domingo, 23 de octubre de 2011

¿POESíA E IMAGEN?

Y/o música podría titular. Es un abrazo secular y nuevo. Un gozo penetrado, penetrado con. A uno o a dos, a tres incluso dicen que funciona. El pasado viernes20 tuve ocasión de comprobar doblemente la sospecha. La primera al visitar. La segunda al ser visitado.

Volví a El Comercial, al Rincón de los Machado, como dice Pablo Méndez de su primera planta. Convocado por él y por la alegría de Raúl Nieto de la Torre, por su poesía y por las fotografías de su hermano Rubén. Ambos obsesionados por las cosas y su detalle, por el lenguaje de lo minúsculo, por la dispersión de los significados y sus provocaciones. Salir ileso es un libro rara-avis en la producción de Vitruvio. Diseñado por Marisa Núñez. Pero sin duda un libro “que mola mazo” como alguien dijo por allí. Alberto Infante anunció cosas razonables de Raúl y el libro. Leyó Raúl salpicando su discurso de anécdotas, como aquella del alumno que en clase le preguntó si existían aún los poetas (rareza que suponía extinta). Entre los que llenaban: ACéspedes, PAGonzález Moreno, JElgarrresta, PMoral, JLNieto Aranda, RGonzalez Serrano, FLeal y Aurora. Se vendió bien, lo merece. Hay poemas primeros, últimos y escogidos de los anteriores libros de Raúl, de Zapatos… y de Tríptico... Felicité al fotógrafo. Luego -en la calle, en el tabaco- se habló de glorias y de miserias editoriales.
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De vuelta a la pantalla, a la realidad del hogar, encontré un correo envolviendo una delicia. Me lo enviaba Rubén Martín Díaz, el último Adonais digno de tal nombre. Un poeta que recoge la luz al cerrar las manos y la hacer explosionar al abrirlas. A un poema suyo, La luz mientras duermes, le ha puesto su voz, le han puesto imagen y música, bellísimamente dispuestas, Hernán Talavera y Mª Ángeles Cortés. Delicia que ofrezco aquí a los lectores de Mientras la luz en la conciencia de lo que es placer. (Advierto, es obligado para los vivos que gusten de poesía).
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Fotografía de Rubén Nieto de la Torre





















Cuarenta Grados

Amo la gran mentira de los ventiladores
cuando el verano deja en la almohada empapada
el sudor amarillo que segregan los sueños.

Amo su inteligente forma de dispersar
los pedazos cansados, también las hojas sueltas,
como si hubiera un orden y ellos fueran la prisa,
como si uno no se pudiera olvidar
el cuaderno en la mesa sin que le hojee el viento
la lista de la compra y unos versos tachados.

Creo en ellos porque pueden cambiar la dirección
de la mosca y del humo, pequeños vengadores
del astro rey, rebeldes como el dedo que hurga
en el bolsillo roto de nuestra realidad.

Creo en el inquietante azar que los mantiene
anclados en un punto fijo mientras sus hélices
desordenan las horas, el pelo, los papeles,
girando apasionados contra todo pronóstico.

                                           Raúl Nieto de la Torre

viernes, 21 de octubre de 2011

Diario de un visitador poético

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Parece que el director del blog no es consciente de la crisis de los visitadores médicos. De que la implantación de los genéricos ha terminado con el individualismo medicamental. No debe ser consciente. Continúa con la obsesión de que asista al mayor número de lecturas poéticas posibles. Me envía como visitador poético. No es consciente. No es consciente de que los genéricos extienden su implantación, que de esa manera se abarata el producto, que los poemas son mundo y viven el mundo. Son ya genéricos también, y se abaratan. Ya no hacen falta visitas, le sugerí.

Ángel Petisme en Triángulo
(Foto de Antolín Amador)
Pero aquí me tienen, de visitador poético. Y a rendir cuentas. Vete a ver a Petisme, lee, canta o toca en Triángulo, dijo, y fui (2,80 el tercio). Era a las 21, pero fue a las 22. Todo oscuro. Leyó poemails, ya saben, de poema y de email, curioso. Poesía 15M&Lavapiés, anoté. Los políticos son malos, monos para el escarnio, joder es bueno, beber también. La cosa del audiovisual molestó bastante, el ruido no impidió que me gustaran dos poemas. Antolín, a mi reclamo, tomó fotos con el móvil. No es poco para ser martes11, vísperas de fiesta nacional y estar Cristina. María Y Juandi llegaron luego..

López Azorín presenta Sólo la luz alumbra antes de su anunciada próxima hibernación; es en Libertad8, a las 7.30 y el 13 (3 euros la cerveza), no faltes. No quería faltar, pero llegué tarde. Me perdí a Basilio (¡bien!) a Julio Santiago y Pepe Ramos (mal), escuché a los músicos, escuché a Manolo, sus lecciones a jóvenes poetas. Como Rilke, como Caro. Ya no sé si hay más profesores que alumnos o viceversa. Informé al jefe: lo sabido, lo que tengo dicho, buen poeta. Por si libraba el viernes.


Alfredo Odiseo Piquer

Pero no. Mira, plumilla, dijo, vuelve a Libertad al sitio que dejaste, pide otra caña doble con palomitas, y cuéntame si eso de la "Odisea Poética" es genérico también. Y fui, viernes14 tarde. Pues nuevo invento, con buenísima voluntad, jefe, qué va a ser. Los poetas del CBA que salen a que les dé el aire por los mares aqueos capitaneados por Alfredo Odiseo Piquer. Le dije que leyeron, que visitaron islas y arriaron velas con más o menos pericia, los marineros Cristina Cocca, Paco Montesinos, María Torres, Miguel Pastrana, Aureliano Cañadas y Julia Gallo. Hablé con los responsables. Díselo a tu jefe, queremos seguir el viaje con otros marineros. Generalizarlo hasta topar con Pe. Ya se lo he dicho.

Me tomé libre el lunes, a su pesar. Pero el martes 18, maletín y calle. Dos visitas. Primera al CBA. Gentes de Ciudad Real, de El Camarote, David y Diana entre ellos, presentaban Un puente de voz alzada, una antología de poetas jóvenes españoles y mexicanos. El jefe dijo que comprase un ejemplar. Compré. 10 euros. Veremos. De allí y a pie para oír a Isidro Sánchez Brun, verboazul de poesía sólida, bien construida. Hortensia, Juanjo y Ana, conmigo en la tertulia de Manolo y Juampe. El 20 jueves, avisé al jefe que tenía dentista, me dijo que apurase, que me esperaban en la SGAE donde unos/as sevillanos/as presentaban versos encajados en cajitas chinas. Algo no genérico, pensé. Cajitas que contienen un folio doblado lleno de poemas mínimos. Isabel Miguel tiene una. Por allí estuve, como estuvo Teresa Núñez, alegre, conversadora. Me alegro. Regresé con la boina gris, que domina la ciudad, en mi cabeza.

Dejo el maletín hasta nueva orden. Que no tardará.






viernes, 14 de octubre de 2011

Versos primeros de Leopoldo Alas

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Hace poco más de tres años que murió Leopoldo Alas, poeta, dramaturgo. De pulmonía. Fue la mañana primera de agosto de 2008. Hombre comprometido con la defensa de los derechos de las minorías. Al año siguiente la editorial Visor reunió su poesía publicada en Concierto del desorden. Poesía reunida (1981-2008). Ahora, José Infante y Fernando del Moral, que se encargaron de sus papeles póstumos, se responsabilizan de la edición de sus dos primeros poemarios, que quedaron inéditos. Siempre hay dudas a la hora de publicar lo que el autor quiso reservado. Las habrán tenido. Nostalgia de siglos y Con estas mismas distancias son los títulos de aquellos dos intentos primeros de Leopoldo. Pablo Méndez, desde Vitruvio, los ha puesto a disposición del público reunidos en un solo volumen. El pasado jueves 13 se presentó en el Café Comercial de la mano de Vicente Molina Foix, uno de sus descubridores.

De los 55 poemas, ofrecemos el que sigue.

Los túneles

Me cagaré mil veces en
los túneles perpetuos
de vuestras tierras,
en los túneles poblados por las ratas
y los hombres de recursos;
eructaré para siempre en las tinieblas
ciegas de los túneles malditos,
en los túneles repletos de vampiros jubilados.
Y no perdonaré nunca el olor
a sexo cansado
de los túneles eternos,
ni dejaré que invadan mis recintos
con gases venenosos.
Yo estaré con la maleta a cuestas
y volando,
y escupiré a los resignados clavados
en la tierra,
a los que esperan sin ser esperados
y no luchan con nadie,
a los animales ancianos de carga
que siguen construyendo edificios
en los túneles malditos,
en los malditos, odiosos, fétidos
túneles de la crisis.
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domingo, 9 de octubre de 2011

Una y una no son dos

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Viernes 7 de octubre.

La portada es una roca, un rostro agorilado, una fotografía de S. Solano. El libro es Maratón de escritores. Se presentó en el Ateneo de Madrid a la hora de la cena del citado viernes. Es la primera iniciativa editorial de la red social Netwriters. Habrá más, parece. Más de 250 escritores ha colaborado con sus textos – poema, prosa, o – en un volumen editado con prisa y con buenísima voluntad. Emilio Porta y Enrique Gracia son los corazones de esta aventura. Hablaron ambos. Más Emilio, que dirigió la sesión y habló de la digidad del escritor frente al poder. Enrique fue el encargado de presentar la red Netwriters, su gestión y su futuro. Habló Gonzalo Santonja, venido para la ocasión, que se declaró buen enemigo del proyecto, es decir dispuesto a succionar, para su provecho, cuanto de bueno contuviere. La sesión se alargaba. Emilio buscó testimonios espontáneos entre los usuarios de Netwriters allí presentes. Luego… luego. Luego fueron llamados algunos de los presentes a leer: Leo Zelada, David Coll, Nieves Álvarez, Paquita Dipego… que recuerde. Perdí un poco el orden, la atención, pensando en otras necesidades. Se repartieron libros, se vendieron, recogí encargos. Estuve con RSoler, con JVázquez, con RMontesinos, con JCereijo, con JAlejandre. CCasala y López Azorín se fueron antes del comienzo. Después la charla en cualquier lugar del infierno de la calle León. Con Nieves también, con Arantxa Oteo, con Paquita. Aarón García Peña, bíblicamente, públicamente mudo. Por cierto, abrió el acto Miguel Pastrana en nombre del Ateneo, dijo que para él, que ahora no escribe, era un honor. Seguro.

Antes,
a media tarde, la sorpresa, la alegría de algo inesperado. La sencillez inteligente y emocionada de un tapado, de Ángel Méndez. ¡Qué delicia de lectura! Si yo supiera. Cuando se escribe porque sí, para contarse uno a sí mismo tal y como se ve desde fuera, sin otra pretensión que la de no engañarse ni engañar a su idioma, surgen libros como Acabo en el latido. Un poeta con 79 años, y respira. Y además hace que respiremos. En la primera planta del café Comercial, José Luis “Capi” estuvo inatacable (con lo que nos gusta) en su presentación. Acordamos que el secreto está en no complicar lo sencillo, en no estorbar el viaje de la verdad. Creo que algo de esto le dije a Lucía en el taxi cuando íbamos hacia lo otro, lo de Netwriters. O tal vez sólo lo pensé.


Mi límite

Acabo en el latido.

Lo demás es invento que no llega ni a vida.
Invento las palabras, los hechos y los días.
Supervivencia estricta: hay que guardar
las formas y vivir de algún modo,
con dignidad fingida.

Estoy en algún sitio, sin límites precisos.

No me pregunto nada.
Soy una oscura sombra que parece verdad
y que no es ni mentira.

¿Qué es lo que hago?, dices.
¿No lo ves? Lo de siempre. Respiro.

Ángel Méndez

viernes, 7 de octubre de 2011

Lêdo Ivo en la Residencia

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Lêdo Ivo en la Residencia de Estudiantes
(Fotografía de MC Barri)
Dicen que dice que la creación no es para él un suplicio, que no hay angustia en el hecho de crear, sino placer alegre. Que publicó su pimer libro en 1944, cuando ciertos jóvenes actuales aún no habían nacido. Dicen que sigue. Yo creo que es buen poeta, sobre todo buen poeta de la gente, mucho mejor que buen poeta de las cosas. No conocí su persona hasta el pasado miércoles, 5 de octubre, en la Residencia de Estudiantes. Leyó. Leyó 22 poemas de contino. Salvo las pequeñas pausas de tres interrupciones por aplausos (tras “Os pobres na estacâo ferroviaria”, “Minha pátria” y “A verdade sobre Homero”).

En la Residencia ha impartido un pequeño taller y se ha visto con sus traductores al español. Con JC Mestre, con G Grande, con Martín Vega.

Fuerte, claro, con el vigor de quien desea continuar diciendo, Lêdo Ivo, 87 años, en Madrid. Parece que el sastre de las mariposas debe esperar, querido Juan Carlos. O tal vez es que actúa cada mañana.


Las necesidades

Una puerta cerrada no es suficiente para que un hombre
esconda su amor. También necesita una puerta abierta
para poder partir y perderse entre la multitud cuando el amor estalle
como un barril de pólvora en el arsenal alcanzado por el rayo.

No basta un techo para que un hombre se proteja
del calor y la tempestad. Para huir del relámpago,
cuando la lluvia cae en el silencio del mundo
abierto como una fruta entre dos estruendos,
él necesita un cuerpo tendido sobre la cama,
un cuerpo al alcance de la mano
todavía temerosa de avanzar en la oscuridad.

En la noche que declina, en el día que nace,
el hombre necesita de todo: del amor y del rayo.

(Traducción de G. Grande y J.C. Mestre)

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martes, 4 de octubre de 2011

Julio Santiago cerró septiembre

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Julio Santiago no recuerda, vive. Y vive para comunicar, para contar a todos casi todo. Es poeta que transpira. En cierta ocasión me dijo que desconoce la poesía que no desnuda lo vivido. ¿De qué sirve? me decía ¿y a quién? Julio escribe el poema soñando con la provocación que supone para la mente de quien oye o lee. Busca la antítesis, las paradojas, lo inverosímil dispuesto para ser creído, la sorpresa ante el doble sentido. Hace poemas verticales, cada palabra un verso, cada mirada un mundo, pareciera que le horroriza lo horizontal. No hay tal, tras él galopa una leyenda de amores y de amantes que alimenta con pregones. No se oculta ante la doble sexualidad, épater les bourgeois. Le anima cantar el goce, la espera del goce, su plenitud, la belleza del recuerdo del goce, de la hierba y su esplendor, la virtud de leer con las manos ocupadas, cóncavo, convexo, da lo mismo qué cuerpo y qué lugares. Propios, ajenos. Julio Santiago no calla. Tiene mucho que contar. Que pintar. Este es su segundo libro en 2011. Se titula ULO AGO y lo ha editado Cuadernos del Laberinto. Hay otros dos preparados, todos poemas delgados, penetrantes, penetrados. A veces azules.

Julio Santiago cerró septiembre en el Ateneo de Madrid, al lado de sus hermanas Belén e Inesmari, madre en platea, viviendo de nuevo en la calle Blanca de su Miajadas natal. Entre dibujos, lagartijas, dulces y vecinas. Primos y primas, monjitas educadoras. Presentó a Ulo Ago, apócope infantil de su nombre, la miajadeña Beatriz Correyero, que leyó textos muy pulidos. Silvia  Gallego habló del Ulo joven, sus hermanas del Ago infantil. Ambos prometían. Hubo sonrisas. Julio Santiago leyó poemas, leyó su verdad de olivo. Saludé a Oscar MC, inesperado. Vi a JV, a JL, paisaje inevitable.