sábado, 27 de febrero de 2010

Corrillos del febrero final

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Lunes, 22. Segunda falta en “Poetas en Vivo”. ¿Habrá parto?

Martes, 23. Me cuentan que fue Aníbal de la Beldad, periodista experto en Medio Ambiente, quien ocupó la última silla vacante. El salón de grados de la UCLM en Ciudad Real estuvo lleno. Hubo estudiantes, profesores, amigos y curiosos. A partes desiguales. Como pocas veces ha ocurrido. El poeta Pedro A. González Moreno regresó a sus orígenes universitarios 32 años después. Leyó confiado, cuentan, textos que narran el combate entre memorias y erosiones, los paisajes que guardan el lugar de la herida. Todo es ya un poco menos injusto.

A 200 kilómetros, en la Moncloa montesina, Rubén Martín Díaz nos ofrecía el poema que celebraba el vuelo de las grullas sobre La Mancha. Esto lo cuento yo. Lo escuché. Llevaban razón quienes hablaron sobre la luminosidad de su palabra y del éxtasis del sosiego en el último adonais. Su lectura fue una línea de tiza blanca, levantina, sobre la conformidad de otros discursos. Me contó que Jesús Barrajón ya le ha invitado a sentarse en la misma silla que Pedro A. Estuvo escuchándole también Carlos Javier Morales, canario y principal responsable del milagro continuado que supone la página Poesía Digital, sabio conversador y ferviente, teoría y praxis, del hacer poético.

Jueves, 25. En Lopedevega38, escuchando a Luis Felipe Barrio, cantor y poeta. O casi. Dicharachero, madridista, lineaclara. Cívico y epicúreo se nombró. Leyó de su libro Paro, ya con años y tan de moda. Estuvo en los escaños Jaime Alejandre, su amigo, con el hazversidades de EGT por seña. No me reconoció. Como bien supuse. ¿Cuándo hallará su fin mi desventura?

Viernes, 26. El correo me trajo esta semana una antología del poeta sevimanchego Francisco Mena Cantero, voz de la insistencia humana, con quien deseo conocer, ser conocido. Que así sea. Los textos escogidos me afirman en la sinceridad de su palabra, contenida, clara, atenta. Y me trajo el cartero aussi, con retraso y por mandato de Juan José Alcolea, el número homenaje a Ángel González que se preparó en Alcorcón: un árbol de buen gusto. Están plantando otro que ha de llamarse Miguel, aunque barro le llamen, para este centeaño.
Tal vez por ese motivo me ofrecí a Maxi Rey para leer con él -junto a él y a Teresa en La Moderna de Pepe Hierro- las canciones del esposo soldado y el cuchillo del tiempo. Noche de viernes en la tertulia de Enrique Romero. Maxi estuvo entendido y radiante. Convincente. Después hubo festival anticrisis: masticatorios, vino, alegría, proyectos.
La cuestión hernandiana, bélica o amarilla, me privó de otra modernidad. No pude estar con Pablo Méndez casi a la misma hora y a la semiluz del pub de castellana 210, bajo el arcoluna de la portada. Hablaría de los impedimentos de Ana Frank y otras cuestiones, su último poemario. Me invitó. Una relectura atenta al blog del común amigo Antonio Daganzo me redimirá de culpa. Además del comentario de otros que hayan recibido ya la atención del libro. Mientras lo busco.

martes, 23 de febrero de 2010

Enrique Gracia y Rafael Soler en imagen

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Si pincháis en estos enlaces veréis, en el primero, algo de Enrique Gracia en Libertad 8 y, en el segundo, algo de Rafael Soler en Montesinos. De ambos hemos escrito en entradas anteriores.
Son buenos poeta. Son buenos amigos.
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No perdáis ocasión.

sábado, 20 de febrero de 2010

Pedro A. González Moreno lee

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Ya era hora que la UCLM buscase la palabra del poeta manchego, afincado en Madrid, Pedro A. González Moreno para su Aula de Poesía. Han pasado por ella otros poetas manchegos, Corredor Matheos, Miguel Galanes, Dionisio Cañas, que uno recuerde ahora. Sería muy conveniente que los alumnos escuchasen. Aprenderían.

Jesús Barrajón y Asunción Castro son los profesores responsables del aula. Han acertado convocando a Pedro. Es el martes, y a las 19, como avisamos en la agenda.
Siento no poder asistir. Allá, tan lejos, en Ciudad Real.

viernes, 19 de febrero de 2010

Jorge de Arco y Yolanda Castaño en Libertad 8

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Yolanda cerró la casa. Sola en su interior quiso buscar antiguos habitantes, preceder a quien habría de volver entre el temor. Yolanda recorría y anotaba, sabía de otras casas guardadas por la bruma, de barnices ajados y baldosas en duda. Anotaba y hablaba. Un olor a manzanas rompía las fallebas y el verde caminaba tras su boca. Así lo entendí yo. Dijeron que venía del norte a contar su experiencia, sus pasos por la casa de los descreimientos. Su lectura. Y su presidio entre muros llagados. Habló de desmemorias que niegan a la muerte. Habló del libro de Jorge. Abrió la puerta.

Habló Jorge de Arco. El hombre que volvía. El hombre que escribió. Del dolor del regreso en la escritura. Con la voz en penumbra. Lleno el trastero de Libertad 8, y escuchaba. De su felicidad por estar en Rialp, en el enjuto lienzo del papel de Adonais. Bien sabe él lo difícil que resulta conseguir un San Juan de la Cruz. Un decir de melancólico temblor se hizo presente desde el poema inicial. Yo sentí más humano el paso de los versos. Unos versos tallados, poderosos de piedra, ahítos de rigor, de afán arqueológico, necesarios tal vez para no desbordar el desaliento. Firmes sillares con los que levantar la nueva casa alrededor. Sentí su voz como una invitación.

He estado en esa casa que habitaste, Jorge. La casa que tú eras. Y necesito volver otra vez a su lectura. Guarnecida como está por Yolanda y las pomas del armario, por el férvido temor de tu regreso. Las huellas de “La casa que habitaste”, de tu memoria
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A veces la memoria es una casa
por habitar, un ámbito
oscuro, al que se accede
a través de un postigo que carece de llave,
pero que se resiste
a ser abierto.

Empujas
inútilmente. Un llanto
te llega desde el fondo
de las habitaciones desoladas,
y no hay nadie dentro, nadie vivo.
Nadie vive en sus largos corredores,
en sus salas de muebles polvorientos,
y sin embargo, queda
el eco lastimado
de unas pisadas que no cesan nunca
de resonar en los sombríos huecos
del corazón.
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miércoles, 17 de febrero de 2010

¿Un Adonais diferente?

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Rubén Martín Díaz nació hace 30 años, en Albacete. El pasado le fue concedido el premio Adonais; ese premio desde hace años bajo sospecha. Ese premio desde hace años sospechoso de agostar cuanto riega. El martes 23 lee Rubén poemas de “El minuto interior”, título del poemario premiado, en la casa Montesinos. Ningún sitio mejor, él tiene sangre hurdana.

Conviene advertir que su primer libro y reciente - “Contemplación” - fue editado por Pablo Méndez en su bien engrasado Vitruvio. Conviene decirlo. Conviene decir que publicó tan cerca. Como conviene decir que hemos brujuleado, para evitarnos sofocos, y saber lo que dicen aquellos que se acercaron antes a este “El minuto interior” que nos espera.

Dicen de él, en Poesía Digital, que vive en el calor de las brasas de Brines (premiado justo ha 50 años) por aquello de la temporalidad subjetiva, para desligarlo inmediatamente, como si quemase, al distinguir la espontaneidad de sus introspecciones, la serenidad amable de su discurso, la inocencia de su intimismo.

Rafael Morales Barba, tras su sabido paseo por las citas, por las calles funámbulas ¿o son sonámbulas? de la musa patria y anotar la extensión del desconsuelo, del desaliento en la de tantos jóvenes, celebra que la voz de Rubén se instale en la lectura “del gozo, el adanismo y el amor a lo creado frente a las poéticas de la sospecha” nombrándolo, ipso facto, escudero de Claudio, Dios, qué buen señor... que sus maneras, refuerza MB, se muevan en la búsqueda temporal de la armonía, y no porque ignore, sino porque en Rubén es el descreimiento quien cede ante el asombro. Como en el zamorano cuando itinereaba.

¿Nuevo? ¿uno más? ¿un poeta más entonces? ¿un poeta nuevo entonces? ¿un 7º de caballería inesperado para las huestes mínimas de quienes retan a las siberianas llanuras del nihil? ¿otro que halló el instante como campo oportuno para la batalla? ¿las armas de cierto Aleixandre? ¿los atalajes de la deriva Cabrera? ¿un paladín manchego y solitario?

Primero será escuchar, después leer. Demos este poema como adelanto, sin consultar a Carmelo. Que espero nos perdone, que espero nos perdone escribir Adonais sin acento.
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La casa vacía

Nadie más en la casa.
Un frío, un silencio que prolonga
las paredes. La luz ardiendo
al fondo de la sala. Una mesa
con varios libros
—todos de poemas—.

Se sienta. Abre
el de todos los días, acaricia
con sus dedos la página. Lo cierra.

Se pone en pie. Pasea. Redescubre
las estancias vacías,
la oscuridad que nubla los objetos.
Ciegos, como él, ciegos.

Escucha
la nada tan de cerca,
la voz del miedo,
el tic tac de ningún reloj,
la ausencia,
el ruido de las sombras.

Vuelve por el pasillo
—un destello de nadie
atraviesa la ventana, la luz
es frágil un momento—. Cruza
el umbral de la puerta del salón,
avanza hacia la mesa. Coge
el mismo libro de poemas. Busca
la misma página de antes.

Mientras recita
con su apagada voz,
una lágrima vierte
como sombra nacida de otra sombra.

Nadie le escucha.

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domingo, 14 de febrero de 2010

Un poema de Nicanor Parra

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La situación se torna delicada



Basta mirar al sol
a través de un vidrio ahumado
para ver que las cosas van mal;
¿o les parece a ustedes que van bien?

Yo propongo volver
a los coches tirados por caballos
al avión a vapor
a los televisores de piedra.

Los antiguos tenían razón:
hay que volver a cocinar con leña.




Fotografía: Julia Caro

viernes, 12 de febrero de 2010

V PREMIO INTERNACIONAL DE POESÍA "VICENTE MARTÍN"

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El Excmo. Ayuntamiento de Torrejón de la Calzada convoca el V Premio Internacional de Poesía “Vicente Martín”

BASES extractadas:

1. Podrán concurrir poetas de cualquier nacionalidad siempre que los originales estén escritos en castellano.

2. El texto debe ser original e inédito, y no haber sido premiado en ningún otro certamen. Su temática y métrica queda a la absoluta libertad del autor.

3. Los trabajos serán presentados en DIN A4, escritos a espacio y medio, por una sola cara, debidamente cosidos o grapados, con una extensión mínima de 500 versos y máxima de 900. Por cuadruplicado.

4. Los originales se remitirán sin firma, por el sistema de lema y plica. Incluyendo en la plica nombre y apellidos, dirección, teléfono, fotocopia DNI o pasaporte y nota bío-bibliográfica.

5. Los envíos se dirigirán al Excmo. Ayuntamiento de Torrejón de la Calzada, Plaza de España, 3 28991 TORREJÓN DE LA CALZADA (Madrid)
con el indicativo: V Premio de Poesía “Vicente Martín”

6. El plazo de admisión quedará cerrado el día 16 de Abril de 2010, siendo admitidos aquellos trabajos que ostenten el matasellos de origen con fecha igual o anterior a la citada.

7. El premio será de 2.500 € (sujeto a las retenciones marcadas por la Ley) y 100 ejemplares de la obra que publicará Ediciones Vitruvio.

8. El fallo del premio se hará público en un acto organizado en la Casa de la Cultura de Torrejón de la Calzada el viernes 7 de mayo de 2010.

9. El autor galardonado queda obligado a asistir al acto mencionado anteriormente.

Para más información pueden llamar a la Casa de Cultura, al teléfono 91 816 00 30.
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miércoles, 10 de febrero de 2010

Enrique y Jaime en Libertad 8

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Después de pasado todo, Jaime Alejandre se presentó junto a mi mesa para saludar a Elvira Daudet, entregar un sialito y animarla ante su próxima lectura. Terminaba de leer Enrique Gracia Trinidad, inaugurando el ciclo los 8 a las 8 en Libertad 8. Después vino Enrique. En la mesa estaba también José Elgarresta con simulacro de cigarrillo en lugar de. La gente se fue yendo poco a poco. Se fue David Coll, que rechazó una cerveza para lograr mejor sitio donde filmar. Se quedó hasta el final Rafael Soler, pródigo en actos futuros, en lecturas. Ha leído mi libro Desnudo de pronombre y lo ha dado a leer. Qué gratitud. Enrique nos firmó su minirecopilación de tres euros que Jaime le ha publicado. Buenísima idea que continuará. Digo nos porque junto a mí estaba Vicente Martín, ambos la compramos a la entrada. No conocía a Jaime, a su persona. Correspondido, no creo que el me conociera; no me conocía avant y dudo me reconozca en un próximo encuentro. El cariño y el abrazo de Carmen Rubio, que me buscó: le debo un libro (por poco tiempo). Habló con Elvira de futuros proyectos (Jaime, digo): Antes de su llegada Elvira había hablado en abundancia conmigo: elegantemente preciosa en su conversación. En la mesa de al lado Carmina Casala, bella, risueña, citadora, amiga antes, ahora, poeta, acompañada, feliz, fumadora. Enrique incitó a los ajenos al uso del tabaco, traía guitarrista, un andaluz de corte lorquiano, antoniosanto, expulsado del reino cordobés de Gala (¿). Enrique espléndidamente enrique. Contenido, leyó su No, su peregrino, su billete de segunda, su otro corazón que suene como el mío, su ironía cigarra. En medio dos canciones del andaluz, claras, sedientas de aventuras. Besé a Sagrario del Peral, fresca como su poesía, no se quedó junto a mí. Hablamos del café Ruiz. Gente feliz. También estuvo el inventor del ave (de su palabra). Gente intelectualmente feliz. Hoy me escribe Alejandre, que en la presentación del acto le dio con la palmeta en los nudillos a los poetas herméticos, para que os haga saber que ha abierto un blog con su proyecto de Libertad 8. Supongo que quiere que os lo comunique.

Queridos amigos: he abierto un blog específico para la colección de poesía y recitales de "Hazversidades poéticas". Os invito a pasaros por él:
http://www.hazversidadespoeticas.blogspot.com/
Saludos, jaime alejandre

No tengo fotografía del evento ¿alguien puede?

viernes, 5 de febrero de 2010

La verdad en Poetas de OídAs

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El pasado jueves 4 de febrero estuve en Arganda. Arganda del Rey, esa villa a medio camino entre lo rural y la modernidad absurda del consumo. Allí, y desde el pasado octubre, una pareja de amigos míos lleva a cabo una experiencia poética de la que aún conservo el aroma. Verán, resulta que Antonio Daganzo, madrileño, y Carolina Paz, surchilena, enamorados entre y enamorados de la poesía han decidido actuar en su favor. En favor de la poesía, digo. Y de ellos también.

Cada primer jueves de mes, y en el Centro Joven anexo al Conservatorio de Arganda, celebran una supuesta sesión radiofónica de una hora de duración donde repasan la obra y la vida de un poeta. Cara al público, cara a la vida, cara a la verdad. La frescura y desparpajo de Carolina se une a la voz perfumada de Antonio, a la música dispuesta, a los aplausos, a los ojos abiertos y los oídos maravillados de los espectadores para crear el momento preciso. Atrapados, nadie se mueve, nadie pestañea. Los versos pasan. Exactos. Con la misma ternura, el mismo temblor y la misma ligereza que los 50 folios que guardan los atriles.

Ayer fue Bécquer. Otro día fue Aleixandre, otro Vallejo, otro Neruda. Para marzo preparan poemas de mujeres leídos por mujeres. Ayer, Maxi Rey -el ojo que guarda, la cámara vigilante, el testigo de tantísimo- estuvo para guardar testimonio de cuanto allí ocurrió. De cada rima desgranada, de cada roca enhiesta, de cada suspiro, de cada desengáñate así no te querrán. Y Maxi fue invitado a leer: histriónico sagaz, nos deleitó con una sugerencia haitiana a lo Darío Fo. También leí yo, compungido. Y Aurora, que lo sabía todo.

Carolina y Antonio proclaman de modo tan altruista como original su fe en la poesía, en toda la poesía. Su voz, su gesto, su rostro, todo tiene el tono indeleble de la verdad humana. Nada mejor que sus labios pueden encontrar las palabras de quienes escribieron buscando. El salón lleno, yo lo vi, aunque ellos dicen de días en que estuvo repleto. Yo sé que no tanto como están repletos ellos de planes y alegría.

Chilenos de Madrid, de Puerto Montt, estuvieron presentes. La fiesta terminó con un vino castellano bien escanciado y un delicioso pay de limón chileno. Hablamos de Nicanor Parra. Maxi condujo hasta Madrid, como a la ida. Como a la vida.

martes, 2 de febrero de 2010

Un poema de José Luis Morales

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José Luis Morales también es amigo. Y manchego. Y poeta. Asumo el riesgo, en realidad no hay tal, de decir que las tres afirmaciones son verdaderas. El año pasado dejamos en esta virtualidad la noticia de su libro "El viento entre las ruinas" como ganador del premio Miguel Hernández que otorga la Comunidad Valenciana (lástima que con un año de adelanto). El libro, editado por Hiperión, está teniendo una fabulosa acogida entre los lectores. El nunca desmentido boca a boca. En la Feria del Libro pasada firmó casi cien ejemplares, cifra nada desdeñable para un poeta, por bueno y conocido que sea.

El pasado jueves, 28 de enero, se presentó el libro en el Centro de Poesía José Hierro que dirigen en Getafe los descendientes del laureado poeta. Fue una lectura que traspasó. Una lectura que trasmitió la emoción que lleva aneja la sinceridad: la sinceridad de los poemas, de su trastienda y la de una voz pausada y reflexiva. Con esa misma voz había leído unas horas antes uno de los poemas en la radio, exactamente en la cadena SER, su aliada de tantas horas. Chema Contreras hizo la entrevista -que pueden escuchar en esta dirección http://www.josemcontreras.es/ - y en el trascurso de ella José Luis hizo lectura del poema que ofrecemos y cuya visión yutubeana recomendamos en estas señas. No se lo pierda si le gusta la poesía.

http://www.youtube.com/watch?v=CxymIygx_aE


EVOCACIÓN DE UN HOMBRE SINGULAR, FRENTE A LA FACHADA EN RUINAS DE SU CASA (Padre)

Me duele este desastre permitido,
esta ruina anunciada tantas veces
y negada otras tantas.
No se cae,
será un tirante suelto. No hay ceguera
mejor que no mirar.
Te tengo dicho
que esta casa es eterna. Mas la esquina
del dormitorio principal
Parece
una grieta sin más. está vencida
hacia afuera y caerá.
Eso se tapa
con un poco de yeso y ni se nota.
Pero la casa entera está cediendo,
hundiéndose en sí misma como un pozo
seco que busca el agua.
Con dos manos
de pintura se arregla. Las goteras
fueron más ese invierno, y tú pusiste
unos cubos debajo...
En primavera
repasaré el tejado. Son los pájaros.
Pero los dos sabíamos que aquello
no era cuestión de pájaros. La casa
se abría por los cuatro
Cuando vengas
me ayudarás. A veces, ¡ay!, costados.
me duele respirar. Serán los bronquios.
Paso mal los inviernos. Y tampoco
era el invierno, padre, sino el frío
de un corazón a punto
Si pudiera
yo solo no esperaba. de abatirse
lo mismo que el tejado.
Hace unos años
ya estaría arreglado. Hace unos años,
hace sólo unos años, te creías
casi inmortal.
Tu madre no me deja
subirme ya al tejado. Porque madre
sabe que estás mayor
Si la entretienes,
y no quiere perderte.
en un instante
repongo yo las tejas Te asfixiabas
al hablar.
que estén rotas. Y es que, padre,
tu corazón de toro
Cuando vuelva
del hospital, los dos estaba herido
de muerte.
en una tarde lo arreglamos.
Pero ya no hubo tiempo: lo primero
en ceder fue una viga,
Mientras tanto
cuida tú de la casa luego el muro
del dormitorio sur
¡es tan hermosa
y se agrietó el dintel y hemos luchado
tanto por ella! y se venció la esquina
del dormitorio principal.
Recuerda
que has de cortar la luz cuando te vayas.
Pero ya no hizo falta, padre, tú
perdiste la batalla por tu vida.
Y mientras madre y yo te sepultábamos,
se derrumbó la casa.