martes, 16 de diciembre de 2008

Premio Ateneo Jovellanos 2008


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(Entrevista en “El Comercio”, de Gijón)

FRANCISCO CARO SIERRA, XVIII PREMIO DE POESÍA ATENEO JOVELLANOS

«Los poetas nos hemos ido convirtiendo en una secta»


Define su obra 'Calygrafías' como un camino entre el deseo y la muerte

14.12.08 -
ALBERTO PIQUERO
GIJÓN



Nacido en Piedrabuena, Ciudad Real, en 1947, profesor de Historia en el IES Pío Baroja, de Madrid, el flamante ganador del XVIII Premio de Poesía Ateneo Jovellanos, por la obra 'Calygrafías', Francisco Caro Sierra, se declara poeta de escritura tardía, al tiempo que va acumulando algunos galardones literarios en los últimos años, del Jorge Manrique al Francisco de Quevedo, con última parada en Gijón.

-¿Cuál es el secreto para ir obteniendo el reconocimiento de tantos jurados?

-Ninguno. O tal vez que haya empezado a escribir un poco tarde, hace diez años, lo que puede significar una mayor madurez. Con anterioridad, el pudor me impedía pasar de las muchas lecturas a la escritura, particularmente a la poesía, en la que se siente siempre ese riesgo de caer en el borde del ridículo. Tenía la necesidad de escribir, pero debía vencer esa resistencia. Los libros que ahora van saliendo, no son el fruto de un momento.

-¿Qué alimentó esa necesidad poética en un mundo tan prosaico?

-Con la edad, vas podando las llamadas exteriores y la mirada se vuelve hacia ti, a lo que va quedando de la vida. Es la reflexión de lo vivido, de la plenitud y las pérdidas.

-Se juzga su poesía como de alta calidad, pero también de difícil lectura. ¿Lo asume así?

-Para mí es transparente (bromea), pero entiendo que se considere difícil. Se explica por mi tendencia a prescindir de todas las palabras que no 'trabajen' en el poema. Visto muy poco mis poesías, a la manera del conceptismo.

-¿Cómo surge 'Calygrafías'?

-Empezó con un pequeño poema en el que me preguntaba acerca de si todo deseo muere cuando se escribe. Si sólo somos grafías, palabras, para la cal, para la muerte.

-¿Desde un punto de vista apocalíptico?

-No, hay una serenidad en la muerte, a la que todos estamos abocados. El poemario recorre ese camino entre el deseo y la muerte, sin sello apocalíptico.

-Entre sus poetas de cabecera, están Quevedo, Paul Celan y Jorge Guillén, a los que quizá se podría añadir Ángel González, ¿no?

-Comencé a interesarme por la poesía cuando vívi en Barcelona en los años 70. Y todavía conservo como oro en paño la edición que publicó Barral de 'Palabra sobre palabra'.

-¿Qué significado social tienen hoy los poetas?

-Nos hemos convirtiendo en una secta, que no trasciende al ámbito social. Escribimos para leernos unos a otros en una espiral endogámica. Mi esperanza es internet, donde abundan los foros poéticos, hay otros lectores y abunda el intercambio de pareceres.


martes, 2 de diciembre de 2008

LOS POETAS CON PAISAJE


El Dúo Itaca y Elisabeth Porrero durante su lectura

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Elisabeth Porrero

(Publicado en La Tribuna de Ciudad Real el 24/11/08)
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Era la segunda vez que Francisco Caro y Nicolás del Hierro, escritores nacidos en Piedrabuena, además de otros miembros de la Asociación de Escritores de la Casa de Castilla La Mancha en Madrid, nos citaban a todos los poetas de la provincia para un encuentro entre nosotros. La primera vez fue en Piedrabuena, en Mayo de 2007 y tuvo un mayor carácter de recital, abierto a todo el público. El pasado sábado fue en otro bello marco, el Palacio de la Serna, en Ballesteros de Calatrava y esta vez se trataba de una cita sólo para los autores.

Atendiendo a esta nueva convocatoria, con el doble motivo de reencontrarnos y además rendir un homenaje al paisaje de nuestras tierras, nos reunimos más de treinta poetas. Está claro que la poesía es minoritaria, por eso este número es bastante representativo del amplio movimiento cultural de nuestra provincia.

Como no sólo este arte literario se encuentra en la palabra sino que la trasciende, Eugenio Bermejo, genial decorador de interiores y empresario de hostelería, puso a nuestra disposición la belleza, plasticidad y elegancia que componen este museo-palacio, decorado por él mismo, para que vertiéramos en él nuestros versos.

Nos acompañaron escritores que, viviendo fuera, siguen llevando esta tierra, a la que homenajeábamos, en el corazón, entre otros: Federico Gallego Ripoll, Pedro Antonio González Moreno, los convocantes Paco Caro y Nicolás del Hierro...

La fuerza de la palabra se manifestó también en la pluma de miembros de los distintos grupos literarios de nuestra provincia: Pan de Trigo de La Solana, El Trascacho de Valdepeñas, autores de la revista Calicanto de Manzanares, Grupo Guadiana de Ciudad Real...

Y aún con tanta implicación en la literatura, resulta extraño que no siempre se cuente con nuestros grandes autores para los actos literarios que celebran distintas entidades y Administraciones por nuestra capital y pueblos. Está muy bien beber de otras corrientes poéticas, pero también hay que cuidar a los autores de la tierra, muchos de ellos ampliamente laureados por toda la geografía nacional e internacional.

Uno de los muchos aspectos que hacía tan peculiar la realización de este acto es la poca frecuencia con la que tiene lugar este tipo de actividades. Se celebran muchos congresos de Medicina, Derecho, Historia... Pero ¿cuántos congresos, simposios, seminarios, cursos, etc de poesía conocen ustedes?

Alguna escritora comentaba ayer que, hace varios años, se realizaron unas jornadas de varios días de duración para “creadores” en distintos ámbitos, patrocinadas por la Diputación: Pintores, músicos, escritores... se reunieron entonces y compartieron su producción artística en esta llanura nuestra. Está claro que las artes se solapan unas con otras y se necesitan para crear ambientes y momentos aún más especiales y mágicos, por eso este tipo de actividades contribuye sobremanera al enriquecimiento personal y artístico de los autores.

Es una pena que las Administraciones no hayan vuelto a convocar jornadas de esta categoría. Quizás en estos momentos el arte pudiera ser un buen revulsivo contra la crisis.

lunes, 1 de diciembre de 2008

EL PALACIO DE LA SERNA Y LOS POETAS DE CIUDAD REAL

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Nicolás del Hierro y aspecto de la sala

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Pilar Serrano de Menchén

(Publicado en Lanza 01/12/08)


A las aventuras de los caminos se fueron o vinieron desde muchos lugares de la Provincia, el día veintidós del mes de Noviembre, los poetas de Ciudad Real, a recordarse y vivirse, hablarse en rimas a su modo y manera, todos alborozados por verse reunidos, juntos, que fue de alegría esa reunión; celebrada, por lo generoso del anfitrión o dueño de tal alcázar: señor don Eugenio Bemejo, en el Palacio de la Serna, que se dice y está en Ballesteros de Calatrava.

Y fue posible tal junta, porque los priostes de la Asociación de Escritores de Castilla La Mancha, con algunos maravedíes que recibieron de la Junta de Comunidades, a tal honor de ser dichos priostes muy principales, insignes hombres de letras, hidalgos caballeros, citaron a los que digo con mucha prosapia, para que todos dijeran sus versos a la tierra de este común de gentes, darse gusto de oírse, reunirse principalmente. De acá de acullá acudieron ellos, los poetas, con su hatillo de versos, hasta Ballesteros de Calatrava, a los salones de ese Palacio de la Serna, tan bellamente condecorado o redecorado por el pálpito, sabiduría y hermosos sentimientos de su dueño con maestría.

Y fue de ver dicha reunión, por el recibimiento de la amistad y cercanía del que otrora se dice vate o Marqués de la Piedra Buena, a la sazón bien escribido y sabido en sus muchos saberes de libros, con orla además, de luengos tiempos, Vicepresidente de la Asociación de antes, que se nombra don Nicolás del Hierro; pero a su caso, y porque no falte punto a la verdad, el apellido no es sino blasón de llevar muy a lo firme su pasión por lo poético, aunque tan llanamente que no hay más que desear.

En igual concordancia se aventuró a pasar lista: muy a lo hidalgo y con finura, un Caballero principal en las letras y en las hidalguías antiguas y linajudas de sus apellidos, titulado Conde de la Sonrisa; porque con ella va o fue deletreando nombres y apellidos de los que llegaban, muy galanamente, sin faltar coma, de la a a la b, pacientemente, por la hilera de nombres o lista que pergeñó en un Amén. El tal Caballero, se nombra o dice don Francisco Caro; poeta muy principal, al que se le unen otros laureles y dones, que bien quedaron patentes luego interin a la vista de todos.Y fueron desfilando al estrado: adornado con rosas, pétalos dejados al socaire del aire benditísimo de tan hermoso lugar, los poetas, a decir lo que ellos escribieron o habían escrito antes.

Lo cual, con el silencio de los que escuchaban, con la armonía de las guitarras en concierto de dos señoras, que gentilmente se titulan Grupo ITACA, se produjo el milagro de que la emoción fuera signo, o sino, verse aunados o unidos por el corazón, en lo junto, muy a lo menudo, por esas hermosos poemas que salían o salieron a darse abrazos y parabienes.

Antes, dichos “Poetas con paisaje”, muchos de ellos, aún recordaban la última vez que fueron convocados en la Capital de la Provincia por el entonces Diputado, o disputado por su buen hacer, que tanto dá, Gentilhombre de las Ferias: don Manuel Juliá Dorado; que venía entonces, en el año de gracia de 1984, no sólo a ser hidalgo en las letras, escribidor de buenos y profundos versos, sino que, en aquellos lustros, era mandamás de la Cultura en la Diputación. Y ocurrió que en el I Encuentro de creadores manchegos, (pintores, escultores, escritores estuvieron allí) después de varias jornadas, se dieron a decirse unas conclusiones que serían o fueron las que se practicarían luego.

También ahora, según se dijo o habló entre ellos en el Palacio de la Serna, bien contentos y alborozados que estaban, dijeron tenían expectación por oírse decir poemas a la tierra madre: ancha y hermosa, otoñalmente dorada, fue o era un acierto que pensaran juntarlos, venir luego, estarse en dicha junta para hablar con ternura, a voz, uno a uno, al paisaje de ellos, lo que les unían fielmente, sin fisuras, todos unánimes y conformes, llenos, llanos, libres…Y según se sabe, y ha sido apuntado en varias crónicas, fue reunión de tallarse en mármoles y escribirse en brónceles. En esa gracia, en la ventura de haber vivido dicha aventura, que el Quijote nos acompañe.

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