jueves, 27 de febrero de 2014

Poema: Escribirlas muy juntas


                         A los poetas amigos que fueron a Segovia 
                         para leerse a Machado y comer en Duque.
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Llegué a los verbos por los verbos, vine
a la mar por la mar, dije espiga a la espiga,
tal vez por eso
viví calladamente.

Con hambre anduve,
y el día incierto en que llamé
luz al pan que comía,
supe que las palabras no se doblan ni rinden
pero que guardan dentro
y muy oculto el pánico que sienten
cuando mi voz acude y nombra a su enemiga.

Las palabras nos buscan, nos abrazan
para esconder su agobio,
así consiguen
que parezcamos torpes,
angustiados o débiles: tenemos
la obligación escrita de responder al daño.

Las palabras
nos usan, mas se odian, en secreto se odian,
yo sé cómo se odian, cómo
entre ellas se miden y se temen,
es preciso por ello mantenernos alerta,
escribirlas muy juntas, enfrentarlas,
conseguir que se muerdan, que vacíen
una en otra su dosis de veneno.

Escribir es también un acto de defensa.


jueves, 20 de febrero de 2014

Un poema de Pilar Verdú

Pilar Verdú es una poeta valenciana inédita en papel hasta el día de mañana. Una poeta que ha obtenido con su primer libro el premio Gerardo Diego que promueve la Diputación de Soria, con Axis Mundi.. Lleva tiempo en contacto con la poesía. Amiga del poeta Juan Ramón Barat, conoce y sabe que la poesía no puede negar el concepto ni negarse a la comunicación. Sé que está temblando ante la prueba escrita, que espera al momento de la entrega del premio -viernes 21 de febrero, en El Burgo de Osma- para tener en sus manos el primer ejemplar. Está bien así. La redacción en pleno de Mientras la luz estará presente cuando ocurra.

Este es el poema pórtico del libro, al que da título.

 
El mundo es vertical y descendente,
y sus hilos me envuelven
al telúrico seno del origen;
fabrican un arrullo inacabable
para abrazar mi cuerpo
en simiente de pan y de futuro.

Qué claridad de tallos encendidos
trepándose a los cielos,
antorchas,
axis mundi.

lunes, 17 de febrero de 2014

El reportero frustrado

   Consejo bimensual de redacción. Habla el jefe: Digo yo que la poesía parece ser una actividad indescriptible preocupada por describir lo indescriptible. La poesía espera siempre ser descrita a base de comparaciones o contradicciones, de negaciones o paradojas, mas siempre al sesgo. Los que la ejercen de forma consciente se atreven menos que nadie a definirla, tampoco a limitar su campo. Y cuando se ven forzados a hacerlo lo hacen -no demasiado convencidos- por aproximación o señalando alguna de las cualidades que se supone contiene. No actúan así porque encuentren libertad en la indefinición, sino porque saben que está en la esencia de la poesía ser, de inmediato, otra cosa que aquella que se termina de definir. Siempre te deja mal, siempre huye, no es fin sino camino. Pero eso sí, senda que ni el eterno caminar agota. Andar a su lado sirve de poco. Jamás avistaron destino aquellos que de verdad la acompañaron. Ni el del amor. Ni el de la vida. Ni el de la muerte. Por eso hay tantos que siguen en la búsqueda y perdidos. No es de fiar, ni se deja describir ni describe. Es por tanto algo ajeno a la razón, a la lógica de lo físico. Un disturbio. Un trasto, a veces necesario, entre el tacto y la irracionalidad. Tras una pausa para ver el efecto en los rostros de los redactores, concluyó: Sabemos poco del asunto de la poesía, del que vivimos, y este es uno de los pocos temas que en Mientras la luz debe quedar meridianamente claro. Sed humildes, no pretendáis entender y os mantendréis con salud.
Muchos redactores salían con la extrañeza en los ojos, mas en silencio (por respeto). Sólo la becaria se atrevió, casi inaudible, ¿De quién diablos habrá aprendido eso de meridianamente claro?

Javier Díaz Gil y Federico Monroy

 Con tal enredo –y con las horas tasadas– salimos a la descubierta de la semana. Lunes 10. Sin ánimos casi. A Libertad8, que siempre hay algo. Este es un local de conquista fácil, basta con atreverse y solicitarlo. Federico Monroy quiso estar acompañado por Javier Díaz Gil en la lectura y sus compañeros de la tertulia Rascamán en la zona de escucha. Por cierto, la tertulia ha abandonado el Café Ruiz para irse por la zona de Diego de León (La Livrería C/ Martínez Izquierdo, 9), territorio a conquistar por y para la poesía. Hubo brindis inicial, música de piano –a ver si lo arreglas, Julián– y poesía bien leída, en calma sonora. Federico con cierto riesgo, siempre al borde de… y más asentada y firme la de Javier. Mereció la pena. Alma Pagés estuvo de guardia, protegiéndome.

Javier Lostalé
   Decididos a entender, pero humildes, acudimos a la Biblioteca de la calle Azcona el martes 11, leía Javier Lostalé, que dijo extrañar el tiempo que llevaba sin una lectura individual. En Madrid, puede ser. A esta la tituló Rosa y tormenta. Javier es lord protector de los poetas madrileños, a quienes alienta y escucha con respeto, pero lee poco en público. Dijo que escribe mucho, que espera libro con Pre-Textos para el otoño, que mientras lo escribía estuvo imaginando y disfrutando una amor y una magnífica historia de amor. Y de ello trataron unos poemas que se envolvían en el disfrute de los cuerpos, y las almas, y esas cosas. Todo en un decir purísimo. Si la poesía es una forma significativa de lenguaje, aquí la hay. Tras la lectura y ante la ausencia de preguntas, el poeta mantuvo un prolongado monólogo que fue aliviándole la tensión anterior. Contó alguna anécdota táctil alrededor de su Aleixandre.

   Miércoles. Reflexión.

Jesús del Real en Arco Poético
   En la Biblioteca de Retiro continúa el ciclo 2014. A Beatriz Russo (enero) le siguió en febrero Jesús del Real. Se anuncia para marzo la de Beatriz Herranz. Parece que Pepa Nieto quiere asegurarse la presencia de Miguel Losada. Veremos como siguen las convocatorias. Jesús estuvo íntimo y reservado. Hubo palabras previas de José Cereijo, tan ajustadas y fundamentales como siempre. Se aprende con él. Debería asistir el jefe, beber de su palabra, porque el asunto de la poesía, como él dice, adquiere transparencia escuchándolo. Jesús del Real es poeta enamorado de la poesía, la busca para quedarse en ella. Bien a través del amor, bien de la naturaleza. Leyó sin levantar los ojos ni la voz, intentando trasmitir el mismo aliento con el que escribe. Son poemas basados en el temblor, aunque atravesados aún por las lecturas. Hubo bastantes poetas entre los asistentes, María Antonia Ortega y Reina Palazón entre ellos. Jueves y 13.

Jerónimo Calero en un momento de su lectura
  Rodeados de todo el siglo XIX, cantaron los poetas al amor. Otro libro colectivo de Cuadernos del Laberinto. Y van… Encabezados por una muestra antológica de LA de Cuenca, LA de Villena y de Hilario Tundidor, más de una veintena de poetas convocados reunieron sus textos para la cuestión. Era 14 de febrero en el local de la AEAE, Leganitos 10. La sala en granate tiembla y aguanta. Con la chispa que acostumbra, leyó Enrique Gracia citas en torno al amor Consiguió, horizontal, la sonrisa. Siempre lo hace. La editora justificó el fruto y el trabajo de coordinación, que no suele ser poco. 12 euros. Luego comenzaron las lecturas. Leyó un chico, joven, al que habían otorgado el premio convocado al efecto, un poema que no lo parecía, lo juro. Habían venido desde La Mancha dos amigos de Mientras la luz, Jerónimo Calero y Juana Pinés, tras leer Jerónimo su poema, ese sí, tuvimos que abandonar la sala. ¿Recuerdan lo de la horas tasadas? Una sala repleta e incomodísima para estas lecturas colectivas. Lamenté no poder escuchar a Juana, a Maxi Rey y a Ana Montojo, que aguardaban turno. No vi por allí ni a LA de Cuenca, ni a LA de Villena ni a Hilario Tundidor que tanta ilusión me hacía.  Peste de reportero frustrado.             

sábado, 15 de febrero de 2014

No es lo mismo. Y algo más

   Releyendo estos días Del lado del amor (Visor), los libros reunidos de Juan Antonio González Iglesias –poeta de cuerpos jóvenes y playas, de aposturas olímpicas, sereno y clásico, fluvial, pindárico dice Carnero, poeta que pretende hacer de la belleza una cualidad moral- he encontrado, al final de su primer libro, esta distinción entre las dos preposiciones que suelen acompañar a las dedicatorias: A y Para. Algo que no debe parecer gratuito.


Esta es la cita. A la que hemos añadido, ya que estamos, un poema.

Sobre las dedicatorias

 “A” en la dedicatoria revela un destinatario que se encuentra en la génesis del texto, de acuerdo con la convención de las odas, y específicamente de las Olímpicas. “Para” señala un ofrecimiento posterior (aunque no ajeno) al texto: no se trata del protagonista del canto, sino del receptor de un regalo personal.

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SONETO SORPRENDENTE

De los antiguos persas ¿qué sabemos? 
No sólo se besaban en los párpados 
sino que los asuntos esenciales 
los trataban dos veces, de este modo

1º) por la noche en el banquete 
emborrachados con el mejor vino. 
Y 2º) después de haber dormido 
largamente, serenos, meridianos. 

Era un acuerdo oscuro y luego claro. 
mediodía después de medianoche 
en el contraste de lo verdadero. 

Yo no encuentro metáfora mejor 
para decir las formas tan extremas 
de nuestro amor. Y el modo en que perdura.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Poema: Líneas en blanco

              

                                A Paloma Corrales





Con las líneas en blanco,
todo blanco,
con los ojos sin celo, como nudos,
porque se habrán
apagado del uso las palabras

igual que en la pintura,
sabéis que llegará
un tiempo en que se escriba así la poesía.

Yo no estaré,
cuando esto ocurra
seré de nuevo sombra, sol que esconde,
lo que quede
de luz o de calor bajo el lenguaje.




lunes, 10 de febrero de 2014

El presentador y el misacantano

El presentador
 El presentador


   Raúl Nieto de la Torre es poeta, joven y doctor en Filología Hispánica. Con una tesis sobre la narrativa de Luis Landero. Es hábil para los títulos de sus libros. Zapatos para andar calles vacías es el de su primero. Difícilmente se olvida. En otra ocasión dijo que amaba la gran mentira de los ventiladores. A veces presenta libros de otros. Se le reclama. Como es joven, siente entonces alegría y responsabilidad. Dos punzadas en el costado. A ellas responde con otras dos. Quiere el perfil del autor y el de la obra. Es rápido y sagaz para la primera. Para la segunda acude a la ingenuidad de leer el texto que debe presentar. (Dijimos que aún es joven). Eso hizo para su intervención del pasado martes 4. En Ámbito Cultural.
El libro presentado
Dijo del autor encomendado que siempre está regresando, reencontrándose, al tiempo que dándose personal y literariamente. Regresar es otra forma de caminar hacia el futuro. De la obra, de Ácido almíbar, dijo que atiende, como un guante, a la personalidad de su autor. También algunas pinceladas que la lectura de la obra le provocó. La relación del niño Rafael con la autoridad representada por los paterfamilias, o por la Máxima Autoridad, a la que llama de formas diversas. Algo evidente hasta en los títulos de los poemas: "¡Lávate las manos!", "No me tires del pelo, por favor", imposiciones cotidianas a las que el poeta responde de forma decidida con cierto toque de irreverencia. Dijo también que su presentado se faja, cuerpo a cuerpo, con el lector, a quien busca. Que siempre escribe construyendo el tú, bien sea otro, bien sea autorreferencial. Un tú a quien pregunta, advierte y con quien se atreve, un tú a quien invita a vever o a bibir. Dijo Raúl de su presentado que escribe arriesgadamente, sin atisbo de gratuidad, con ironía que roza el sarcasmo. Ligeros y con verdad, emparentó los poemas con César Vallejo y su disturbio léxico-creativo. No se despachó mal para haber leído el libro. Y este es el problema, que no le queda tiempo para distraer al público con cosas adherentes. Cuando terminó Raúl, Rafael Soler se levantó, avanzó el atril frente a su público y. emocionado, abrazó con la vista al nuevo oyente, echose a leer.  


El misacantano


  El jueves 6 debutó en esto del papel. Aunque lleva numerosas lecturas, momentos antes de la misa David Minayo confesaba a los íntimos su desconfianza en la fortaleza de su voz. Infundada.
David Minayo en el centro, con pantalón blanco
Hizo muy bien su ritual primer oficio en la catedral de Vitruvio, en  el Café Comercial, Planta de Arriba. El editor, Pablo Méndez, es experto en estas lides, sabe tranquilizar. Dijo que el libro le gustó en su primera lectura y que estaba deseando editar a David. Sin novedad en el frente por ese flanco. Al otro lado de la mesa, la humanidad amparadora de Fernando López Guisado con palabras directas, claras, altas, habló de su amistad con el autor, de las primeras dudas del mismo, que él ayudó a deshacer, y sobre todo del espléndido fruto que significa el libro de tapas negras titulado El amor en tiempos de los desguaces de coches. (Algo largo ¿no?). Recalcó para animar a los presentes que era un libro de fácil lectura, poesía sencilla, clara y eficiente. Recalcó lo de sencilla, aunque no tanto lo de eficiente. El salón reventaba, lleno de gentes amigas, compradoras y jóvenes. Antonio Daganzo, David Morello y Eduardo Merino podrían también firmarlo. Leyó David con mayor soltura de la que pensaba y todavía tiene campo para la mejora. Vaya si tiene. Dejó para los bis sus poemas más celebrados del libro: el impresionante "Berlín". (Aquí lo pueden encontrar en versión Enrique Gracia)  y el que da título al libro, que dejamos para nuestros lectores. Luego, según la imagen de FB, hubo vino en la Planta de Abajo.

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EL AMOR EN TIEMPOS DE LOS DESGUACES DE COCHES

Me compré un coche nuevo:
lo llevaba al taller oficial, le montaba
repuestos de marca, pasaba
puntualmente
todas sus revisiones.
Le regalaba rosas,
la llevaba a cenar,
tenía
un anillo
escondido en el cajón de mi mesilla.
Pero con el tiempo se hizo viejo
y dejó de preocuparme su apariencia
y dejé de llevarle
a los mejores talleres
y dejé de servirle
el mundo en bandeja
y dejé de quererla.

Lo mantuve
porque aún no podía comprar uno nuevo.

Los desguaces
están repletos

de corazones rotos.

                                                    David Minayo

lunes, 3 de febrero de 2014

Mi primera vez con Lastura


Xavier Frías y Marta Dutra en El Dinosaurio.
Foto MC Barri
  Lo juro, fue la primera. Y fue un buen test de mi recuperación. Saludablemente satisfactorio. Ocurrió tras la penúltima luz. Dicen que es propicio el atardecer a estos encuentros aplazados y al fin resueltos. Hacía tiempo que lo esperaba, que lo buscaba, Lastura también. Lo sé. El hecho tuvo excusa portuguesa. Se presentaba el libro de Marta Dutra, poeta nacida en las Azores, especialista en medicina china y vecina de Aveiro, cerca de Oporto. De Viaje, se llama el poemario, un dibujo intimista de la insatisfacción, traducido al español por el infatigable políglota Xavier Frías Conde, también poeta. Era la primera ocasión en que yo asistía a una presentación de Lastura, la jovencísima editorial que no descansa.

  
Lidia López Miguel es Lastura. Lidia, espléndida diseñadora gráfica, ha llegado a la edición descalza, sin otras armas que la inteligencia y su voluntad para andar el camino, sin codazos, limpios los ojos. Lidia y Lastura son, frente a otras opciones, sencilla claridad, y por lo mismo futuro, sana conciencia. Lidia y Lastura son laboriosidad tejedora, franqueza que lleva a la complicidad, al respeto. Saben de lo dilatado, como saben de la espera confiada. Busca Lidia y encuentra autores, selecciona. Junto a su socio Xavier Frías mantiene una colección de poesía en gallego, O´Roibén, de magníficos frutos: Ángel Guinda, Miguel Ángel Yusta, Lourdes de Abajo, Luz Pichel, Maria Ángeles Pérez López, Isabel Miguel figuran ya en su catálogo en versiones bilingües castellano-gallego, también Antonio Capilla. Un lujo exótico para una editorial radicada en la vecina Ocaña. Al lado de O´Roibén vive la colección Alcalima, de poesía en castellano, y aún otras dirigidas al público infantil. Libros cuidados en diseño y continente, con los habituales problemas de distribución, pero con una potente página web que ayuda en la compra virtual.  

  Queda decir que mi primera vez, sábado 1 de febrero, fue en ese Dinosaurio que sirve copas en Lavapiés 8. Un lugar que busca ser reconocido por la movediza hueste poética que nos circunda. Todos quedamos contentos. Espero ser buscado porque yo deseo, desde ya, el próximo encuentro.


Concha García y Ana Rossetti, al fondo.
Foto: MC Barri
  Antes, el viernes 31, La Casa del Lector, vio una trastabillada y dulce presentación de El día anterior al momento de quererle, de la barcelonesa Concha García, que ahora se prodiga por Madrid. Unas 20 personas (16 mujeres) oyeron una lectura amplia de unos poemas que pretenden abrir las hojas de la ventana tras la cual ha venido mirando la calle hasta ahora la poesía de Concha. Me dio la impresión que no abren del todo. Ana Rossetti, que presentó el libro, vertió luego, a los finales, vino tinto sobre un ejemplar, y lo llenó de pétalos de rosas. También quiso invertir el ritual: rogó a los presentes que firmaran dicho ejemplar, que regalaría a Concha. Muy bonito todo, muy bonito. Muy toque. Y todo envuelto por la lectura de versos al azar por parte del público. Alguien dijo que el guiso salió perfecto, casi mejorado. No demos pistas.     



Más antes, el martes 28, el ejército poético de Verbo Azul se reunió casi al completo en la Casa de Castilla-La Mancha para escoltar y defender al número 18 de La Hoja Azul en Blanco, ese milagro en papel de la poesía madrileña que dirigen Ana Garrido y Juanjo Alcolea. Junto a las firmas habituales, aparecen en esta ocasión Antonio Porpetta, David Morello, Paco Moral, Ana Ares, Andrés Newman, Enrique Gracia, María González, Raquel Lanseros. Antonio J. Sánchez, Carlos Murciano, Araceli Sagüillo, José Antonio Valle y Ana Galán. Nunca fallan.


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