Comienza el curso. Ojalá y los días con sus afanes me permitan dar a Mientras la luz el caudal y el cauce que tenía. Los días en Piedrabuena pasan lentos y feraces. La luz y su color toman en septiembre el lugar más hondo de mis afectos. Agosto es para mí un mes preparatorio. Lo ando deseoso de que el sol ceda en su altura y se humanice. Agosto ha sido fértil este 24. Me explico. Fuentévar, el nombre de un paraje de mi pueblo, lo es también de un cuaderno mahalta de mi autoría publicado hace casi tres años. Durante este agosto ha estado conmigo, reclamándome. Gracias a su insistencia han acudido poemas nuevos, otros tantos, al encuentro de los anteriores. Es posible que la colección Adivinos de Mahalta ediciones, recoja la fusión de ambos en un libro, allá para la primavera. De edición y difusión limitada. No es normal anunciar la posible publicación de un libro con tanto tiempo. Pero es uno de septiembre, cuando la vida empieza. Tal vez la esperanza. Un inicio de cántico en el templo.
Campos
El tiempo espera.
Un hombre escucha el viento,
aprende de los campos,
recorre la inquietud de los baldíos,
conoce desde niño el dolor del arzollo,
no ha olvidado
fértiles brisas en el mar de olivos.
Por el valle, las densas
nubes que saltan Valmayor y cubren
de sabias sombras El Espino
quieren hablar, preguntarle si
sigue siendo memoria, si ama todavía,
si es el mismo.
El hombre acude.