martes, 16 de diciembre de 2008

Premio Ateneo Jovellanos 2008


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(Entrevista en “El Comercio”, de Gijón)

FRANCISCO CARO SIERRA, XVIII PREMIO DE POESÍA ATENEO JOVELLANOS

«Los poetas nos hemos ido convirtiendo en una secta»


Define su obra 'Calygrafías' como un camino entre el deseo y la muerte

14.12.08 -
ALBERTO PIQUERO
GIJÓN



Nacido en Piedrabuena, Ciudad Real, en 1947, profesor de Historia en el IES Pío Baroja, de Madrid, el flamante ganador del XVIII Premio de Poesía Ateneo Jovellanos, por la obra 'Calygrafías', Francisco Caro Sierra, se declara poeta de escritura tardía, al tiempo que va acumulando algunos galardones literarios en los últimos años, del Jorge Manrique al Francisco de Quevedo, con última parada en Gijón.

-¿Cuál es el secreto para ir obteniendo el reconocimiento de tantos jurados?

-Ninguno. O tal vez que haya empezado a escribir un poco tarde, hace diez años, lo que puede significar una mayor madurez. Con anterioridad, el pudor me impedía pasar de las muchas lecturas a la escritura, particularmente a la poesía, en la que se siente siempre ese riesgo de caer en el borde del ridículo. Tenía la necesidad de escribir, pero debía vencer esa resistencia. Los libros que ahora van saliendo, no son el fruto de un momento.

-¿Qué alimentó esa necesidad poética en un mundo tan prosaico?

-Con la edad, vas podando las llamadas exteriores y la mirada se vuelve hacia ti, a lo que va quedando de la vida. Es la reflexión de lo vivido, de la plenitud y las pérdidas.

-Se juzga su poesía como de alta calidad, pero también de difícil lectura. ¿Lo asume así?

-Para mí es transparente (bromea), pero entiendo que se considere difícil. Se explica por mi tendencia a prescindir de todas las palabras que no 'trabajen' en el poema. Visto muy poco mis poesías, a la manera del conceptismo.

-¿Cómo surge 'Calygrafías'?

-Empezó con un pequeño poema en el que me preguntaba acerca de si todo deseo muere cuando se escribe. Si sólo somos grafías, palabras, para la cal, para la muerte.

-¿Desde un punto de vista apocalíptico?

-No, hay una serenidad en la muerte, a la que todos estamos abocados. El poemario recorre ese camino entre el deseo y la muerte, sin sello apocalíptico.

-Entre sus poetas de cabecera, están Quevedo, Paul Celan y Jorge Guillén, a los que quizá se podría añadir Ángel González, ¿no?

-Comencé a interesarme por la poesía cuando vívi en Barcelona en los años 70. Y todavía conservo como oro en paño la edición que publicó Barral de 'Palabra sobre palabra'.

-¿Qué significado social tienen hoy los poetas?

-Nos hemos convirtiendo en una secta, que no trasciende al ámbito social. Escribimos para leernos unos a otros en una espiral endogámica. Mi esperanza es internet, donde abundan los foros poéticos, hay otros lectores y abunda el intercambio de pareceres.


martes, 2 de diciembre de 2008

LOS POETAS CON PAISAJE


El Dúo Itaca y Elisabeth Porrero durante su lectura

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Elisabeth Porrero

(Publicado en La Tribuna de Ciudad Real el 24/11/08)
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Era la segunda vez que Francisco Caro y Nicolás del Hierro, escritores nacidos en Piedrabuena, además de otros miembros de la Asociación de Escritores de la Casa de Castilla La Mancha en Madrid, nos citaban a todos los poetas de la provincia para un encuentro entre nosotros. La primera vez fue en Piedrabuena, en Mayo de 2007 y tuvo un mayor carácter de recital, abierto a todo el público. El pasado sábado fue en otro bello marco, el Palacio de la Serna, en Ballesteros de Calatrava y esta vez se trataba de una cita sólo para los autores.

Atendiendo a esta nueva convocatoria, con el doble motivo de reencontrarnos y además rendir un homenaje al paisaje de nuestras tierras, nos reunimos más de treinta poetas. Está claro que la poesía es minoritaria, por eso este número es bastante representativo del amplio movimiento cultural de nuestra provincia.

Como no sólo este arte literario se encuentra en la palabra sino que la trasciende, Eugenio Bermejo, genial decorador de interiores y empresario de hostelería, puso a nuestra disposición la belleza, plasticidad y elegancia que componen este museo-palacio, decorado por él mismo, para que vertiéramos en él nuestros versos.

Nos acompañaron escritores que, viviendo fuera, siguen llevando esta tierra, a la que homenajeábamos, en el corazón, entre otros: Federico Gallego Ripoll, Pedro Antonio González Moreno, los convocantes Paco Caro y Nicolás del Hierro...

La fuerza de la palabra se manifestó también en la pluma de miembros de los distintos grupos literarios de nuestra provincia: Pan de Trigo de La Solana, El Trascacho de Valdepeñas, autores de la revista Calicanto de Manzanares, Grupo Guadiana de Ciudad Real...

Y aún con tanta implicación en la literatura, resulta extraño que no siempre se cuente con nuestros grandes autores para los actos literarios que celebran distintas entidades y Administraciones por nuestra capital y pueblos. Está muy bien beber de otras corrientes poéticas, pero también hay que cuidar a los autores de la tierra, muchos de ellos ampliamente laureados por toda la geografía nacional e internacional.

Uno de los muchos aspectos que hacía tan peculiar la realización de este acto es la poca frecuencia con la que tiene lugar este tipo de actividades. Se celebran muchos congresos de Medicina, Derecho, Historia... Pero ¿cuántos congresos, simposios, seminarios, cursos, etc de poesía conocen ustedes?

Alguna escritora comentaba ayer que, hace varios años, se realizaron unas jornadas de varios días de duración para “creadores” en distintos ámbitos, patrocinadas por la Diputación: Pintores, músicos, escritores... se reunieron entonces y compartieron su producción artística en esta llanura nuestra. Está claro que las artes se solapan unas con otras y se necesitan para crear ambientes y momentos aún más especiales y mágicos, por eso este tipo de actividades contribuye sobremanera al enriquecimiento personal y artístico de los autores.

Es una pena que las Administraciones no hayan vuelto a convocar jornadas de esta categoría. Quizás en estos momentos el arte pudiera ser un buen revulsivo contra la crisis.

lunes, 1 de diciembre de 2008

EL PALACIO DE LA SERNA Y LOS POETAS DE CIUDAD REAL

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Nicolás del Hierro y aspecto de la sala

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Pilar Serrano de Menchén

(Publicado en Lanza 01/12/08)


A las aventuras de los caminos se fueron o vinieron desde muchos lugares de la Provincia, el día veintidós del mes de Noviembre, los poetas de Ciudad Real, a recordarse y vivirse, hablarse en rimas a su modo y manera, todos alborozados por verse reunidos, juntos, que fue de alegría esa reunión; celebrada, por lo generoso del anfitrión o dueño de tal alcázar: señor don Eugenio Bemejo, en el Palacio de la Serna, que se dice y está en Ballesteros de Calatrava.

Y fue posible tal junta, porque los priostes de la Asociación de Escritores de Castilla La Mancha, con algunos maravedíes que recibieron de la Junta de Comunidades, a tal honor de ser dichos priostes muy principales, insignes hombres de letras, hidalgos caballeros, citaron a los que digo con mucha prosapia, para que todos dijeran sus versos a la tierra de este común de gentes, darse gusto de oírse, reunirse principalmente. De acá de acullá acudieron ellos, los poetas, con su hatillo de versos, hasta Ballesteros de Calatrava, a los salones de ese Palacio de la Serna, tan bellamente condecorado o redecorado por el pálpito, sabiduría y hermosos sentimientos de su dueño con maestría.

Y fue de ver dicha reunión, por el recibimiento de la amistad y cercanía del que otrora se dice vate o Marqués de la Piedra Buena, a la sazón bien escribido y sabido en sus muchos saberes de libros, con orla además, de luengos tiempos, Vicepresidente de la Asociación de antes, que se nombra don Nicolás del Hierro; pero a su caso, y porque no falte punto a la verdad, el apellido no es sino blasón de llevar muy a lo firme su pasión por lo poético, aunque tan llanamente que no hay más que desear.

En igual concordancia se aventuró a pasar lista: muy a lo hidalgo y con finura, un Caballero principal en las letras y en las hidalguías antiguas y linajudas de sus apellidos, titulado Conde de la Sonrisa; porque con ella va o fue deletreando nombres y apellidos de los que llegaban, muy galanamente, sin faltar coma, de la a a la b, pacientemente, por la hilera de nombres o lista que pergeñó en un Amén. El tal Caballero, se nombra o dice don Francisco Caro; poeta muy principal, al que se le unen otros laureles y dones, que bien quedaron patentes luego interin a la vista de todos.Y fueron desfilando al estrado: adornado con rosas, pétalos dejados al socaire del aire benditísimo de tan hermoso lugar, los poetas, a decir lo que ellos escribieron o habían escrito antes.

Lo cual, con el silencio de los que escuchaban, con la armonía de las guitarras en concierto de dos señoras, que gentilmente se titulan Grupo ITACA, se produjo el milagro de que la emoción fuera signo, o sino, verse aunados o unidos por el corazón, en lo junto, muy a lo menudo, por esas hermosos poemas que salían o salieron a darse abrazos y parabienes.

Antes, dichos “Poetas con paisaje”, muchos de ellos, aún recordaban la última vez que fueron convocados en la Capital de la Provincia por el entonces Diputado, o disputado por su buen hacer, que tanto dá, Gentilhombre de las Ferias: don Manuel Juliá Dorado; que venía entonces, en el año de gracia de 1984, no sólo a ser hidalgo en las letras, escribidor de buenos y profundos versos, sino que, en aquellos lustros, era mandamás de la Cultura en la Diputación. Y ocurrió que en el I Encuentro de creadores manchegos, (pintores, escultores, escritores estuvieron allí) después de varias jornadas, se dieron a decirse unas conclusiones que serían o fueron las que se practicarían luego.

También ahora, según se dijo o habló entre ellos en el Palacio de la Serna, bien contentos y alborozados que estaban, dijeron tenían expectación por oírse decir poemas a la tierra madre: ancha y hermosa, otoñalmente dorada, fue o era un acierto que pensaran juntarlos, venir luego, estarse en dicha junta para hablar con ternura, a voz, uno a uno, al paisaje de ellos, lo que les unían fielmente, sin fisuras, todos unánimes y conformes, llenos, llanos, libres…Y según se sabe, y ha sido apuntado en varias crónicas, fue reunión de tallarse en mármoles y escribirse en brónceles. En esa gracia, en la ventura de haber vivido dicha aventura, que el Quijote nos acompañe.

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domingo, 30 de noviembre de 2008

EL PAISAJE DE LOS POETAS CIUDARREALEÑOS

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Un grupo de poetas y un aspecto de la sala


Por Eugenio Arce Lérida
(Publicado en Lanza el 29/11/08)





La Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha, una Asociación poco conocida en nuestra tierra, convocó a todos los poetas de esta provincia el pasado día 22 de noviembre.
La cita era en el Hotel “Palacio de la Serna”, de Ballesteros de Calatrava (Ciudad Real). Los convocados todos los que tenían obra conocida y de cuya dirección tuviera conocimiento dicha Asociación. Se nos citaba a este evento con el tema: “Poetas con paisaje” (Nuestra tierra en la voz de los poetas). Las intenciones eran varias. La propia invitación ya decía: “se pretende el intercambio de pareceres y experiencias entre los poetas de Ciudad Real”.

Creo que el acto servía –y sirvió- para relacionarnos y conocernos un poco más. En el caso de los compañeros ya conocidos para profundizar las relaciones con esa complicidad positiva que se establece entre dos personas que tienen el mismo afán por esta parcela –la más desconocida- de la literatura. En cuanto a aquellos compañeros cuyo nombre nos revoloteaba a través de sus poemas, pero no habíamos tenido la oportunidad de conocerlos, el acto fue un acierto total.

Además, hay otro aspecto positivo. Este tipo de eventos contribuye a reforzar el papel que esta Asociación debe tener. La Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha puede y debe darse más a conocer y no solamente en el ámbito de la poesía, sino también en el de la prosa, respondiendo así a su realidad asociativa.Alguien de los presentes calificó aquel acto de “milagro cultural” y creo que lo fue: nunca antes se había hecho nada igual. Se dio la feliz circunstancia de que Eugenio Bermejo, el propietario del Hotel “Palacio de la Serna” es un firme defensor de la cultura en todas sus variantes –él mismo es un artista como diseñador interiorista y como pintor- y cedió gratuitamente el espacio donde nos reunimos.

Los poetas ciudadrealeños acudieron con generosidad –algunos desde puntos lejanos, incluso fuera de la Península- a la llamada de Nicolás del Hierro, Vicepresidente primero de la Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha y Nicolás se buscó un magnífico colaborador: Francisco Caro, poeta de Piedrabuena como él. También hubo otros poetas felizmente implicados en este asunto que no nombraré por temor a dejarme alguno. La gran participación que hubo fue el resultado de esa impresión comentada antes: nunca nadie, ni en el ámbito privado ni en el institucional, había hecho una convocatoria de este tipo.


Dicen que estos eventos no deben durar más de una hora. La realidad del otro día demostró que pueden extenderse mucho más sin aburrir. El secreto estuvo no sólo en las distintas voces, sentimientos y enfoques poéticos sobre el paisaje manchego, sino en la sabia dosificación de la música a lo largo del acto, que estuvo a cargo del dúo de guitarras “Ítaca”, de Madrid.
El acto, sin representación institucional de ningún tipo, tuvo vuelo propio, se desarrolló sin ataduras, libre como la creatividad de los que allí estaban. Fue, además, sobrio sin ser austero, elegante sin afectación, auténtico y sin imposturas: una gozada para el espíritu. El silencio, sólo roto por el rumor de la fuente en el patio, era un altar donde se oficiaba el íntimo ritual de los sentimientos a través de la palabra.

Esa tarde otoñal, propicia para la poesía y el reencuentro –superado lo que de diáspora tiene el verano- debe ser el primer peldaño de una escalera que nos lleve a otras cimas más benévolas para los poetas de esta tierra que, a veces, se sienten preteridos y olvidados.
Damos la enhorabuena a la Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha y a todos los poetas que han hecho posible este magnífico encuentro.




lunes, 24 de noviembre de 2008

BALLESTEROS 22

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(La foto corresponde a un grupo de poetas de los asistentes, cuando otros ya se habían ausentado)



El pasado sábado a partir de la 17, 30 y convocados por la Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha, se reunieron en Ballesteros más de una treintena de poetas de la provincia de Ciudad Real. El marco fue el exquisito Hotel Palacio de la Serna, y actuó como coordinador Nicolás del Hierro, que abrió la cita recordando a poetas recientemente fallecidos como Paco de la Iglesia, Julián Márquez y P. Antonio Beño.

Ante un salón repleto por casi cien personas se sucedieron las lecturas de los poetas asistentes, que convocados bajo el lema “Poetas con paisaje” fueron exponiendo su visión de la tierra que nos acoge, lejos siempre de lugares comunes. La interiorización del paisaje, su valor provocador para la voz del poeta, la luz, la calidad de la mirada, el valor de las sensaciones, la persistencia de tierra en la memoria... fueron razón de muchos de los poemas.

Durante cerca de dos horas 28 de los poetas asistentes dejaron su voz sonar en mitad de un silencio emocionado, que casi cortaba la piel. Acudieron poetas de Alcázar, Manzanares, Valdepeñas, Ciudad Real, Daimiel, Puertollano, Piedrabuena y transterrados en Madrid o Córdoba. Otros varios excusaron su asistencia por obligaciones. Y aunque sea prolijo citar a todos en una relación, es en esta ocasión extrictamente necesario.


Aquí está: Nicolás del Hierro, Miguel Galanes, Francisco Caro, Manuel Laespada, Nieves Fernández, David de la Sierra, Pilar Serrano Menchén, José Ramón Sánchez, Aurora Gómez Campos, Luis García Pérez, Juan José Guardia Polaino, Juana Pinés, Elizabeth Porrero, Antonio García de Dionisio, Eugenio Arce Lérida, Presentación Pérez, Isabel del Rey, José María González Ortega, Amador Palacios, Diana Rodrigo, Antonio León, Santiago Romero de Ávila, María del Carmen Matute, Jerónimo Calero, Teo Serna, José Luis Morales, Isabel Villalta, Restituto Núñez, Teresa Sánchez, María José Maeso, Manuel Juliá, Pedro A. González Moreno y Federico Gallego Ripoll.


Quiero destacar la presencia de Federico, el gran poeta de Manzanares, que, residente en Palma de Mallorca, es siempre el más alejado. Su poema Los poetas invisibles está en el germen de esta convocatoria.


Excusaron asistencia: José Corredor Matheos, Juan José Alcolea, Juan Pedro Carrasco, Cristóbal López de la Manzanara, Natividad Cepeda, Félix Pillet, Nemesio de Lara, Joaquin Brotons, Luis Díaz Cacho, Jesús Martín


El acto estuvo enriquecido por las actuaciones musicales del dúo Itaca, de guitarras clásicas, y cerrado con las palabras de Miguel Galanes y de Eugenio Bermejo, el cual tras agradecer la presencia de los poetas en su casa, tuvo a su cargo el refrigerio con que terminó la cita bien entrada la noche.

La cita fue entendida por los asistentes como un compromiso de los poetas con su tierra y con su actividad, como una proclamación de existencia, de visibilidad, en una convocatoria cuyo valor estaba en sí misma, promovida por ellos mismos, no provocada por la oportunidad de ningún certamen o el patronazgo de ninguna institución, de ahí el enorme valor de la entusiasta respuesta.





martes, 11 de noviembre de 2008

POETAS CON PAISAJE

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Para la tarde del próximo día 22 de Noviembre está prevista la cita de poetas de Ciudad Real (provincia) convocada por la Asociación de Escritores de Castilla La Mancha.

La cita tendrá lugar en el Hotel Palacio de la Serna, lugar de especial encanto situado en la pequeña localidad de Ballesteros. El sitio ha sido escogido por la oferta desinteresada de D. Eugenio Bermejo, su propietario, y su inmejorable situación en el centro de la provincia. Sus espacios, poblados del mejor gusto artístico, serán un marco inmejorable.

La cita lleva por lema POETAS CON PAISAJE y pretende integrarse en una serie de actividades que se desarrollarán en las cinco provincias castellano-manchegas dentro del programa “Conozca su tierra a través de los poetas” en el que colaboran la Junta de Comunidades y la Asociación. Para Ciudad Real actúa como coordinador el poeta Nicolás del Hierro.

En el espíritu de la convocatoria está el de reunir a todos los poetas de la provincia con obra conocida, independientemente de su valor, publicaciones o reconocimientos. Para ello se ha contactado personalmente y por correo con todos los que ha sido posible, bien a través de sus direcciones postales, bien de los correos electrónicos. Se trata de una jornada de convivencia, de comunicación y de lecturas que permita aumentar las relaciones interpersonales entre poetas de varias generaciones.

Es posible que el objetivo sea demasiado ambicioso para un tiempo tan escaso, pero sin duda era necesario intentarlo, hacerlo. Como no se demanda confirmación de asistencia a los convocados, no es posible conocer el número de los presentes con el fin de organizar con antelación las intervenciones. La convocatoria es a las 17 horas del sábado 22 de Noviembre, para que las lecturas -en principio estimadas de manera flexible en 20- puedan comenzar a las 17,30. Los poemas deben versar sobre el paisaje, nuestro paisaje, entendido en su más amplio concepto, en su más libre forma.

El acto tendrá la riqueza añadida de la actuación del Dúo Itaca, de guitarras clásicas, y finalizará con la convivencia de un vino de la tierra ofrecido por gentileza del Hotel.

Para cualquier comunicación o aclaración contactar con las siguientes direcciones

Nicolás del Hierro: delhierrop@terra.es

Francisco Caro: franciscocaro@terra.es

martes, 28 de octubre de 2008

Jesús Aparicio y "Las cuartillas de un náufrago"


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Jesús, amigo


Hace unos días que terminé de repasar tu poemario “Las cuartillas de un náufrago” y a lo largo de toda su lectura me ha quedado un sabor a hierba, a árbol libre, a serenidad y a concilio con la Naturaleza, que me reconcilia con el verso. Entre tanto poemario actual que intenta sorprender al lector con el único argumento de retorcer la realidad, es un vaso de agua fresca encontrarse en medio de este bosque que has ido creando día a día a tu alrededor con la simple contemplación.

No sé si fue querido desde el principio la anotación de las fechas o si ha surgido después, en el momento de concebir el libro, pero es sin duda uno de sus aciertos. Trasmite al lector esa sucesión de momentos en los cuales no sólo notas sino que anotas la relación de tu espíritu, de tu estado anímico, con tu alrededor. Y aunque en la labor del poeta, que es tu caso, hay mucho de creación, de recreación de la realidad, el hecho de hacerlo aparecer como un diario trasmite con intensidad la circunstancia que hizo surgir el poema.

Hay en todo él un toque horaciano de aceptación. Si en la primera parte es más clara la tensión que surge del interior y busca en la naturaleza, he creído ver en la segunda un paso más, que no es otro que la de haber encontrado en la sencillez de lo natural, la sencillez del vivir como guía y virtud. (El poema de la nuez es paradigmático en este aspecto).

“Las cuartillas de un náufrago” es un libro de poesía que aúna fondo y forma, se escribe como se piensa, como se siente. Esa economía de lenguaje, tan lejos de lo adusto como de lo sintético, ese discurrir de los versos sin forzar las formas, buscando simplemente la elegancia en el discurso, se adecua perfectamente al mensaje del poemario.

Creo que es un texto que te fija como poeta, que establece las coordenadas, las atalayas, desde donde vigilar tu quehacer poético, por otra parte ya bastante extenso.

Lo he leído, releído, con placer. Tengo el libro al alcance de la mano.

(Tras escribir esto he vuelto a leer “14 de febrero de 2006”, dime si no es cierto lo dicho)

Tu amigo, Francisco Caro

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De cómo a fuerza del amor parte una nuez


La busco, todavía
no ha caído del árbol.
La espero, pinto el cielo
con tintero de hierba.
La miro, se va haciendo
familiar a mi mano.
La cojo, la comprimo
con el alma, sin miedo,
cuidando que no salte
y huya y la pierda. Cruje.
Se me abre y me relajo.
Le arranco el corazón.
Se deshace en mi boca.

(25 de noviembre de 2006)

De "Las cuartillas de un náufrago" Ediciones Vitruvio. 2008. Colección Baños del Carmen.
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Jesús Aparicio González vive en Cabanillas del Campo, Guadalajara.

Nació en Brihuega(Guadalajara) el 29 de Julio de 1961.

Tiene 7 libros de poemas publicados. Poemas como pasos (1981) Sendas del corazón (1988) Como trago de agua fresca (1991) Las caras del espejo (1996) La casa del siervo (1999) Con distinta agua (2003) y El sueño del león (2005)

Su correo electrónico: jesapagon@telefonica.net
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miércoles, 22 de octubre de 2008

Antolín Amador y "Las letras pequeñas"

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(La verdad es que no solemos vernos en librerías, sino en otras ías)

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Antolín Amador es un poeta de raza, de rabia. Dueño de un lenguaje repartido, mitad por mitad, entre el el cuero y el metal, atiende a las provocaciones de lo cotidiano con una mirada inteligente, proletaria. elegante. Mira el ras de las cosas sabiendo que en ellas vive la trascendencia, y esa debe ser la tentación fundamental del poeta, mirar y ver. Después decir. Y es en el decir en donde se produce el segundo milagro. Antolin es dueño de un atuendo de palabras que no pasa desapercibido, que dirige sus disparos al centro de nuestra inteligencia, lugar en donde él sitúa el hangar de las emociones.

Tal vez por eso le concedieron un premio que, últimamente, parece muy atento a descubrir poetas con miradas sospechosas de no comulgar con rutinas de aldea. El libro titulado "Las letras pequeñas", se presenta el viernes 24 de octubre en Manzanares. Allí estaré, acompañándole.

Os dejo un anticipo, un poema. El que abre el libro.

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Conozco nuevas maneras de estar solo

Recuerdo que antes, mucho antes de ti
y de las noches quietas sin zapatos,
solía conformarme
con el olor a césped de tercera
y el ruido del camión de la basura.
Un murciélago hacía fuegos artificiales
con las farolas
y yo me convencía de inmediato
de la capacidad de acción de las metáforas.

Antes había poco de mí que fuese fácil.
Los dedos parecían una urdimbre
perfecta
para que la caricia
no volviera a encontrarse satisfecha.
Y la voz, la voz sólo era una excusa
para matar el tiempo
sin que se me notasen las derrotas.

Y no es que me resulte complicado
transcurrir rodeado de adjetivos,
lo que pasa
es que conozco nuevas maneras de estar solo
que me hacen intuir

que nunca volveré a ser demostrable.

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martes, 14 de octubre de 2008

Pan de trigo


Pan de Trigo es un grupo poético que, dirigido por Isabel delRey y desde hace casi 20 años, mantiene viva la poesía en La Solana (Ciudad Real). Entre otras actividades, publica, con el mismo nombre, una revista de creación poética y diversos poemarios. También mantiene un certamen poético que se culmina en uno de los sábados de octubre, justo cuando la vendimia agoniza.

El pasado dá 11 se leyeron los poemas seleccionados de Francisco Caro, Manuel Laespada y Alfonso Ponce. Obtuvo uno de los premios el titulado De los campos, de nosotros, que ofrecemos a continuación.



DE LOS CAMPOS, DE NOSOTROS


Hoy estáis solos,
campos que fuerais antes
de yunta y hoz.


En préstamo he tomado este vacío,
el reino pobre de las tierras negras
y de la flor agreste del arzollo.
De estos campos sin nadie, cereales,
que antes fueran praderas de fervor,
hago mías sus densas amapolas,
hago mío su espejo de abandono,
hago mías sus lindes,
las quejas vomitadas
de un callado volcán, mío su llanto.



Pasaron los verdugos, son los restos
del fruto de sus hachas; agostaron
la canción campesina, los sudores,
y nada queda ya, sólo pureza
de una luz que reparte sus harapos
por las cumbres cercanas de los cerros,
de una luz sin piedad, infinitiva,
que supo de estas tierras
-celestes, calatravas-
y ya es sólo tangencia, voz en duda.


Aquí fuera tu cuerpo, en viejos trigos,
aquí fuera el afán, nuestro cansancio,
aquí la dócil presa de tus ingles,
aquí los soles turbios y las tardes
disputadas al lila de los brezos;
aquí celara el sol nuestras prisiones,
abatidas, carnales; fueran verdes
barrotes las espigas,
como tersos poemas
verticales de un libro que guardamos.



En estas tierras altas, labrantías,
que habitamos tú y yo y el solitario
divagar de la yunta rompedora,
tan sólo tibio el cierzo nos recuerda.
Yo he tomado prestado su vacío,
el daño de tu piel, su débil cielo,
y esta tarde sin sol, sin ti, buscada,
por salvar de la ruina
tu voz y lo que fuimos,
estos días tan últimos de mayo.



Ya sé que terminó la juventud;
sé que guarda la tierra en su memoria
los deseos entonces esparcidos,
y que no he de volver.
Con el viento,
aire solo sin fe ni caridades,
trae la noche sabor a despedida,
a cólera serena, que desciende
horizontal y escrita, como un verso,
sobre aquello que fuera nuestro gozo.

Como amara tu cuerpo,
tu rumor y tu nombre,
los amo todavía:
campos de soledad, callada patria.
***

lunes, 15 de septiembre de 2008

Un novelista manchego


Se llama Alejandro García Calatayud y ejerce como profesor de inglés en la localidad de Almagro. Es un buen narrador. lo pueden comprobar en la siguiente dirección

www.xiloca.com/data/Bases%20datos/Literatura/6173.pdf

en donde se ofrece, en 34 páginas, una vívida visión de los días en llamas del 35 al 39 en la capital manchega a través del diario de un maestro, testigo y protagonista.

En estos últimos días ha obtenido el premio "Salvador García Aguilar" con su novela "La escuela".

Sin duda que es un autor a tener en cuenta.



miércoles, 10 de septiembre de 2008

Natividad Cepeda: poeta del amor


Natividad Cepeda es mujer, poeta y manchega. Vive en Tomelloso, donde nació y donde escribe. Hace unos días recibió en Villanueva de los Infantes un premio importante por cantar el paisaje manchego en los alrededores de la agreste pastora Marcela. Un precioso poema donde el amor hace libre a la mujer.

Natividad vino a la poesía de la mano de Valentín Arteaga, lo cual es una garantía de sensibilidad y buen hacer; desde entonces ha publicado cuatro libros de poesía: Poemas para un hombre, Sólo creo que llueve, Palabras desde el silencio y el reciente Memorial de amor y leyenda.

Estoy leyendo este último libro, editado por Hipálage. Hay versos de largo aliento y contenido. Hay poemas que atienden fundamentalmente al amor como afán, como liberación. Hay una cervantina Dulcinea que organiza el discurso poético de la pasión en el deseo. Hay un componente de luz manchega, de aire de llanura herida, de cal, de albas candeales, de hombres, del hombre presentido con quien aguardar la primavera.

El poema es siempre una verdad indiscutible acotada por la música y la emoción. Así escribe Natividad. Leanla.




EN TI QUIERO QUEDARME

Rescato un sueño pétreo entre abedules y robles
como un grumo de vida que se yergue
en la atalaya de un otoño fósil por el que voy subiendo.
Y me llama mi Hidalgo.
Me nombra con su voz abarcable
por mi aldea que es reino del amor.
La leyenda se funde por todos los caminos de la Tierra.
Por ellos va la melancólica pasión de un caballero,
y llega su peregrinar hasta la tierra americana
y en Asia, son piel de loto y samurai con yelmo
sus aventuras. Magia que por amor resurge.
Regresas, y a tu amparo del ideal humano
los pueblos se cobijan en su tamiz de siglos.
Todos te buscan. En las viejas posadas y albergues
llegan preguntando por nosotros viajeros
que sueñan encontrarnos entre heráldicos escudos,
libros de hojas desgastadas y velas que arden
en conventos. Vacía yazgo porque tu no me habitas.
Mi epílogo eres tú. En ti quiero quedarme.
Regreso de un espejo de siglos para afimar
que tú eres el único amor de Dulcinea.

martes, 9 de septiembre de 2008

Julián Creis: un hombre bueno


Valdepeñero de nación y sentimiento, hombre generoso, amplio de emociones y de amigos, Julián Creis recibió el afecto de sus paisanos y de los poetas el pasado domingo 7 de septiembre en la bodega que el grupo A-7 posee en Valdepeñas.

Rodeado de las personas que le quieren soportó con su tranquilidad habitual las declaraciones de afectos y méritos. Intervinieron Joaquín Benito de Lucas, Emilio Ruiz Parra, Manuel López Azorín, Enrique Gracia Trinidad, Nicolás del Hierro y José Luis Morales. Presidió el acto Jesús Martín, alcalde de Valdepeñas, junto a Agustín, presidente de la fundacion A-7 que dirigiera el recordado Paco Creis.

Julián, que agradeció el cariño que reconoció en participantes y asistentes y no alegó otro mérito sino el de haber hecho lo creyó que debía hacer, leyó algunos de sus poemas, especialmete los dedicados a su mujer Maruja (que adjuntamos) y a los lugares que lo han acogido en su devenir profesional.

Tras el acto, un aperitivo compartido en el patio empedrado de la bodega sirvió para compartir charla y amistades. Un fresquísimo "Agora", buscado y degustado, sirvió de catalizador para los contertulios. Pudimos ver a poetas como Miguel Galanes, Natividad Cepeda, Nieves Fernández, Eugenio Arce, Pedro Antonio González Moreno, Lola de la Serna, Manuel Cortijo, Pilar Aroca, Juan Pedro Carrasco, Esteban Rodriguez, Delfín Yeste... además de los intervinientes citados.

Matías y Cristina fueron los manijeros en este comienzo de curso poético. A su cargo estuvo el acto y la edición impresa de los versos de Julián. Gracias.



PAISAJE TOTAL


A Maruja


La tierra es solo paisaje inerte,
el agua es su alma y es su vida.
Tú, en mi tierra inhóspita
has sido, primero, fuente cantarina,
después río caudaloso que todo vivifica.

En el trigal dorado,
en las enredaderas amarillas del otoño,
tu dulzura fructifica en racimos
de besos color de atardecer.

Mi tierra sin ti es sólo oscuridad profunda.
Tú eres mi paisaje total,
mi geografía y mi universo,
porque tus ojos son mi luz.

domingo, 18 de mayo de 2008

VERBO AZUL




Acunados por las manos caricia de Ana Garrido y Juan José Alcolea, un grupo de narradores y poetas forman el grupo Verbo Azul. Tienen su centro en Alcorcón, donde surgieron, y a cuyos vecinos sirven, pero cada vez cuentan con más seguidores en toda España. Su bien hacer, su cercanía son señas de identidad.

Cada año editan una ANTOLOGIA que recoge poemas y narraciones de sus miembros. La de 2008 es la número siete.

Podemos encontrar a

Concha Vidal

Ella tenía la paz en los tobillos,
extraño si se cuenta, pero si se cuenta en serio
son el andamiaje perfecto para comenzar el día.

Celia Bautista

Tú que has sido mujer en el silencio
y has crecido hacia dentro como crece
la esencia mineral que han dejado los siglos.

José Manuel Fernández Febles

Desde mi ventana veo,
con párpados sin luz,
la humana sensación de un misterio que amanece.

Juan José Alcolea

Este oscuro silencio que me llama
con su oculto sigilo tan sublime,
esta ausencia de dioses marginales...

Paquita Navarrete

Respiramos el mismo aire
en distinta habitación:
me sientes, te siento...

Antonia Pons

Se alargan las horas y encoge el tiempo
sobre la sombra de las higueras
en un mundo que ya no es mío ni me conoce.

Antonio Pascual

Atrapado en los labios de tu estanque,
mi voz encontró refugio y palabra
como aquel minotauro malherido...

Olga Pais

Ellos, con otro nombre,
dejaron sin ruido sus huellas
convirtieron la sed en copa y bebimos del verso.

Ana Garrido

No quiero hablar del mar
que están los lirios
quebrándose de sol por los cantiles.

Hortensia Higuero

Debí nacer como los peces
entre restos de un naufragio.
Debí nacer sin ojos, porque busqué la luz...

Armando Gallego

Es preciso recorrer
su horizonte con nuestros dedos
cuando todo lo que sangra son flores...

José Madrid

La cortedad de los días
con ese sol macilento
tratando de abrirse paso...

Santiago J. Miranda

Amas con nuevos sentidos
la rediviva carne
hecha gloria de dos.

Cristina Cocca

Sobre la mesa
dejas secar un cactus, olvidas el periódico
y se pierden tus gafas porque no quieres ver.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Sobre"Las sílabas de noche"

Artículo de Nicolás del Hierro



El personal estilo de Francisco Caro


“Pero de lo que no le quedará duda a ese mismo lector/escritor es de hallarse ante una poética personal donde el estilo y el vocablo son dos inmaculadas perfecciones”



Con el libro “Las Sílabas de Noche”, que acaba de emerger en el mundo de las publicaciones, Francisco Caro se alzó con el Premio “Juan Alcaide” de Poesía en su convocatoria del año 2007. Es éste su cuarto libro publicado, pero es muy significativo que, a punto de aparecer el quinto de sus poemarios, “Lecciones de cosas”, Premio “Ciudad de Zaragoza” 2008, en poco más de dos años, Paco está logrando imponer su actividad y acierto en el panorama poético español. Cada uno de sus títulos se ha visto avalado por su respectivo galardón, amén del que ocupó el segundo lugar en su particular “parrilla de salida” (permitidme el símil deportivo ahora que Alonso y Lorenzo están en la mente de los más), que fuera publicado en la Col. “Ojo de pez”, que prestigia la creación literaria desde la Biblioteca de Autores Manchegos, editada por la Excma. Diputación Provincial de Ciudad Real.

Francisco Caro, Piedrabuena (C.Real), 1947, que ha desarrollado su actividad profesional en la docencia como profesor de Historia en institutos de secundaria, tras ganar con sendos poemas los premios “Ángel Crespo” y “Jorge Manrique”, irrumpió en la poesía española con su libro “Salvo de ti”, galardonado con el primer premio que concediera a un poemario la Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha, y que el 2006 publicara Ediciones Vitruvio en su colección Baños del Carmen. Fue ésta, su primera salida, como cuando un torero (y nos apoyamos en otro símil distinto) abre la puerta grande de La Ventas o la del Príncipe en La Maestranza. Cierto que la poesía es mucho más minoritaria que la llamada Fiesta Nacional, pero lo que no puede quitarle nadie es que sea una fiesta para el espíritu, aunque la disfruten sólo unos pocos.


Visto así, a cualquiera podría parecerle fácil el camino, pero hay que tener méritos para ganárselo. Llegado ya con años a la poesía, es el de Caro un ejemplo de acierto personal. Por la prominencia de sus libros puede a algunos parecerles un ciclón. Él, irónicamente, y cuando alguien le hace referencias similares, acostumbra a decir que no tiene demasiado tiempo que perder. Y así lo aprovecha, porque no da puntada sin hilo. Su cualidad y modo de hacer poético le valió y le vale para que se conjuguen en él las mayores esperanza. Singular, estudioso de mil lecturas previas, antes de lanzarse a la productividad del cultivo poético, tuvo y tiene muy claro la semilla con la que ha alimentar el surco del verso. Despojado su estilo de casi todo artificio, sin apenas adjetivos, profunda su palabra, en buena parte de sus poemas algún lector podrá dudar si, temáticamente, el poeta se está refiriendo a la mujer, a la propia palabra o a la misma poesía, como búsqueda de una verdad estética. Pero de lo que no le quedará duda a ese mismo lector/escritor es de hallarse ante una poética personal donde el estilo y el vocablo son dos inmaculadas perfecciones.


Hablamos ahora, escribimos aquí sobre “Las Sílabas de Noche”, que se presentara el pasado domingo día 27 en Valdepeñas, como origen del premio y cuna del maestro Juan Alcaide, y cuando cinco días antes (martes, 22) en la Casa de Castilla-La Mancha en Madrid, con un salón abarrotado por unas ciento veinte personas, la mayoría poetas, se llevó a efecto un acto similar; pero antes y en su tiempo, en estas misma páginas de LANZA, ya habíamos comentado sus libros “Salvo de ti” y “Mientras la luz” porque desde el principio estábamos seguros del acertado estilo de Francisco Caro. Un estilo propio y personal, singular insistimos. No olvidemos nunca que en cualquier manifestación artística lo que cuenta y debe elogiarse es la originalidad. Francisco Caro desmocha de adjetivos el árbol de su poema, para dejarlo puro y limpio en la imagen, libre de hojarascas y ampulosas metáforas. Ya hemos referido alguna vez su inclinación por el desnudo idiomático de Juan Ramón Jiménez y Pedro Salinas, que en este libro podemos incrementarlo con el de Adonis: “Sea viaje a su verso nuestro viaje”.


“Las Sílabas de Noche”, con un dibujo en portada de otro piedrabuenero ilustre, el pintor Castrortega, se nos presenta como un viaje literario; un viaje por ese tema triangular de mujer/palabra/poesía, a la par que nos lleva por algunos lugares de la España que ama y ha vivido (“Campos de Calatrava”, “Barcelona”...), y nos acerca a poetas de su estima, como el ya citado Juan Ramón (“porque a veces el caos / acude silencioso / y los poemas crecen / sobre palabras curvas”), o a Ángel Crespo, (nos descubre, nos abraza / hasta ser atavío”) al tiempo que no deja de llevarnos por del mundo que una vez conociera en la esencia del mismo: Messina, Alejandría, Albania, o por los mares que ya estaban en las literaturas clásicas: el Egeo o el de Mármara. Por último, o por principio, a modo de un modernismo clásico, el libro se nos abre con un poema pórtico, “Liturgia para una iniciación”: “oficiaré de luz / tú serás / codicia y don, la noche / que en el ara se ofrece”. Y luego tres estancias sencillamente enumeradas, para terminar con un sentencioso y concreto Cabo: “no debemos / aceptar más palabras”.

viernes, 9 de mayo de 2008

Manuel R. Mora presenta "Los caminos encontrados"




Ayer, 8 de mayo, a las 8 de la tarde, se presentó en el Salón de Actos de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) el libro “Los caminos encontrados”, del periodista Manuel R. Mora, que hace días lo fue en Ciudad Real. En el acto intervinieron los periodistas Carlos G. Reigosa y Pedro García Domínguez. El primero señaló los motivos por los que consideraba a la novela de Mora de uns calidad y densidad encomiable, sobre todo por su capacidad para crear una atmósfera en el que cabe el lector. Pedro resaltó la propiedad del lenguaje utilizado, la exacta definición de los personajes, la enorme capacidad de las mujeres que la transitan para expresar sentimientos, la tentación a las acciones por parte de los personajes masculinos, pero sobre todo la belleza definitiva de su final, el encuentro de los caminos.

“Los caminos encontrados”, de Ézaro Ediciones, cuenta la historia de dos suicidios, el de una joven de 17 años y el de su padre, ocurrido meses después, en la madrugada del 9 de enero de 1960, que van a convertirse en la llave de que abre un reguero de historias cruzadas que la memoria colectiva de un pueblo tenía enterradas y que al cabo de los años acaban por desvelar su sorprendente y asombrosa realidad; porque casi nada fue como pareció que había sido.

El miedo a recordar se revela como el guardián más eficaz del silencio de un pueblo. Después de una guerra fraticida, cada memoria se convierte en una cárcel blindada, y el olvido se extiende como una consecuencia natural de la tragedia, hasta que un vendaval de preguntas y respuestas quiebra las rejas, descoyunta la prisión, y la verdad fluye inconteniblemente. Todo un pueblo se mueve y palpita en esta obra de una altura creativa que conmueve y entusiasma.


Manuel R. Mora dijo que no ha escrito sobre una guerra, sino sobre lo que ocurre después de ella, que no ha buscado ni el fragor de la batalla ni la clave de su sinrazón, que prefiere como sujeto literario al pueblo malherido que sobrevive a pesar –y por encima- de los recuerdos, sin esperar ninguna redención. Habló de la memoria y la violencia como personajes no invitados que impusieron su aliento mientras la novela estaba siendo escrita. También que en ella se incluye la narración exacta de un hecho histórico, la muerte del maquis Ramón Guerreiro (a. Julio), un comunista gallego que ejercía como jefe de la Segunda Agrupación Guerrilera en una emboscada de la contrapartida. Advirtió además de un pequeño juego con los lectores: difuminados entre su prosa, y sin guiño ninguno, se encuentran fragmentos de García Márquez, de Vargas Llosa, de Joyce, de Prust... al tiempo que nos animaba a descubrirlos.



Manuel R. Mora (Piedrabuena, Ciudad Real, 1942). Redactor de “La Gaceta del Norte”, fue uno de los fundadores de “Diario 16”, subdirector del semanario “Cambio 16” y corresponsal en España del Canal 13 de la televisión mexicana. De 1983 a 1985 fue director de Información Nacional de EFE. Desde 1985, y destacado por la Agencia, estuvo en Panamá, Colombia y México. Coleccionó caprichos americanos y se retiró del periodismo en el año 2000. Vive en Madrid, donde, apenas sin nostalgia de su profesión, escribe.


Los caminos encontrados
Manuel R. Mora
Ézaro ediciones. 2008
22 euros

jueves, 8 de mayo de 2008

NOTICIA DE MIGUEL GALANES


“EL ARTE DE LA ILUSIÓN. ELOGIO DE LA DIGNIDAD”: NOTICIA PASADA Y ACTUAL DE MIGUEL GALANES


Francisco Caro



El último libro de Miguel Galanes, “El arte de la ilusión. Elogio de la dignidad” es un libro inusual y hermoso.

Inusual porque aunque el título sugiera una continuidad con el anterior- “El arte de la profanación. Elogio de la individualidad”- no hay tal. En esta ocasión el autor se despega de los modelos literarios que otros han forjado y con los que viajó en busca de la singularidad del existir que hiciera en el anterior. Ahora, en este nuevo libro, articula un complejo y novedoso territorio en donde buscarse a través de diversos caminos. Caminos entre los que se advierten la permanencia de su afán literario, animal abocado a la escritura; la necesidad de introspección en sus intereses personales más íntimos: religiosos, familiares, poéticos; la violencia moral que le provoca la destrucción del paisaje físico, tal vez del humano, de su tierra... a más de otros que el lector futuro y atento debe averiguar, como también la de múltiples senderos afluentes por donde acuden a los caminos del tiempo los soles de la espera, o la voz tan real como figurada de La Mancha. Y todo ello conjugado en el singular de la persona primera.

Hermoso porque el poeta -en este caso ensayista- no se desnuda, sencillamente se busca, se recorre a sí mismo ante la vista de todos los lectores y se recorre en sus deseos, en sus crisis, en sus ambiciones, en su historia, en su conciencia y amigos, en sus debates, en sus lecturas, en sus escritos, en su deseo de ser uno y ser digno. Uno en su única vida y digno en la necesidad de una herencia que se deja porque se recibió. No es fácil, pero es necesario. Porque es necesario para todo hombre, cuando se frisan la mitad de los cincuenta años, buscar y usar de la balanza, medirse en el qué he sido, dónde estoy y cómo debo mirar lo que me espera. Materia frente a espíritu. Es el enigma de la edad que nadie puede resolvernos; pero es el caso que en Miguel Galanes, y ahí está su estatura de escritor, tal balance se hace público sin miedo a través de una palabra culta, pretendidamente clara, reflexiva y serena. Sin miedo hacia donde se incline el fiel. Porque el intento de Miguel no es ajustar cuentas sino saber del aire y del espacio necesario para la salvación, cuando se está, usemos las palabras de Dante, “en mitad del camino de la muerte, en mitad del camino de la vida”.

Amalgama sutil de la plata de los días y su mercurio, es “El arte de la ilusión” un libro inusual y hermoso porque se estructura como un extraño y ordenado dietario, recuperado en parte, porque en, sobre y entre los textos grises de lo escrito en el pasado, -cuadernos amarillos, los llama él- se reparten e imbrican las reflexiones presentes, las cuales reafirman, matizan o contradicen los estados anímicos y las ambiciones morales que los escritos recuperados ponen sobre la mesa del tiempo actual, mientras que por los intersticios se introducen, de forma casi violenta, los vigores de la infancia, la frescura de las higueras idas y las norias, las cavilaciones y los diálogos que rodean a Iluminado de Néminis, trasunto del autor, las campanadas de las citas de escritores leídos y anotados, la necesidad del silencio como la forma más severa de la dignidad; y porque, en todo ello, las constantes oposiciones entre abatimiento e ilusión, entre literatura y vida, entre pasado y presente actúan como las tres dimensiones de su espacio íntimo; de un espacio íntimo que, sin renunciar al análisis, se acepta en la conformidad. Para contarlo, el mundo y la prosa de Miguel Galanes se mueven con clarividencia desde el instinto a la intuición, desde el ansia interior a la exterior y desde la conciencia de las sensaciones a su inteligencia.


De algunas de estas cosas se habló durante la tarde del último 30 de abril en la Biblioteca Histórica “Marqués de Valdecilla”, de la Complutense -mientras en los pueblos manchegos las rondallas se preparaban para levantar el grito primaveral y redivivo de los mayos y ante un público tan numeroso que obligó a gran número de los asistentes a seguir el acto en pie- por parte del profesor Luis Martínez de Velasco, que presentó la obra después que Antonio Lázaro recorriese los motivos de la edición por el servicio que dirige y poco antes de que el poeta de Daimiel recordara el espíritu reflexivo que presidió la elaboración del libro, se reafirmase en la convicción de que se aprende tanto de lo vivido como de lo leído y nos advirtiera que el camino a recorrer para vivir con dignidad no es otro sino el de comprender la dignidad de la vida, sólo entonces.


El arte de la ilusión. Elogio de la dignidad
Miguel Galanes
Servicio de Publicaciones de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Toledo. 2008

lunes, 28 de abril de 2008

Las sílabas de noche



En Madrid y en Valdepeñas, el 22 y el 27 de abril, se presentó el libro de Francisco Caro Las sílabas de noche, ganador del premio Juan Alcaide del año 2007. La presentación estuvo a cargo de Matías Barchino, además intervinieron Julián Creis, presidente del AAJA, y Nicolás del Hierro (en Madrid). Los numerosos asistentes -asociados, poetas, amigos y amigos poetas- a las dos presentaciones fueron obsequiados con un ejemplar del libro por gentileza de la Asociación de Amigos de Juan Alcaide, organizadora del premio.

El libro, cuidadosamente editado en Valdepeñas, muestra en la portada un dibujo de Pedro Castrortega expresamente realizado para la edición.

En la presentación de Madrid, el autor contó con la estimable colaboración de Carmen Feito, magistral declamadora, para leer algunos de sus poemas.
____________
La Palabra
Cómo no recordarte.

Me dejaste en el móvil,
un número arrugado: te llamé.

No sé si te llamé gata confesa
o lluvia equivocada;
y tú viniste.

Cómo no recordarte.

Cómo no recordar tu piel tabaco
cada vez que me curan los mordiscos.

miércoles, 16 de abril de 2008

Presentación


Aula Literaria “Juan Alcaide”


Casa de Castilla – La Mancha en Madrid

Presentación del libro
Las sílabas de noche
de Francisco Caro

Premio de poesía “Juan Alcaide” 2007

Intervendrán Nicolás del Hierro, director del aula; Julián Creis, presidente de la Asociación “Amigos de Juan Alcaide” y Matías Barchino, profesor de la UCLM

Martes, 22 de abril, 19,30 horas Calle Paz, 4 1º

jueves, 10 de abril de 2008

Celia Bautista, una amiga que ve sus versos considerados


Celia Bautista es una voz poética consolidada, una mujer que pule día a día unos versos basados en la pureza del decir, en la provocación de la vida.

Durante el comienzo de este 2008 su tarea ha sido reconocida con diversos galardones. En Córdoba, con el poemario El ritmo de las sombras le fue concedido el premio "Leonor" y más recientemente el premio "Villa de Peligros" con A orillas de la carne.






Ofrecemos uno de sus poemas:






Mírala como mira

La luz de la que os hablo
tiene forma de una
palabra en llamas
y huele a corazón recién nacido.
Mírala como mira.
¿No la ves?
Suena a nana que mece al desencanto.
Calla, no digas nada.
Sólo espera
que te llene de alas los bolsillos.
Después ya no serás
el mismo que hasta ahora.
Serás tierra abonada
donde el canto germine.








miércoles, 12 de marzo de 2008

Las secuelas del frío

Es el título del libro con el que Luis García Pérez obtuvo el premio de poesía Luis Feria 2007 que otorga la Universidad de La Laguna.
Es un libro exquisito, bien estructurado y mejor resuelto.

De él este poema:

BAJO LA TEMPESTAD

Las águilas acechan, inclementes,
la frágil osamenta de los seres
y un misil ostentoso despliega por el aire
la hiel de sus aristas.
No existe compasión,
y los buitres proyectan su sombra delatora
sobre los corporales de la nieve
esperando el momento decisivo
para lanzar su ataque más certero.

Arrecia la tormenta.
Todo el llanto
se derrama en los pálidos terrones,
y el barro se desliza hacia el abismo
donde pone su rúbrica la muerte.

jueves, 6 de marzo de 2008

Dos amigos premiados




Vicente Martín y Juan José Alcolea son dos poetas amigos. Y son dos grandes poetas.

En estos días hemos conocido que sus versos han sido reconocidos con dos importantes premios.
Vicente ha obtenido con su poemario "Y de repente el mar" el afamado "Rodrigo de Cota" que otorga el Ayuntamiento de Toledo, y Juan José el no menos prestigioso Premio Nacional de Poesía de Peñaranda de Bracamonente con el poema "Mirad" .
Este Blog se siente orgulloso de ambos y publicará en breve una muestra de su buen hacer.
Arriba, Vicente Martín, abajo, Juan José Alcolea

miércoles, 27 de febrero de 2008

La magnitud de los puentes rotos



Un artículo de Nicolás del Hierro
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Pedro A. González Moreno, con la publicación de esta novela, Los puentes rotos (Calambur. 2007), y ya reconocida su obra anterior, viene a justificar en plena juventud su maestría dentro de cualquier terreno de la literatura. Principalmente poeta, recurre con frecuencia a la metáfora, incluso por la selección y utilización del vocablo eleva la narrativa hasta una expresión lírica que puede recordarnos la mejor novelística del boom sudamericano. Pero, contrario a aquéllos, no es el suyo un realismo fantástico, sino una fantasía real que nos cuenta cómo buena parte de nuestra sociedad vive en tribulación individualizada. Es el oscuro sello de la soledad colectiva acercándose al naufragio, cuando la rotura de los puentes no permite llegar de una a otra orilla.

La acción temática se desarrolla sin referencia al orden numérico de sus apartados. Sin embargo, las piezas de este puzzle no falsean en nada el mosaico de la narración; el lector queda prendido por el acierto literario. Aunque llevada en tercera persona, muchas veces escribe desde los propios personajes, y sus pensamientos tejen un trenzado con la demostración de un idioma culto y sencillo a la par; minucioso y detallista, monologuizante en ocasiones, en otras saben poner su desarrollo al servicio de un autor omnisciente que amarra al lector.

Yo no afirmaría, aun cuando se diga en la sinopsis de la novela, que son tres los principales personajes de la misma; pues el origen de toda esta narración radica en ese padre de carácter firme y en la apacible madre, incluso en Laura, la sufrida novia que lleva “toda la vida despidiéndose” y que permanecen en el pueblo. Sobre todo radica en aquél, en el viejo Juan. Importante es la tenacidad del hombre rural, su obsesión de padre, convencido de que todo lo suyo y cuanto viene desde sus orígenes dinásticos quedará roto con el curso de su vida y tras la metamorfosis social que acosa a su familia dado el avance cultural del hijo, su carrera y su marcha del pueblo. Se crea aquí un drama social repetido y multiplicado en el amplio espectro de las zonas agrícolas, que sufriera España en los principios del último medio siglo. Si ello no fuera así no reconocería el propio narrador en el pensamiento del principal personaje, Pablo, hijo de aquel hombre de campo, que, al final, “sólo la sombra de su padre y la de los demás muertos de la casa se pasearían por allí, errantes y desconcertados, sin la cercanía ni el calor de los vivos”. (Pag. 282). El cambio de rumbo social deja solos en los pueblos a esos hombres de esfuerzos agrícolas y mujeres rurales con olor a orzas antiguas y cocinas con sabor a aceite de oliva virgen. “Los hombres del campo están obligados a morirse en el campo”, recuerda Pablo en una rotunda afirmación del padre.

Luego sí, a través de esos tres personajes: un profesor inconformista y rebelde, un oficinista recién separado y un viejo poeta sin éxito, irán surgiendo algunas escenas del Madrid actual, de la España presente. La principal simbología de “Los puentes rotos” nos está mostrando una sociedad fría, escéptica y repleta de individualismos e incomprensiones. La ruptura de los puentes es casi siempre la falta de entendimiento, porque cada quien va a lo suyo, incluso tratándose sólo de amistad. Buena parte de los personajes (Anselmo, Alberto, Angelines...) no son otra cosa que marionetas en círculos dominados por los silentes don Leandro y don Lorenzo. Entre unos y otros está el comportamiento de Pablo que, como diría un pasota, “va a su bola”, porque lo que busca es ser él, sabiéndose muela importante en la rueda de la vida.
Podría pensarse que Anselmo y Alberto son vidas paralelas, aunque aquél desarrolle su trabajo en un colegio y escriba versos, y éste cumpla con su jornada laboral en una oficina y lea novelas policíacas; pero ambos están envueltos por una existencia vacía, un presente nulo y un futuro sin caminos.

Muy diferente a los personajes del poeta y el oficinista, es el del profesor inconformista y rebelde. Sobre Pablo pesa y se mantiene toda la fuerza de la novela. Tenemos símbolos de su infancia con los que juega el subconsciente: la araña y sus telas. Varias veces recurre a este entramado de hilos, ya sean los que teje el propio padre en la cámara, la situación de Alberto ante la psicoanalista o también la que encontramos en Anselmo del Álamo cuando recuerda a Ariadna dentro de su laberinto.

Quizá porque un similar entramado está en la vida de casi todos ellos, a tela de araña es suplantada por un puzzle, que viene a ser un laberinto similar, con la diferencia que en aquélla los personajes han de luchar por construirla y en éste es el personaje quien construye. Otras dos estelas que perduran en el recuerdo infantil de Pablo son los pozos, como puertas de infierno a manera dantesca, y la higuera que talara el padre, pero que no impidió con ello su fantástica disposición hacia las ensoñaciones que, desde la retentiva, flotaban en la mente del profesor recordando al muchacho.

Estas escenas, hijas de la infancia y de la adolescencia, se mezclan y entrelazan con otras más cercanas, pero que dan forma literaria a una fantasía realista y tétrica, como son aquellas que se nos narran tras la subida a la cámara donde el padre se ahorca, el encuentro con sus cosas personales y luego cuando éstas son quemadas o recordando las que se produjeran 20 años antes con la también quema y exterminio de los árboles frutales que Juan, el padre, tenía en la huerta y acabó por no dejar ni uno, convencido de que toda la familiar labor de agricultura terminaba al extinguirse su propia existencia.

A pesar de ello hay en todo una gran ternura y sensibilidad por parte del hijo recordando al padre, destreza literaria como dominio de autor. Y es que, de lo que no nos cabe duda es de hallarnos ante un novelista que, aun siendo un extraordinario poeta, dado el acierto y magnitud de su primera novela, puede que le aguarde una rica metamorfosis de géneros donde se imponga la narrativa como método futuro.


Fotografía de Nicolás del Hierro por Cristina F. Zambrano

viernes, 22 de febrero de 2008

"Lecciones de cosas", de Francisco Caro, obtiene el premio Ciudad de Zaragoza



El poemario Lecciones de cosas, de Francisco Caro ha obtenido el premio Ciudad de Zaragoza de poesía. El fallo se dio a conocer ayer, jueves 21 de febrero.


Entre los más de 350 trabajos presentados el jurado, cuyos miembros no se han dado a conocer, señaló el poemario de Caro para la concesión del primer premio. Fueron accésit los trabajos de Orlando Morejón, poeta cubano asentado en Zaragoza, y Antoni Casado de Rocha, traductor de Collins.


Esta prevista la edición de los trabajos coincidiendo con la Feria del Libro de Zaragoza que tradicionalmente se celebra a primeros de junio.


Fotografía: Cristina F. Zambrano
Poema: Alcohol
_____________
Como un hijo de puta
cualquiera que conozca de asesinos

como el indio
cualquiera al que París hubiese reventado

como cualquier de absenta y malaquita
poeta que maullara con los yambos,
que volcara botellas sobre hadas

este Rubén me tiene secuestrado

y muero cobre, pobre, tul con él,
como cualquier alcohol: sangre de boca.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Presentación en Madrid de MIENTRAS LA LUZ


El viernes, 15 de febrero, en la acogedora Sala Trovador, que regenta el poeta Jesús Javier Lázaro en la cercanía de la calle de las Huertas, se llevó a cabo la presentación de MIENTRAS LA LUZ, segundo poemario de Francisco Caro, poeta tardío.

La sala estaba repleta de amigos del autor y entre ellos algunos que además ejercen de poetas. Cabe citar entre estos a Pedro A. González Moreno, Miguel Galanes, Sonia Fides, Ana Garrido, Teo Rubio, Manuel Cortijo, Lola Murillo, Pablo Méndez, Julio Más, Juan Pedro Carrasco, Emilio Ruiz Parra, Pilar de Vicente-Gella y Antolín Amador.
Cristina Zambrano, de Habitación Desdoblada, hizo las fotografías. Y Maxi Rey, el ojo de la poesía madrileña, guardó en su archivo las imágenes.

Presentó el acto Nicolás del Hierro, hermano mayor poético de los allí presentes, con palabras tan cálidas como sencillas, para dar paso a la voz de los que intervenían.

José Luis Loarce, en nombre de la Diputación, editora de poemario en su prestigiada colección “Ojo de pez”, resaltó la oportunidad de ésta en el ambiente literario de la provincia y su indiscriminada apertura a modas y tendencias.

José Luis Morales, con su brillantez habitual, desgajó los entresijos del libro: su génesis, su argumento, su técnica. Hizo hincapié en el “don de la sobriedad” que acompaña al poeta desde su primer poemario, su capacidad para la insinuación y la síntesis, así como en las formas de su lenguaje: parcas y puras. El poemario, dijo, se constituye con los informes que la segunda mujer de un supuesto poeta castellano – vuelto, a mediados de los setenta, del exilio americano e instalado en Málaga- escribe a la primera mujer. A través de ellos es posible atisbar fragmentos de su cotidianeidad: amor, poesía y olvidos, miedos... Eso dijo.

Francisco Caro agradeció la asistencia de todos tanto como agradeció las palabras de sus compañeros de mesa, habló algo sobre el anterior título del libro, se mostró complacido con la edición y leyó, parsimoniosamente, algunos de los poemas.

El libro se terminó. Quiero decir los ejemplares que se pusieron a la venta, que no fueron pocos. La verdad es que el precio provocaba: 4,20 euros.

El acto concluyó con un vino manchego, blanco y fresco, que satisfizo.


MIENTRAS LA LUZ
Francisco Caro
Biblioteca de Autores Manchegos
Colección “Ojo de Pez”. Ciudad Real. 2007

4,20 euros.

sábado, 16 de febrero de 2008

Los puentes rotos

Artículo de Eulogio Carretero

Una excelente novela del manchego Pedro A. González Moreno (Calzada de Calatrava, 1960), ganadora del IX Premio Río Manzanares. Una novela notablemente elaborada, con un estudio bien definido de sus personajes, que arranca con una excelente presentación, tanto de escenografía como de puesta en marcha de sus protagonistas.
Podríamos empezar diciendo, sobre la original estructura de esta novela, que los seis primeros capítulos están dedicados a la presentación por orden y primacía de sus personajes. En el primer capítulo, el narrador (a través de un monólogo) nos presenta la figura de Pablo como principal protagonista de su historia, acercándonos y descubriéndonos el mundo de la ciudad –en este caso Madrid–. Un Madrid madrugador que despierta a la rutina. Un Madrid de mendigos, de rateros, de trabajadores supervivientes y conformistas cuya única lucha es llegar a fin de mes: “Gentes que no son de aquí y que tal vez no serán nunca de ninguna parte: hombres y mujeres que tuvieron algún día una infancia feliz de la que no se acuerdan o que prefieren no recordar”.El autor nos perfila una serie de circunstancias y personajes cotidianos de la ciudad, que van a ser los protagonistas del relato (“héroes de qué historia sin héroes”) y nos muestra la condición de Pablo, un profesor de colegio, comprometido por sus ideas y enfrentado a una sociedad sumisa y conformista.
El otro personaje, eje secundario de esta novela, está representado por la figura de Alberto, (presentado en el cap. 2). Éste cohabita en el mismo apartamento de Pablo, son dos viejos amigos de sus años de estudiantes, aunque hoy dicha amistad y dicha convivencia, más que unirles, les separan.La obsesión o pesadilla que caracteriza a Alberto y lo persigue a lo largo de la novela es siempre esa mudanza o esa huida de un lado a otro, de una convivencia a otra, y que viene siempre precedida de aquellos ruidos en los que “se mezclaban un resonar de cascos y un traqueteo de muebles y cacharros de porcelana”, una mudanza que, sobre un carro, sufrió durante su infancia. Alberto, además, es un hombre separado, tiene un hijo, y es bebedor de whisky y lector de novelas policíacas. A consecuencia de todo ello, su jefe le ha aconsejado ir a visitar a un psicoanalista (Mercedes).
El tercer capítulo de la novela está dedicado a la presentación de su tercer protagonista, Anselmo del Álamo, un profesor de Literatura “agazapado detrás de sus gafas y como rodeado de un velo de musas”. Un poeta que acude a las tertulias en el Café Comercial y vive encerrado en un mundo ficticio. Un personaje curioso, bien definido y caracterizado, y en torno al cual giran otros personajes o poetastros de su misma condición. La novela está estructurada, por tanto, sobre tres protagonistas principales, tres ejes básicos, tres escenarios o mundos diferentes (A,B,C). Y en torno a los cuales giran una serie de personajes, representativos cada cual de los ámbitos a los que pertenecen. La trama y la vertebración de la novela está sustentada sobre el personaje de Pablo (o eje A), que tiene relación con el eje B (Alberto), pero no tienen ninguna relación B con C (Anselmo) a excepción de ese pequeño punto (Angelines), que conecta de forma esporádica con estos tres ejes, aunque no así con los tres escenarios.
De dos en dos
Los capítulos –un total de 47– se agrupan y se van sucediendo prácticamente de dos en dos. De esta manera se va interrumpiendo la acción, que encontrará su continuidad en los capítulos siguientes, haciendo avanzar así, con un ritmo entrecortado, la peripecia argumental de cada uno de sus personajes. Y así vamos pasando de un escenario a otro, como de un personaje a otro y de un capítulo a otro, en una singular técnica de trenzado narrativo.
Como he expuesto anteriormente, aparte de estos tres ejes principales en la novela se pueden apreciar o distinguir otros tres mundos o escenarios diferentes: el mundo rural (representado por Pablo, Carmen, Juan y Laura), el mundo urbano, (albergado por Pablo, Alberto, Mercedes, Angelines), y ese otro mundo ficticio (el ámbito de los poetas o de Anselmo del Álamo). Escenarios éstos enriquecedoramente tratados y conseguidos. Con lo cual en la novela todos estos ejes o mundos de los personajes, vienen a entrelazarse como los capítulos del libro, en una mecánica de trenzado, de dos en dos. A veces, sin embargo, sucede que los capítulos que pertenecen al eje A (Pablo), no pertenecen al escenario A, sino al escenario B… (por ser un personaje que está inmerso en ambos escenarios). Una novela aparentemente sencilla en su elaboración y en las relaciones entre sus personajes, pero un tanto original y calculada en su estructuración técnica. Tres personajes, tres ejes, tres mundos, –y en torno a los que giran otros tantos submundos, otras tantas subvidas y otros tantos “supervivientes”–. Esta es la técnica que se ha utilizado para la construcción de la novela. Todo casual, estratégica o matemáticamente entretejido y ensamblado. Prácticamente se trata de la misma técnica artesanal de trenzado que Juan venía a utilizar en la confección de sus cuerdas: Cogía y presentaba seis cabos, los anudaba, metía entremedias los dedos y los separaba (de dos en dos) en tres extremos (tres ámbitos); y sumergido en el desván de su casa, en la soledad y en el abandono, pasando los dedos de un lado a otro y cambiando sus cabos, los iba entrecruzando y entretejiendo, de dos en dos, de dos en dos…
Analizada la fórmula y expuestas las figuras en sus ámbitos respectivos, el siguiente paso a seguir o los siguientes tres capítulos a reseñar, están dedicados a la presentación del otro escenario, el mundo rural y sus protagonistas (no menos significativos en la novela), y que representa ese otro escenario de Pablo: el mundo del pasado y de su infancia, donde se quedaron sus padres (Carmen y Juan) y su amor de juventud (Laura), encerrados entre cuatro paredes, con la esperanza sólo de que Pablo regrese un día.Los padres –y es aquí donde la trama de este relato adquiere mayor dramatismo y angustia–, van sufriendo ese desengaño de la vida, viendo cómo Pablo abandona su hacienda en el pueblo y corta con todas las ligaduras y tradiciones que lo ataban a los suyos y a sus antepasados; en un pueblo que había visto nacer a toda su estirpe, y a quienes casualmente les había sorprendido la misma muerte de golpe, en el campo o en su casa; en una casa donde hay un pozo y una higuera que ha dado la sombra y cobijado bajo sus ramas a toda su progenie.
Registro narrativo
En el apartado técnico, se puede apreciar también en esta novela el diferente registro narrativo que se utiliza en función de los personajes y que sirve para acentuar las diferencias entre ellos. Así, la escritura en los capítulos de Pablo, narrados a veces en primera persona, es más narrativa y reflexiva. Mientras que en los capítulos de Alberto, siempre narrados en tercera persona, viene a ser más dialogada y circunstancial… Los Puentes Rotos viene a novelarnos, en definitiva, las extrañas relaciones de unos personajes desarraigados y solitarios, que cortaron sus vínculos con el ámbito rural de sus orígenes y de sus antepasados, en ese éxodo hacia el mundo moderno de las grandes ciudades; personajes fracasados e insatisfechos, descontentos e inadaptados en una sociedad que ha experimentado ciertos cambios en los últimos tiempos, tanto en el medio rural, como en el medio urbano. Unos seres que prescindieron de su comunicación con el pasado y que en el presente no se encuentran realizados: “Supervivientes” y “héroes de qué historia sin historia”, que son semejantes a esos puentes rotos, aislados y sin comunicación por ninguna de sus orillas.
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Los puentes rotos
Pedro A. González Moreno
Calamur Narrativa. Madrid. 2007
18 euros