miércoles, 30 de marzo de 2011

Madrid y abril. Sardinas y latas

Fotografía de Julia C. Barri

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Madrid y abril. Como nunca, desesperadamente, en una competencia atroz, desaforada, cada tarde, cada noche, los poetas se lanzan a la cara sus versos, como si el mundo vomitara a través de su degüello. Uno tras otros, en parejas, en promiscuos tríos o monstruosamente amontonados. Atropellándose. Sobre garitos y azules escenarios, olvidados al instante como envases vacíos. En cementerios-jam, en las cacharrerías, en montuosos sinos, en regionales lutos, en ocholibres. Marrodanes, jotauves del siglo XXI, buscadores de estaño, de lugar para sus gritos, para sus atropellos. Das o te dan (recitales). Hablas o escuchas. Presentan. O se agregan y crecen en listas virtuales, en sabidos y afines repertorios, asociados en redes repletas de aspirantes a ser pescado. Sardinas en las redes, hirviendo, hablándose. Sardinas en sus libros, en sus latas. Los poetas de buenas intenciones, de buenos addisones. Como nunca. Como siempre. ¿Yo? Yo.

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miércoles, 23 de marzo de 2011

Dos martes, dos amigos: Juanjo y Nieves

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Poesía, crónicas, amigos. Así se subraya este blog. Por eso están aquí. Porque son poetas, porque son amigos, porque tengo algo que decir de ellos. Ellos son Juan José Alcolea y Nieves Álvarez. De ambos hemos hablado ya en este rincón público, pero es el caso que en dos martes consecutivos han ocupado la tribuna de la calle Paz, 3, donde vive, muere o dormita la Casa de Castilla-La Mancha.

15 / Primer martes

Juan José Alcolea y Ana Garrido
Juanjo lo hizo primero y para presentar su Cuadernos de Socuéllamos, ese libro testimonio de emociones, claro y rotundo, sello de su buen hacer. De ese libro que perpetúa tres años de generosidad e inspiración, de soledad acompañada. Vinieron con él los textos tan analíticos como líricos de Ana Garrido, que pausadamente le presentaron. Luego, la voz educadamente sostenida de María Jesús, su mujer, la improvisada contención de Anabella y la categoría de la guitarra y la garganta tenora de José Luis Pardo dieron música, recién compuesta, a los versos del libro. Cantos que hallaban contrapunto en la grave parsimonia de la voz, en ocasiones mudada, del autor. El público de la Tertulia Eduardo Alonso, entre el que se encontraba Olga País, poeta gallega en tránsito por la calle 30, supo que nada de la visto allí, de lo allí oído, puede ser considerado de otra manera que poesía en marcha. De ahí la felicidad de Manolo Cortijo, responsable presente de la tertulia Eduardo Alonso, que organizó el acto.

22/ Segundo martes



Francisco Caro, Nicolás del Hierro, Nieves Álvarez
Más sosegada en el tono, más convencional en la forma, pero no menos trallazo fue la lectura poética de Nieves Álvarez Martín para presentar, de sus labios, los poemas de Los íntimos secretos de la voz con los que obtuvo el premio “Nicolás del Hierro” 2010. Poemas que hablaban de la mujer ante el mundo, ante el tiempo y el amor, ante las cosas que agreden o acarician, ante el riesgo o el concilio con ese otro/otra que siempre acompaña. El propio Nicolás del Hierro, director del Aula Juan Alcaide moderó el acto. Francisco Caro, quien esto escribe, y habitual miembro del jurado, aunque no en esta XIV edición, dijo unas palabras que intentaron acercar a los oyentes, que llenaban la sala, hasta la lectura del libro. Estuvieron presentes muchos amigos y amantes de la poesía, pero yo quiero resaltar aquí la presencia de Vicente Martín, Javier Díaz Gil y Celia Bautista, anteriores ganadores del citado premio. También de Cristina Cocca y Juan José Alcolea, que comparten con Nieves el hecho de ser premiados con el "Poeta Mario López" de Bujalance. Nieves, recién acudida de su Cantabria feliz, con el tiempo justo para ascender a la tarima, no dejó de ofrecer, rodeando su decir, detalles de su magia, fragmento de su dulzor.
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martes, 22 de marzo de 2011

Uno, dos, tres. Mi Día Mundial (tarde local) de la Poesía

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LAdC durante su lectura en la BN

Uno  /  Maratón. Como si de fútbol-sala se tratara. Maratón de poetas en la BN organizado por Rogelio Blanco. Desde las cinco de la tarde. Asistí un rato, un minuto, un siglo, pero que todos sepan. ¿Es posible leer? osaba algún tardío, y despistado. La lista ya es conclusa, respondían azules los coros de azafatas. Salían y leían. Salicio juntamente, y Nemoroso, he de contar, cada cuatro minutos, sus quejas imitando. Julio M. Mesanza fue mi primer atril, eran las seis y cuarto. Después abundantes silencios, nieblas (Marga Clark) aires, noche (Jorge Urrutia) (Luz Pichel), olvido, más silencio, vacío, (Pablo Gª Inés) (Marcos Ana) lágrimas, signos, mar, sombras (Almudena Guzmán) o (Pepa Nieto) palomas, corazón, pozos profundos (Jordi Doce) luciérnagas, alas rotas (Berta Díaz) (Beatriz Blanco) huellas profundas, más silencio, vagabundo (Alberto Infante), sueño, (la tierna presencia del hijo hemi-irlandés de Beatriz Villacañas enviado en representación, que su madre estaba en otro acto, llenó la sala de liras). Me despidió el canto de Paloma Soria. Ellos/ellas seguían. Seguirían silencios, sombras, olvidos, sueños, dueños, esperas, memorias, algún geranio… Esperaba su turno el ímpetu sosegado de María Antonia Ortega, esperaba la pacense inquietud de Juana Vázquez.  Tras la huida ¿qué hacer? la duda me asaltó. ¿Comenzar a escribir o abandonarlo todo? Cerró la multitud, según me contaron luego, la directora de la Biblioteca leyendo un poema de Maragall en la lengua de Maragall. Algo de cordura nunca sobra. Y que cantó Gerena.


Javier Díaz Gil
 Dos / A las 19, 30 ya estaba en la puerta del Hostal “La Perla”, quiero decir en Leganitos, en la Asociación de Escritores. Javier Díaz Gil, a quien quiero y respeto, presentaba la edición de dos buenos y fragmentados poemas “Vivo extramuros” y “El ángel prometido”. Editados conjuntos por Poeta de Cabra, que dirige José María Herranz. Presentados con excelencia por Jesús J. Reinaldo. Leídos con emoción por su autor. Atravesados por la sabiduría de los comentarios de Emilio Porta, en esta ocasión más abundantes que nunca para el disfrute emocionado de los presentes. Citó con abundancia, aunque en esta ocasión no a Wittgenstein, desgraciadamente (tal vez no era el momento). Javier habló de extramuros como eterno y personal conflicto entre la realidad de lo cotidiano y el deseo como fantasía vital. Habló de su poema El ángel… , del ángel como enviado divino, como amenaza exterminadora. De la necesaria compañía del fantasma como antítesis, como asidero humano, como posible salvación. Estuvieron atentos también Miguel Galanes, Cristina Cocca, Alfredo Piquer, Aureliano Cañadas, María Juristo...

Tres / Más lejos, sin mi presencia, a las mismas horas, Torrelodones celebraba el Día Mundial de la Poesía haciendo hijo predilecto de la villa a su poeta local, Juan Van-Halen. Hubo testigos, lo sé.

 
De "Vivo extramuros" Fragmento final
 
Junto a la roca

el cadáver del día
se pudre.
No le llevéis flores,
se nutre del deseo,
de las luces inciertas y las sombras.
 
Cantadle antífonas secretas,
luz de salmos e incienso.
 
Calmad su sed
con palabras que nombren
                las alas.
Derretid junto a su mano la cera
virgen de
                una vela.
Rezad por él.
 
Rezad por los que nunca
atravesaran
                la puerta.
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miércoles, 16 de marzo de 2011

Mena Cantero. Alzar el azul


Francisco Mena Cantero  (Fotografía de Manuel R. Toribio)

Para alzar su azulísima locura. Tal vez con ese fin ha escrito Francisco Mena Cantero (1934) su último libro: Volver a Ciudad Real. Para alzar sus años de mediodía, para volver al añil antiguo que ceñía las cales, para mirar la enajenada herida de los cielos tan limpios de La Mancha. Solamente conociendo a Mena Cantero, a su poesía, es posible entender la identidad manchega de alguien que nace en Madrid y vive (desde 1971) en Sevilla. No conozco a su persona, pero lo conozco. A través de otros, a través de sus libros.

El viernes 18 de marzo presenta en Madrid el citado poemario. La Biblioteca de Autores Manchegos, que dirige José Luis Loarce, lo ha editado en su colección Ojo de Pez. Es un canto de origen. Al lugar donde la luz sorprendió su inocencia, al sol calizo de los muros de la ciudad pueblerina que era por entonces Ciudad Real, al sitio del amor y los primeros rezos, a las calles y a las tardes paseadas, a la toma de conciencia cristiana. Y no sólo. El poeta ha querido incorporar sus actuales preocupaciones: la nueva savia de la familia, la estatura del ciprés que advierte, el decir de la campana, el descanso, el azar y la bruma de los amigos. Pasado y presente en una voz que sabe de la inspiración y el trabajo callado, permanente. De Mena Cantero dice José María González Ortega “que es un apasionado de las palabras que no conocen el odio y saben perdonar”. Sea.



Patio con flores y fuente

Encuentro en mi diario los recuerdos
esparcidos y en paz, cuando la vida
era una eterna apoteosis.
                                                              Flores
alrededor del agua hacían
más puro el tiempo,
tierna la luz y transparente el patio.
Era nuestra presencia
enredadera loca que ascendía
a la elevada cúpula del aire.

Feble escarcha del limpio amanecer
que en líquido temblor se deshacía,
obligada a olvidar
sus horas de colegio, porque aquí, en este patio
que hoy traigo
con el fervor de una caricia,
el vuelo de la luz
encendió para siempre nuestras manos
creándonos el mundo,
hecho a imagen de nuestros propios sueños.
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jueves, 10 de marzo de 2011

Poemas: De la hermosura

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Porque nunca,
aunque nos empeñemos,
permanece albergada
en la misma guarida
-avisaba Boccaccio de Certaldo-
jamás veréis su muerte

experta zorra
y vieja la hermosura

¡cómo engaña a los siglos
cambiando de poema!


(De Cuaderno de Bocaccio)


miércoles, 9 de marzo de 2011

Ausente casi

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¿El camino?
Una ausencia buscada y prolongada de la Villa, me ha permitido poner distancia con los rifirrafes poéticos habituales. No puedo dar fe personal del encuentro de maños y gatos en Los Diablos Azules ni de la lectura de María Antonia Ortega en Libertad 8. Mejor para ellos. Solamente y solo el viernes 4 pasado acudí a la lectura de los poemas de Alfredo Piquer en Trovador. Elegantemente clásico en verso riguroso, calmo, reflexivo y culto. Poesía homérica. Dórica que sueña con acantos. Leerá pronto en Montesinos. Estuvo genial en su decir, como siempre, Juan Ruiz de Torres: en esta ocasión dijo lamentar la pronta muerte del bilbaíno Marrodán, porque este hecho le impidió al pobre completar su obra. Chapeau. Muerte que lleva décadas voceando el segundo lector de la tarde, el bueno de JJ Aleixandre. Según dijo por su boca el 80 por ciento de sus libros publicados, que no son pocos, hablan de su presentimiento. (Sin que corra la voz, lleva 74 años sin dejar de escribir). Leyó alguno de sus poemas fúnebres a modo de apoteosis final. Este soneto también, como muestra. Que me apetece compartir.


Si apenas tengo nada que decir
¿por qué seguir diciéndolo? ¿Por qué
voy a seguir pensando en lo que fue
si lo que fue no puede subsistir?

Sé que ya no me puedo permitir
seguir, porque del todo vacié
verso a verso mi vida. Porque sé
que me faltan las ganas de seguir.

Sólo expresar deseo todavía
con mi último adiós la inmensa suerte
de haber llegado a tiempo de contar

el final de mi larga travesía,
cuando el total silencio de mi muerte
ya cualquier día me podrá llegar.
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miércoles, 2 de marzo de 2011

El bueno, el crespo y el claro

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Julián Creis y José Luis Morales
Pleno
De martes a martes, de 22 a 1 de marzo. Julián Creis, el hombre bueno, presentó su libro Semblanzas y homenajes en la Casa de Castilla-La Mancha. A salón lleno, gentes en pie. Lo importante no era el libro, que también, sino su persona. Tan es así que José Luis Morales, que lo presentó, ciño sus palabras –ajustadas, precisas, cultas- en torno al perfil personal de Julián: discreto, educado, amable siempre, compañía, inteligente, tímido poeta. Y sobre todo amigo. Despistado también. Acunado por las manos de Maruja, su mujer, su paisaje total. Todo lo que dijo José Luis era sabido ¡pero lo dijo tan bien! El libro es una recopilación necesaria de artículos periodísticos. Semblanzas de poetas, pintores y/o científicos que han alimentado la aventura valdepeñera de la Bodega A-7. Era la época en que la mano generosa de Paco Creis, el hermano de Julián, la mantenía. El libro viene introducido por un prólogo abrazo de Pedro A. González Moreno. Hubo lecturas por parte de Fernando y Cándido, sus sobrinos. Luego un vino valdepeñero. Un Ágora blanco fresquísimo.

Pedidos a la web de Fundación Alambique.
9 euros. Portes gratuitos 
Agustín Porras es el hombre crespo. Dedica el Nº 2 de El Alambique, revista de poesía que soporta Jorge Dot, a la figura de Ángel Crespo. Dice Agustín que pretenden acercarse con su revista a poetas sin escaparate. Con este número, a la discreción del manchego. Habló antes Miguel Losada, habló después Ángel Guinda para apuntar una aventura fronteroportuguesa, en tiempos pretéritos, con Crespo, Pilar y Trinidad y su correspondiente pareja de la guardiacivil. Habló con exactitud pausada, para cerrar, Amador Palacios sobre la gestión del especial que centra el Nº2 de El Alambique. Dijo de la biografía, próxima aparición, que se ha atrevido a realizar sobre el poeta, dijo de los colaboradores, algunos presentes, dijo de la voluntad poética de Crespo. Como la revista admite poemas inéditos de actuales forzados, los allí presentes leyeron sus envíos. De ellos, recuerdo la pulcritud personal y lectora de Javier Lostalé. Hubo luego vino en El Alambique, taberna de la que la revista toma nombre. Conversación sin trabas. Y vinos finales, a altas horas, en el triángulo insospechado de La Ochava.

La mirada clara de Antonio Daganzo
Es claro Antonio Daganzo en su mirada. Hasta la transparencia. Estuvo leyendo, después de proclamar sus gratitudes, en la Tertulia Montesinos. Presentado por el poeta chileno Sergio Macías, hizo un pausado recorrido por lo editado: del amor presentido de su primer libro, pasando por la motivación musical y escritora del segundo, hasta llegar a la crónica de la victoria sobre el dolor de su tercera entrega, “Mientras viva el doliente”. Una voz pulcra, subrayadora de matices, dio muestra de cansancio al final. Así se creó el perfecto clima para unos cinco últimos poemas gozosos, hímnicos, de plenitud vital y amorosa, entre los que destacó “El vino navegao”. Escuchando estaba Carolina, surchilena, protagonista, y también enamorada. Como estaban Justo Jorge Padrón, Jesús Riosalido, Morales Barba, Ángela Reyes, José Luis Morales, Rafa Soler, Paco Moral, López Azorín, Manolo Cortijo, Aarón, Juan Ruiz de Torres, Lola de la Serna, Pepe Elgarresta, otros, otras, familias, los habituales y Carmina Casala, que animó el debate. Es ahí donde oímos que la poesía de Antonio Daganzo camina desde la erosión a la alegría. De acuerdo.
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