí su pátina de poeta de culto. Y escribe poco. Dijo salir a 8 poemas de media al año. Lamentablemente la sala no estaba a reventar como merecía. Leyó el primer poema de su memorable accésit del Adonais, aquel de te regalaré la lluvia, tan imitado después, y declaró que poco a poco la realidad había ido desplazando a la experiencia en su personal bestiario poético. Su lenguaje tiene tanto de potente como de delicado. camina sobre el filo de dos abismos: el del construir elegante y el de la provocación gratuita. Vive, y lo sabe, en la contenida fortaleza de las imágenes. y actualmente en el disturbio del yo, en la conciencia distanciada. Señaló que su ultima entrega, el Pre-Textos Pornografía para insectos, lleva nombre engañoso porque no hay sino un poema que intente lo que anuncia. Que se debería llamar El desvividor, por el intento de explicarse con mirada escéptica. Su figura enjuta, de blanco halo, y su discurso de hilo permiten escucharle como se escucharía a un místico en Úbeda. La becaria decidió no acudir.

Rafael Soler en "El Monaguillo"
Foto MC Barri
  
    Es el caso que no sé si la becaria entendió al Jefe o quiso desantenderlo, pero acudió a El Monaguillo, café de la calle Segovia esforzado en crear un ciclo de poesía. Jesús Arroyo, su muñidor, entrevistaba para el previo a Rafael Soler. Poeta poderosísimo. Y poeta que aprovechó la cercanía física del público para hacer una lectura íntima. Tanto en el tono como en la selección. Maestro como pocos en el retrato de personas y/o situaciones, tensa el lenguaje con violencia hasta hacerlo gotear ternura. Subrayó con emoción las elipsis, esas que suelen llenar a sus poemas de sentido, de múltiples sentidos. Guardó para el final los textos que centran su atención en modelos de mujeres. Vitales, nocturnas. Las que esperan, las que exigen. Las dueñas del mundo. Poeta reclamado en numerosos foros, fue un lujo para la becaria verlo, oírlo y sentirlo tan de cerca preso de fiebre por la poesía. Tal vez vaya comprendiendo al Jefe.   

viernes, 19 de febrero de 2016

Un poema de José Cereijo: Los dones del otoño

José Cereijo ante la puerta de Velintonia 3
       


      La claridad es una de las características de José Cereijo a la hora de escribir poesía. La búsqueda, y casi siempre el hallazgo, de las palabras exactas y verdaderas también. Modo para que las sensaciones que han provocado el poema aparezcan nítidas. La poesía de José Cereijo tiene la virtud del cristal. Pareciera que nada existe entre nosotros y las motivos, las sensaciones narradas. El poema deviene tan natural que no ocurre mientras lo vamos recorriendo. La mano de nieve.  Poeta preocupado por el hacer poético, Los dones de la otoño que ha publicado recién Pre-Textos tras larguísima espera desde que comprometió su publicación, supone, en palabras de Javier Lostalé,  la culminación de un largo camino de despojamiento iniciado en Límites, y que ya en Música para sueños lograba hitos en la hondura difícilmente observables en otros poetas de su generación. No es poeta de demasiados temas, en eso coinciden sus fervorosos lectores. Sigue habiendo en Los dones del otoño meditación sobre la finitud de las cosas, pero también una percepción del tiempo y el paisaje que se acerca a la celebración, a la necesidad de considerar un  gozo la existencia. Y reflexión sobre el mismo hecho de escribir: un misterio necesario. Seleccionamos el poema que da título a la entrega.

           


             Los dones del otoño
           van estando contigo: la tierna luz cansada,
           la silenciosa gloria del paisaje,
           la familiar torpeza, la
           intimidad con lo que muere. Son una compañía
           más reservada, es cierto, acaso más difícil,
           pero también más fiel: capaz de ser tú mismo
           en una medida en que no lo sería
           la petulancia, el apresuramiento
           del verano. Una riqueza menos obvia,
           pero más permanente.

lunes, 15 de febrero de 2016

Casa de Fieras

      Advierte el Jefe que debemos seguir atentos la iniciativa del grupo de mujeres poetas que se hacen llamar Genialogías, unas cuarenta, muchas de ellas amigas de Mientras la luz. Dice que tras denunciar con energía lo inconveniente de unas declaraciones de responsable de Visor sobre la menor calidad de la poesía escrita por mujeres (en España y en el s. XX) han tomado el asunto por los cuernos. Porque cuernos tenía. Así, en colaboración con la editorial Tigres de Papel, van a crear una colección en donde se rescaten textos afilados y agotados de poetas mujeres y españolas. Por fin Torremozas no estará sola. Comenzarán con Juana Castro, Los cuerpos oscuros, y Mª Victoria Atencia, Marta y María. Cuentan con la colaboración de Cristina Morano en el diseño. Bien hecho. Llevan recogidos más de 5000 euros, pedían 4000 para comenzar, en esta cuenta de Verkami. Alta luz y esperanzas altas.

Martes 9. Riojano

Jorge durante la presentación 
de Amor fouel jueves 11.

      En pleno barrio de Salamanca, el Centro Riojano ha hecho apuesta por la Poesía. Rosaura de la Cueva dirige con modestia y decisión una tertulia semanal. Segundos martes. En éste, 9 de febrero, acudió Jorge Urrutia presentado por Milagros Salvador.  No suele estar Jorge cómodo en las lecturas. Es esta la segunda suya a la que asistimos. Lo decimos por sus excesivas justificaciones, sobre todo en lo que afecta al carácter algo cerrado de una poesía cercana al autoanálisis. Señaló que hace tiempo tomó la decisión escribir en tercera persona, por eso del distanciamiento. Pero en realidad escribe para anotar la mirada de la primera. Subjetivismo disimulado. Cuarenta minutos que dieron para muchos poemas. Hubo afán lector. Poeta reconocido, es cierto que su obra no está divulgada profusamente. ¿Pero cuál lo está? ¿Quién como Benedetti? Poemas de corte reflexivo sobre el peso del existir. ¿Hay otro tema? La anécdota sucedió a la hora de cierre. La coordinadora quiso halagar al poeta con la lectura de un poema de juventud que a ella le gustaba en especial. Pero a él lo contrario. Lo rechazó públicamente. Hay obsequios que matan. Tenemos dicho que después de la palabra del poeta nadie debe hablar, ni comentar, ni preguntar, ni alabar, ni especular, ni…   sencillamente: es el tiempo del vino en compañía.

Jueves 11. Fieras

Juan Antonio y Paz

     Alberto Gª Teresa, que dedicó su tesis doctoral a los poetas de la conciencia crítica y que labora en las bibliotecas municipales de Madrid, es el mentor responsable de un ciclo que ocupa los juevestarde de febrero. Se celebra en la Eugenio Trías, antigua Casa de Fieras del Retiro madrileño. Recinto novedad del año en esto de las convocatorias. Un poeta de obra reconocida acompaña a uno que emerge. Paz Cornejo es de Arganda y emergente, la presentó Alberto y dijo sentirse periférica a tope, que en Madrid-ciudad juega en campo contrario, y que en su obra trata de reflejar la realidad cotidiana de la afueras. La del sueldo sin sueños, la de Ikea y Zara como ideales, la del trabajo inestable y ralo, La de mañanas de cercanías y crisis. Poemas cortos que pretenden golpear conciencias. Fotografías emocionales de cuanto allí ocurre. El extrarradio como motivación. Concisa y apenas sin novedades formales, sus poemas sociocríticos y bienintencionados terminan por ser previsibles. Aunque el texto con que cerró sus lecturas anuncia un tiempo diferente. Juan Antonio Marín era el poeta invitado de obra reconocida. Pero tampoco está satisfecho. Los premios Adonais y José Hierro no han logrado disipar las sombras. Piensa que su obra no llega, no trasmite con inmediatez y manifestó su deseo por hacer más transparentes sus abstracciones, sus obsesiones (lo presentó Javier Lostalé). Es poeta autorreferencial que escribe del yo desde la angustia de la soledad, desde la insatisfacción. Realidades nacidas de las ausencias constatadas, golpeadoras de una sensibilidad en excitación. Esas que le llevan desde la sutileza de la observación al lamento flagelado, a la revuelta de lo imposible. Bella en su construcción, bella en el largo aliento de los poemas. Sorprendió con los tres inéditos finales. Con tres llamadas de auxilio. Con tres buceos viscerales en su infancia, en su presente. Potentísimos. En fin, un ciclo de buen diseño. Y un público no muy numeroso, pero jaspeado de poetas amigos.   

Viernes 12. Más Fieras

Jon Juaristi y Nacho Sánchez
  
En el Ateneo, y con una lectura, presentaba Jesús Munárriz, el editor Hiperión, su antología Materia de asombro. Lectura prologada por palabras de Fernando Beltrán, uno de los últimos poetas de una casa otrora grande y ahora en recesión voluntaria (sinecura de premios aparte).  El jefe quiso que volviéramos a las Fieras. Allí, en una sala pequeñísima, donde dicen que entristecía el león, hacía público la editorial Vitruvio el texto Diaria, de Ignacio Sánchez. Poemario que obtuvo el premio Covibar-Ciudad de Rivas. Jon Juaristi realizó la presentación en tono conversacional. Desde la cercanía al autor y a la obra, señalando su carácter elegíaco y la seriedad de su propuesta y resaltando el diálogo entre el yo y el nosotros desde el que suele construir Ignacio. Usó para ello, malcitando su nombre, el texto que Pedro A. González Moreno había escrito para Calle del reloj, la anterior entrega del poeta. Luego estuvo algo zacandil interrumpiendo la lectura del autor con preguntas e insinuaciones, pero logrando un tono distinto a las seriedades habituales. Ignacio es poeta que se consolida y del que esperamos. Y aunque este libro, escrito con anterioridad a Calle del reloj no recoja su momento actual, nos reafirma en su apuesta por el uso de la construcción cadenciosa del poema, por el respeto a la forma para lograr la libertad en el trato de los asuntos. Dijo Jon que muchos de los poemas podían entenderse como canciones, por lo sutil de su musicalidad.  En cualquier manera es poeta a lo machadiano de escribir cuanto se pierde. Incluso los anhelos de una generación. Como en este poema que añadimos.


Hay historias que cuentan su silencio
aunque ya nadie escuche.
¿Os acordáis? Estábamos
sin voz entre los rostros de la infancia,
altivos y peinados en la foto
amable del progreso,
abriendo el porvenir como un regalo.

Hablo de los ochenta.
Por vez primera el mundo
-así nos lo dijeron-                                      
                                  estaba a nuestro alcance.
           
Bastaba con guardar
la historia y sus preguntas                                                    
                                  en un cajón inútil,      
bastaba con seguir aquel guión         
que el siglo nos había reservado.

Y no nos dimos cuenta,
                                  pero entonces teníamos                     
el mismo brillo ingenuo
de aquel país pasado a limpio.
Porque quién de nosotros
no sintió alguna vez
los pasos cómplices del tiempo,
la fe en que todo lo mejora hasta llegar
a la mentira que habitamos,   
a esta página rota
que es nuestra                        
                               y es de todos.

Solo más tarde comprendimos
la trama y la verdad de tanto lujo,
su grito sordo de miseria.
Solo más tarde nos buscamos
más allá de nosotros,                                    
                               como mudos testigos.
                                  
Al final de la historia,           
allí donde ya estábamos                                                                   
                            –según nos advirtieron-,
es hora de volver       
al día que se abre                   
                              y encontrar
las manos repartidas de la luz,
las palabras que esperan
debajo de un silencio.

sábado, 13 de febrero de 2016

Un poema: Rubén junto a su muerte



        Año de centenarios. Muerte de Cervantes, primer siglo de Cela, de Blas de Otero. y primer centenario de la muerte de Rubén Darío. Tan imprescindible para el hacer poético, para la historia de la poesía en castellano. Su influencia ha sido y es perceptible en el lector atento, en el poeta cierto. Afrancesado, modernista, pocos como él dejaron un sello tan persistente. Su vida lo abocó a lo fatal de la incerteza, al desasosiego vital del alcohol, a la inestabilidad económica, a la pesadumbre de lo cotidiano. Su tiempo agónico fue largo, sin esperanzas, Murió el 6 de febrero y fue enterrado tal que hoy hace cien años. En León, en su Nicaragua natal, al tiempo que concitaba a su alrededor la admiración por su obra.


Rubén junto a su muerte

Yo fui cualquier de absenta y malaquita
poeta que maullara con los yambos,
quien volcara botellas sobre hadas.

Siempre el indio cualquiera sin victoria.

Yo aquel que malvivió, quien mendigó las carnes 
mendigas de Madrid,
yo el traje del amor y del clarín ubérrimo,
yo la voz de la raza para nada,
yo aquel que fuera
sólo cisne de alcohol enamorado, árbol y tarde,
yo el que mezclara
las noches con su arsénico.

Hoy sé que muero cobre,
hoy sé que muero tul y decadencia.

Yo el orate final: nadie vea mi rostro.

Yo soy aquel que amó
negra, no azul, la vida.

                          (De Locus Poetarum)


sábado, 6 de febrero de 2016

La Alberti como morada

      Seguimos en lo mismo. Ante la dimisión de tantos foros antaño de prestigio, la Librería Alberti parece el único lugar posible para atender una digna demanda del toma y daca poético. Su semisótano ligero y sabio guarda intenciones de sancta sanctorum. Colaboran en ello, y sin descanso, la agilidad de las editoriales sevillanas, que no dejan pasar una sin presentación madrileña. Todo corre el riesgo de ser rutina. Pero no. 
Otro sí. A la chita callando regresa la sabiduría poética a Cibeles, A CentroCentro. El ciclo de años anteriores, Favorables Madrid Poema que manejaba Juan Carlos Suñen, vuelve con el mismo conductor pero mudado de nombre y estrategia. Ahora se hace llamar Favorables Taller Poema, aunque sigue celebrándose en Madrid. Su responsable pretende indagar un jueves de cada mes en el pozo, insondable y secreto, del hacer poético. Lanzar cantos, no sabemos su grosor, para saber si hay agua. Para escuchar si hubiera eco. Anuncia que para arrojarlas contará con la presencia de Ildefonso Rodríguez, músico a no perder, Menchu Gutiérrez, Pilar Martín Gila y Jorge Riechman. El Jefe está interesado en el experimento. Mas nadie se acerque, me dice, si no está limpio de corazón y sabe geometría.   

Jueves 4

Chema, Soler y Paloma Corrales
Foto: Jaume Suau
  
    Comenzaba en la Antigua Casa de Fieras del Retiro, hoy biblioteca pública, un ciclo de poesía actual para los jueves de febrero, leían Ada Salas y Sara R. Gallardo, buena oferta, pero en la Alberti estaba Paloma Corrales, una poeta emergente de gran calado. Madrileña, vive en Alicante por razones climáticas y tal vez laborales. Y porque la poesía. Si hace dos años nos sorprendió con El rurún de las palabras, su primer libro, en esta ocasión vino con Celebrar el aullido, al que ha puesto papel La Isla de Siltolá. Isla que camina con urgencia hacia la superpoblación. Atendiendo a lo nuevo, seleccionando. Magnífico el acto, pleno de buen hacer, atractivo por elegante, por bien tramado. Cuando se habla lo justo y por lo mismo se dice, cuando la música es ángel, cuando la lectura es dicción sosegada y explosión, cuando el silencio adquiere la densidad de lo aceptado, pueden producirse estas rarezas, estos milagros. Habló Rafael Soler calmo y directo, ocho minutos, señalando las heridas ocultas como baluarte de la poeta. Dijo de la consolidación de su voz. Personalísima. Resaltó la justeza de sus elecciones, así como la belleza de su tanteo alrededor de las provocaciones, de como hace ley de la sugerencia. Provocaciones que la poeta no logra (porque no lo pretende) ni sofocar ni describir. Siempre las mantiene en el nivel de inestabilidad preciso para que el poema sea poema, para que jamás habite en ellos la solución. Leyó Paloma sin apenas preludio, sino el preciso de los agradecimientos y en especial a dos personas. A la ausente y amiga Elvira Daudet y al presente Jaume Suau, leridano venido para la ocasión. Leyó y la guitarra de Chema Abascal lo agradecía con susurros a lo divino. Leyó, con potencia contenida, poemas que se asoman a las laceraciones, a lo curvo del existir, a la carne y sus afanes. Poemas que atisban el hallazgo y la pérdida, el vuelo triste y la generosidad de la lluvia. Que escriben lo inestable, el hoy y su espiral, la celebración de la fugaz plenitud. Nadie pudo mover un músculo tras la palabra gracias con que suelen finalizar los poetas. Algunos escucharon con los ojos cerrados.    

Viernes 5

Lostalé, Fombellida y Canelo
Foto: Librería Alberti
   
      De la colaboración entre la Fundación Gerardo Diego, cántabra, y la sevillana Renacimiento surge Dominio, la poesía reunida de Rafael Fombellida. Llegó a última hora, pero llegó, Abelardo Linares, el editor, que no intervendría. Dijeron que nace urgida por Pureza Canelo, gestora de la Fundación, que abrió al acto con la alabanza de una de sus últimas publicaciones: el tomo que recoge todas las noticias, autores, obras y circunstancias de la poesía en Cantabria durante el XX y el XXI. Luego, azorada por la pérdida de los papeles (que traía escritos) vino a la fuerza de un discurso improvisado. Que tal vez algunos agradecieran. Sí los conservó, y numerosos, Javier Lostalé, presentador acostumbrado a penetrar, berbiquí, en la tensión emocional de la obra presentada, presto siempre a la empatía con lo leído. Habló con largueza, temporal y analítica, de la poesía de Rafael. Dijo: lenguaje traspasado por la vida, el amor, los sueños y la muerte, cada vez más afirmado en sus motivaciones, discurso no interesado por la moda de lo coloquial, cuidadosamente dispuesto: poesía visual, pintura sonora, transparencia de los estados interiores, imaginación táctil, sensualidad. Todo lo ilustró con la lectura de amplios fragmentos de los poemas, todo dejaba ver, y por extenso, la admiración. Llegado al fin el turno del poeta, dijo a lo Larra que escribir en Cantabria y en los ochenta, sin maestros, sin tradiciónes, sin difusión, era llorar. Que él aprendió leyendo, vagando, tanteando, buscando. Y que está conforme con el ahora. Dijo que en Dominio ha seleccionado, corregido y en ocasiones reescrito. Es hombre cordial, dado a las explicaciones en la corta distancia. Tardó en leer. El primer poema apareció casi una hora después de comenzado el acto, pero mereció la pena. textos largos, discursivos, meditativos, pero de luz asumible. Con toques biográficos en sus provocaciones, pero sin moraleja, sin afán sentencioso. Parecen de voluntad minuciosa, deseosos de anotar todo lo que el poeta percibe. Y con anhelo de perfección formal, que se agradece. Leyó el poema Nadadores, que ofrecemos, con la garganta trabada. Rafael, que llegaba por primera vez a la Alberti, es junto a Carlos Alcorta y Lorenzo Oliván, el presente más conocido de la poesía del Norte, con norte.


NADADORES

En el lago mi hijo es una cuerda atirantada.
Hemos nadado juntos hasta que mis pulmones se han abierto
y dejado escapar su poco hálito. Lo veo regresar 
         suculento y desnudo
desde la orilla en donde espero. La tiniebla escarlata 
         del crepúsculo
encapota mi piel abandonada a un húmedo estremecimiento.
Cuánto detesto esta rojez de gasa adherida a una honda cortadura.
A mi lado, mi hijo está secándose envuelto en esta luz 
        color fresón maduro.
Silba Lady Tonight, se tiende soberano sobre el entarimado
y remece sus sólidos tobillos en la maraña tosca 
       de las plantas acuáticas.
Me habla con mi voz, pero su idioma no es mi lengua muerta, 
        es un desperdigarse
suelto, vivaz, sincero lo mismo que un galope de caballo.
Soy el padre de un hombre, un hombre grave, meditativo, oculto,
que se gobierna con pericia mientras cabe pensar
que su mano, ya enorme, clausurará mis párpados  
        como se sella un ataúd de plomo.
Su cuerpo se ha acostado bajo la vena cárdena del cielo.
Miro su trazo hermoso, la cabellera untada con arcilla 
        de un ocaso granate.
El braceó más lejos con mi salud, mi fuerza, mi enconada constancia,
y se reclina ufano como un bárbaro después de violentar 
        a sus mujeres.
Es la masa engreída que yo amo con el temple 
        del nadador de fondo.
Es el rival que aguarda mi ahogamiento con el bravo estupor 
        del aspirante.
Ocupa mi lugar porque es su padre joven, prematuro,
inconsciente de toda dentellada del tiempo. Disfruto esa codicia
de converger conmigo, arriesgada ambición de parecérseme.
Miro el milagro de su mocedad. La atmósfera bermeja
de la última hora da a su pecho el impulso de un incendio.
Ha cerrado los ojos. Silabea sin ganas Love, hate, love.
Despreocupado, ajeno. Sólo espera que el púrpura del aire
me desintegre. Adoro el esplendor de su avidez.